Muere otra vez (2020), de Joe Carnahan

Un despiadado asesino liquida al miembro de las Fuerzas Especiales retirado Roy Pulver, que sin embargo despierta una y otra vez el día de su muerte. Tras numerosos intentos fallidos de sobrevivir, descubre que la causa de encontrarse atrapado en un bucle temporal está relacionada con su ex, Jemma Wells, que ha creado El Eje de Osiris, máquina capaz de alterar el espacio tiempo, para Clive Ventor, un magnate sin escrúpulos, que pretende utilizarlo para fines diabólicos.

Joe Carnahan ha mostrado su capacidad para rodar buen cine de acción con títulos como Infierno Blanco y El equipo A. Esta vez rueda sin demasiado presupuesto un film que se inscribe en el subgénero del Día de la Marmota, compuesto por las numerosas imitaciones de Atrapado en el tiempo, entre los que destacan títulos como Al filo del mañana o Feliz día de tu muerte. El realizador, que también ha metido mano en el guión, logra cierta frescura, al recurrir a constantes elementos de humor, y homenajear a los videojuegos, donde el personaje central suele morir una y otra vez, y se ve obligado a comenzar una nueva partida. El título, Boss Level, hace referencia a la pantalla final, donde el jugador se enfrenta al jefe de los villanos, o sea el objetivo más difícil de superar.

Cercana a la serie B, se agradece que la película no se tome en serio. Carnahan filma eficaces secuencias de acción, y se las arregla para meter novedades todo el tiempo a buen ritmo, de forma que el espectador no se aburre. Como protagonista, Frank Grillo no realiza una interpretación memorable, pero logra que su personaje caiga bien, y está bien acompañado por Mel Gibson, que parece haberlo pasado en grande dando vida a un villano pasado de rosca. Quizás esté un poco desaprovechada Naomi Watts, en un papel breve que no le da ocasión de demostrar su pericia.