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Breathless: el punto sin retorno de Camel

Camel

El sexto disco de la distintiva banda inglesa, publicado el 22 de septiembre de 1978, fue el último con el teclista fundador Peter Bardens

Camel
Breathless

Decca Records. 1978. Inglaterra

Hoy  Camel celebra 40 años de la edición de Breathless, su sexta placa discográfica y la última con el teclista y miembro fundador Peter Bardens (†). También fue el segundo y último con el gran bajista y cantante Richard Sinclair (Caravan, Hatfield and The North), quien había entrado a la formación en Rain Dances (1977) sustituyendo a Doug Ferguson.

El quinteto esta vez aumentado a septeto, con la inclusión de los teclistas Dave Sinclair y Jan Schelhaas como músicos adicionales, mantenía la dupla Bardens-Latimer en buena parte de las composiciones pero había perdido la química que en el pasado fue el artífice de obras maestras como Mirage (1974), The Snow Goose (1975) y Moonmadness (1976).  

En procura de aumentar su audiencia con una música más accesible, Camel daba claras señales de transitar un punto sin retorno. La banda, si bien se abría a un predio más comercial, no dejaba de sorprender con ese atractivo sonido del influyente movimiento canterburiano, sin realmente llegar a serlo.

Digamos más bien que gracias a los primos Sinclair, ese sabor a jazz se seguía colando entre la guitarra, los teclados y la magia del erudito saxofonista Mel Collins (ex King Crimson).




 

Breathless, sin duda, tiene momentos hermosos y majestuosos encontrados en clásicas piezas precedentes como “Song Within A Song” o “Lady Fantasy” Sin embargo, las tensiones provocadas por las diferencias musicales que existían sobre todo entre Andy Latimer y Peter Bardens ya habían alcanzado acá su punto más álgido.

“Breathless”, el tema título, inicia con un hermoso arpegio en las manos de Latimer, quien cede la voz solista a Richard Sinclair para dejarnos escuchar, “Ella es mi primer amor, con la gracia en todas sus formas e ideas, tornando el cielo de la noche en el de la mañana, no fallará en quitarme el aliento… Tan suave el silencio que trae antes del amanecer, un instante de crepúsculo, cuando el mundo aguarda por renacer”.

Mel Collins bordea la melodía con su oboe hasta al final. El primer tema es seguido de “Echoes” una clásica composición en el lenguaje tradicional de Camel. La línea melódica de Latimer y la ambientación de Bardens daban acá su último aliento.

La pieza se convirtió en parte indisoluble del repertorio en vivo de la banda. Latimer nos canta “De la niebla que levanta surgen diez mil valientes navajos, brillando como águilas en vuelo, volando alto en las llanuras”.

Esta primera tríada culmina con otro accesible y hermoso tema, Wing And A Prayer . Andy Ward, el baterista original, había participado en las dos primeras composiciones junto a Latimer y Bardens.

Esta vez solo Bardens y Latimer coescribirían la pieza. La voz de Bardens nos dice: “De la nada se alzan bloques, como pega se adhieren al pavimento, no vas a ningún lado, pide cola a la suerte… Cuando gritas, un rostro perdido entre la multitud, una voz que nadie escucha, te las arreglarás a la suerte”.

La sencilla melodía nos abraza con algo dulzura llevada por una particular rítmica.

Down On The Farm”, “Starlight Ride” y “Summer Lightning” conforman la segunda tríada de composiciones de este álbum que para muchos es el más inconsistente de la banda y sobre el cual Latimer nos diría en una entrevista que le hicimos cuando Camel visitó Caracas en  2001: “fue un momento de mucha tensión”, dijo entonces.

La primera de este trío es una bucólica composición en la voz del bajista Richard Sinclair: “Todos los domingos por la mañana, antes del amanecer, todos los patitos van remando abajo en la granja, cuidado con los peces dorados para el desayuno…”.

El intro recuerda al tema “On The Air” del segundo álbum de Peter Gabriel por lo rockera de la guitarra. Los sonidos de algunos animales recrean la campestre escena con cierto humor.

La alegre canción contrasta con la ensoñadora “Starlight Ride”, donde teclados y flauta añaden gran delicadeza a la voz de Latimer: “Hay un camino que debo recorrer, con atajos que conozco, pero se que lo lograremos eventualmente en el paseo de la luz de las estrellas”.

En el tema pueden apreciarse breves pasajes de influencia barroca.

En el último de esta tríada, primero del Lado B en el formato LP, Camel retorna a un lenguaje más up tempo y de clara influencias jazzísticas con pinceladas del funky-disco de moda en la época. Las voces son particularmente atractivas.




Las tres últimas composiciones de nuestro celebrado álbum son “You Make Me Smile”, “The Sleeper” y “Rainbow’s End”. La primera es una rítmica y sencilla canción de Latimer y Bardens en la cual destaca el teclado de Peter.

La segunda, “El durmiente” (The Sleeper), es un onírico instrumental compuesto por Bardens, Latimer, Ward y Collins. La primera parte provoca sosiego pero es Bardens y luego el saxo de Collins que estallan en una rítmica melodía donde se mantiene el elemento jazz.

Esa segunda parte nos recuerda a algunos momentos de la tríada discográfica mencionada al inicio de este relato.

El álbum cierra con “El final del arcoíris” (Rainbow’s End) tema de delicado sonido orquestal con amplio espacio. Con poco más de tres minutos, es el más corto del álbum.

A pesar de esa ‘tensión’ que describía Latimer, la salida de Bardens no haría mucha mella en los subsiguientes discos de la banda. I Can See Your House From Here (1979), el conceptual Nude (1981) y The Single Factor (1982), ciertamente fueron más accesibles que aquellos de la primera etapa de la banda.

Sin embargo, aunque Camel, como muchas bandas del progrock en los 80, sucumbió a las tentaciones de hacerse más comercial o menos “progresiva” (según el lado del río del cual se vea), Camel construía los cimientos para otros interesantes álbumes de sonoridades celtas como Harbour of Tears (1996) y uno de sus mejores trabajos de la era de Latimer como líder, Rajaz (1999).

Aun Nod An A Wink de 2002, dedicado a Peter Bardens, quien falleciera ese año, permanece como el último trabajo en estudio de Camel a la fecha, tras del cual la banda tuvo un prolongado período cesante debido al cáncer medular que afectó a Latimer.

Camel sigue activa y repotenciada, en medio de la gira “Moonmadness Tour” donde interpretará todo el icónico álbum de principio a fin, tal como reseñamos aquí en el concierto en Madrid.

Leonardo Bigott

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