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¿Qué fue de Brandon Roy?

Al igual que el cristal de bohemia destaca por su calidad, transparencia y belleza, tiene la mayor debilidad de los elementos vidriosos, su fragilidad. Si tuviéramos que elegir al “cristal de bohemia” de la NBA en la última década, a muchos se nos vendría a la memoria el nombre de Brandon Roy, que forma parte de nuestro serial de "Qué fue de aquellos jugadores NBA" que, de una forma u otra, dejaron rastro en nuestras vidas como espectadores.

 
Y es que si echamos un vistazo a su clase del Draft, la del 2006, nos encontramos con nombres ilustres de la liga como LaMarcus Aldridge, Rajon Rondo, Kyle Lowry, Paul Millsap que están completando su duodécima temporada en la liga. Pero si ahondamos más aún en ese Draft, podemos apreciar que Roy se sitúa en el vigésimo primer puesto entre los jugadores con más partidos en la liga. Por encima de él se encuentran Sergio Rodríguez, Shelden Williams o Daniel Gibson por mencionar algunos. Es más sorprendente confirmar que escala hasta el número once en minutos totales jugados. Una estrella fugaz que dejó su rastro en la mejor liga del mundo.
 
Para hablar del actual Brandon Roy es propicio hacer un repaso a su trayectoria deportiva desde sus comienzos en el instituto. Natural de Seattle, acudiría al Garfield HS en el que ya comenzaría a tener lesiones de rodilla y de tobillo, algo relacionado a una sobrenatural capacidad para el salto -decían que llegó a alcanzar las 42 pulgadas (1,06 metros) de salto vertical- y que en palabras de su mejor amigo desde aquella época “podía saltar más alto que cualquier persona que hubiera visto jamás en una cancha”. En su año senior sería considerado uno de los mejores jugadores de high school del estado de Washington. Tanto es así que inscribió su nombre en el Draft de 2002 pero tras unos workouts con los Blazers, la propia franquicia le aconsejó que no diera el salto tan pronto. 
 
En Portland se quedaron con su nombre y dejarían que el intenso baloncesto universitario cocinara a fuego lento al jovencísimo Roy. 
 

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En su periplo universitario, de cuatro años, no se marchó muy lejos de su hogar y decidió comprometerse con la Universidad de Washington. El comienzo de su camino empezó con un duro revés desde que nuestro protagonista fuera declarado ineligible por la NCAA al comienzo del curso 2002/03.
Roy sufría de una discapacidad de aprendizaje que le ralentizaba a la hora de realizar exámenes. Esto le pasó factura en el SAT, algo así como el examen de acceso a la universidad en Estados Unidos, ya que tras un primer intento fallido, en la segunda ocasión sus notas mejoraron exponencialmente algo que resultó sospechoso para el tribunal de la NCAA que no dio validez a ese examen. El joven Brandon estuvo durante ese primer semestre trabajando en el envío de contenedores en el puerto de Seattle por 11$/hora. En unas declaraciones años después el propio jugador afirmó “yo era ese chico del que decían, ¿qué pasó con Brandon Roy? , otro más que no lo consiguió”.
 
El 23 de enero de 2003 se vestiría de corto por primera vez como jugador de los Huskies. Ahí ya estaba Nate Robinson, también en su año freshman, siendo la referencia ofensiva del equipo. No fue hasta su último año, en la temporada 2005/06 tras la marcha de “Kryptonate” a la NBA, en el que nuestro protagonista se erigiría como la estrella del estado con unas estadísticas impecables en las que destacaban su impoluta carta de tiro. Todo ello le valió para ser incluido en el First Team All-American y ser galardonado con el Pac-10 Player of the Year.
 
Así fue como el 28 de junio de 2006, David Stern anunciaba el nombre de Brandon Roy en sexta posición ante el público del Madison Square Garden. A las 20:07 el comisionado nombraría a Roy como la elección de Minnesota Timberwolves pero tan solo 37 minutos después era traspasado a Portland, a tres horas en coche de su Seattle natal. Le estaban esperando desde aquel workout cuatro años atrás a pesar de sus maltrechas, ya entonces, rodillas.
 
Aquí el análisis (en inglés) de Draft Express de Brandon Roy de cara a ese Draft: 
 
En este contexto se adentraba Roy en el intenso y competitivo mundo de la NBA, esa maquinaria capaz de devorar jugadores recién llegados sin ningún tipo de compasión. Pero el que ya era oficialmente el dorsal número 7 de la franquicia de Oregon estaba más que preparado para su primer contacto con la competición. 
Debut ante sus idolatrados SuperSonics de Seattle, en su casa. Tuvo 35 minutos en los que hizo 20 puntos con 10/16 en tiros de campo, no era un rookie, estaba listo para arrasar en la élite.
En aquella temporada 2006/07 jugaría 35 minutos de media por partido produciendo 16,8 puntos, 4 asistencia y 4 rebotes por noche. Se perdería en esa temporada 25 partidos por una lesión en el talón, algo que no le impidió ganar el galardón de novato del año casi por unanimidad -127 de 128 votos como mejor rookie- a pesar de la polémica que se creo al ser el segundo galardonado con menos partidos jugados en su primera temporada por detrás de Patrick Ewing. 
El equipo, en plena reconstrucción y con muchas piezas jóvenes, no alcanzaría los playoffs y se conformarían con un récord de 32-60.
 
Para reconocer el impacto de “B-Roy” en la liga, las tres siguientes temporadas se consagraría como el go-to-guy de la franquicia, siempre bien apoyado por LaMarcus Aldridge. Tenía claro que era su momento para empezar a demostrar su potencial y en la temporada 2007/08 se fue a los 19 puntos por partido a los que añadía casi 6 asistencias, siendo el mejor del equipo en ambos apartados. Para la memoria dejaría esta canasta delante de Chris Bosh evocando en algunos el recuerdo de la canasta de Michael Jordan ante Los Angeles Lakers
 

Brandon Roy Famous Switch-Hand Layup - FULL HD

 
El ciclón “Brandon” comenzaba a dejar su rastro y como consecuencia, haría su primera aparición en el All-Star de ese año. Tuvo una actuación destacada con 18 puntos en 29 minutos. En lo que respecta a los Trail Blazers, mejorarían su récord con nueve victorias más que la temporada anterior pero no sería suficiente para colarse en los disputados playoffs de la Conferencia Oeste.
Pero tan rápido como empezaba a despegar y a hacerse un sitio dentro del elenco de estrellas del momento, se sometía a una corta operación en el verano de 2008 para quitar un trozo de cartílago que estaba irritando su rodilla izquierda, la misma en la que sufrió una lesión de menisco en su segundo año de instituto. 
 
Esto sin embargo no sería impedimento para que “The Natural” llegase al opening day el 28 de octubre en Los Ángeles. Esta 2008-2009 sería, a la postre, el pico de carrera de Brandon Roy a varios niveles: liderazgo, partidos jugados y producción en la pista.
Y dentro de esta temporada tendría una serie de cinco partidos consecutivos en el mes de noviembre en el que entraría en trance. Lograría su career-high con 52 puntos y no bajaría de los 29, todo ello con más de un 50% en tiros de campo
Para completar una temporada fantástica: su segundo All-Star como reserva, varios premios a jugador de la semana, récord de robos en un partido en la historia de la franquicia, noveno en la votación por el MVP y como colofón, su inclusión en el 2º mejor quinteto de la liga
A nivel colectivo, el equipo daba un salto importante alcanzando las 54 victorias pero a pesar de ser el mejor ataque de la liga caerían ante los Rockets en seis partidos. 
 
Sumido en lo que parecía una trayectoria ascendente comenzaba una nueva temporada con un contrato de 5 años por el máximo salarial (82 mill. $). Roy correspondía en la cancha a la confianza que depositaron en él con un nivel sobresaliente desde los primeros partidos. Una nueva nominación para el partido de las estrellas confirmaba su estado de forma aunque lamentablemente volvería a recaer de sus lesiones, esta vez el tendón de la corva, dos semanas antes y no podría disputarlo. Para dar la puntilla, el 11 de abril de 2010 con la temporada a punto de finalizar sufría una contusión en su rodilla derecha. Esta le obligaba a operarse, una vez más, y perderse los primeros tres partidos de playoffs ante Phoenix Suns. Con actuaciones discretas y errático en el tiro no conseguía levantar a los Trail Blazers que caían en el sexto partido de nuevo. 
Repetiría como integrante de los mejores quintetos de la NBA, esta vez en el tercero.
 
Con 26 años recien cumplidos comenzaba la temporada más agridulce de los últimos años pero no por el comienzo sino por su final. Roy empezaba la 2010/11 con el ritmo anotador que le caracterizaba hasta que comenzó a perderse juegos desde mitad de noviembre. Lo peor estaba por llegar pues el 30 de diciembre Portland anunciaría la baja indefinida del 7 rojinegro. Volvió en febrero pero se veía que no era el mismo, su explosividad y su producción habían decaído por culpa de la falta de cartílago en sus rodillas. 
 
La franquicia llegaba a playoffs y el escolta nos regalaba su último gran momento. En una resurrección de juego inesperada en el cuarto partido frente a Dallas Mavericks, anota 18 puntos en el último cuarto en una de las mayores remontadas vistas en postemporada incluyendo un 3+1 a falta de 49 segundos para el final. 
 

Brandon Roy scores 18 points in Blazers' 4th quarter comeback vs. Mavericks Game 4 (4.23.11)

 
Finalmente caerían de nuevo en primera ronda y meses después, a punto de comenzar el training camp de la temporada del cierre patronal, anunciaba el punto y final a su carrera después de que los médicos le advirtieran que en palabras del propio jugador “podía acabar en silla de ruedas a los 30 años”
En ese momento tenía 27, la edad considerada idónea para alcanzar su pico de calidad en la cancha. No pudo ser y nunca sabremos que hubiese sido de él sano. Uno de los mayores “what-if” de la historia de la liga. Y por honrar esto último, es de novela que Minnesota Timberwolves, el equipo que le drafteó, le ofreciera un puesto para su regreso dos temporadas después. 
 
Jugó cinco partidos antes de operarse de la rodilla para, ahora sí, poner fin a su carrera como jugador. 

¿DÓNDE ESTÁ? ¿QUÉ HACE AHORA?

 
Durante cuatro años -de 2012 a 2016- quiso estar lejos del foco mediático en los que admite que quería descansar y reevaluar su vida en su casa, en Seattle. 
Y no fue hasta la primavera de 2016 cuando Roy decidió volver a la cancha como entrenador. Iba a ser el encargado de entrenar al equipo del Nathan Hale High School, a tan solo 20 minutos de su casa. Tenía claro que quería seguir en el mundo de la pelota naranja de alguna manera y aunque sus rodillas dijeron basta, su capacidad para entender el juego continuaba intacta. 
 
El bueno de Brandon ha sido capaz de reinventarse y se prevé un gran futuro como entrenador. En su primera temporada consiguió un récord invicto de 29-0 contando en la rotación con Michael Porter Jr., situado en el top 5 en las quinielas de este Draft, y su hermano Jontay. Ganaron el campeonato estatal y fue galardonado con el Naismith High School Coach of the Year. Nada mal para su primer año. 
Tanto es así que en mayo de 2017, justo al acabar la temporada era transferido al Garfield High School. Era el regreso a su alma mater, aquella que le retiró su número 4 un año antes. 
 

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Brandon Roy como entrenador
 
 
Sin embargo esto sucede dos semanas después de que el antiguo jugador se viese envuelto en un tiroteo en el conocidísimo barrio argelino de Compton el día 30 de abril . Roy resultó herido por bala en una de sus piernas pero en ningún momento su vida corrió peligro. Unos meses después decía sobre el suceso que “no podía creer que me hubiesen disparado, es estremecedor. Estuvo pensando en mis hijos todo el tiempo”.
 
Continuando con su trayectoria en los banquillos volvía a ganar el pasado mes de marzo el título estatal demostrando que el rendimiento de su equipo no estaba relacionado con tener a una futura estrella a sus órdenes. Incluso él tenía dudas al ganar su primer campeonato diciendo que “no sé aún si soy un buen entrenador pero me siento orgulloso de ser parte del juego de nuevo”
 
Su futuro parece encaminando a ir escalando hasta llegar a un puesto en la NBA pues se rumorea que será más pronto que tarde cuando dará el salto como entrenador principal en una universidad de la División I.
 
Y es que aunque rompas un cristal en varios pedazos, a pesar de las marcas, siempre se puede volver a reconstruir quedando algunas partes intactas. Quizás eso le ha reservado el destino a Brandon Roy, sin duda, una capacidad innata para sobreponerse a las adversidades una y otra vez. 
 

Top 10 Plays of Brandon Roy's Career

 

Sobre el autor

 
Imagen de Pablo Fernández Pablo Fernández @PaabloFdezConfiando en el proceso.
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Comentarios

Galardonado con el Naismith High School Coach of the Year. Te puedes hundir, te puedes quejar, te puede compadecer o... puedes ser BRANDON ROY.

Uno de mis jugadores favoritos de siempre. Lástima que su carrera como no duró mucho... Y espero verte algún dia en Memphis.