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Reportaje: El poder del bal�n

El CSKA de Mosc�, v�ctima de la guerra entre Stalin y Tito

Por MIGUEL �NGEL LARA

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Selecci�n de la URSS participante en los Juegos Ol�mpicos de Helsinki.

Selecci�n de la URSS participante en los Juegos Ol�mpicos de Helsinki.

La estaci�n Leningradsky, la m�s antigua de las nueve principales de Mosc�, estaba casi vac�a el 27 de julio de 1952 cuando el equipo de f�tbol de la Uni�n Sovi�tica se bajaba procedente de Helsinki, previa parada en Leningrado. Era la primera vez que la URSS tomaba parte en unos Juegos Ol�mpicos y ellos hab�an ca�do eliminados en el segundo partido tras un desempate con Yugoslavia. Ver que no hab�a coches especiales de las fuerzas de seguridad esper�ndoles ni las famosas gabardinas que asustaban a cualquier moscovita fue un alivio para ellos porque sab�an que la derrota iba m�s all� de lo deportivo.

En 1952, Yugoslavia era un demonio para el Kremlin y Stalin m�s peligroso incluso que Estados Unidos. Josip Broz Tito, el mariscal que dominaba el Partido Comunista Yugoslavo, hab�a roto de manera total con la ‘madre URSS’ despu�s de llegar incluso a hablar con Stalin de anexionar Yugoslavia al imperio sovi�tico. El ‘padrecito’ vio en aquello un intento de los eslavos de acabar con �l y comenz� a ver ‘titoistas’ por todos lados como a�os antes vio trotskista, bujarinistas o fieles a Tujachevski. Tanto fue su miedo a ser liquidado por los hombres de Tito que fueron muchos los actos oficiales a los que mandaba al actor georgiano Mihail Guelovani, su doble en las pel�culas. Yugoslavia quedaba fuera de la �rbita de Mosc� y separada de todo el bloque comunista. La oveja descarriada.

A los jugadores del equipo ol�mpico de la URSS no hac�a falta que les explicaran qu� significaba aquella derrota, que fue seguida en los despachos del Kremlin en directo y de la que los ciudadanos sovi�ticos nunca vieron una sola imagen. Nada m�s acabar el partido, al entrenador, Boris Arkadyev, se le orden� tomar el primer vuelo que hubiera entre Helsinki y Mosc�. Del aeropuerto de Vnukovo fue llevado directamente a un centro de los organismos de seguridad para ser interrogado y que diera explicaciones.

La tranquilidad de los jugadores al llegar a Mosc� dur� poco. Se reintegraron a sus equipos para jugar un campeonato que desde el final de la Segunda Guerra Mundial estaba siendo dominado por el CDSA, el equipo del Ej�rcito Rojo, futuro CSKA. La indicaci�n de que algo se coc�a en las altas esferas del estado sovi�tico la tuvieron a trav�s de una f�rmula habitual en las purgas stalinistas: las cr�ticas desde la prensa. Cuando los peri�dicos pon�an a alguien en su punto de mira es que desde arriba se hab�a dado orden de hacerlo. ‘Pravda’ y ‘El deporte sovi�tico’ iniciaron una campa�a feroz.

Malenkov, encargado de dirigir el proceso.

Malenkov, encargado de dirigir el proceso.

Y arriba se hab�a decidido que la derrota ante los yugoslavos (3-1 en el desempate tras un 5-5 en el primer partido, en el que la URSS levant� un 4-0 a falta de 44 minutos y un 5-1 a falta de 15) no pod�a quedar sin castigo. Stalin, al que el f�tbol le daba igual, quer�a culpables y Lavrenti Beria, amo de los servicios secretos y se�or supremo del Dinamo de Mosc�, el equipo del NKVD, vio el cielo abierto para acabar con el dominio del llamado ‘equipo de los tenientes’.

El CSDA qued� marcado porque fue el club que m�s jugadores llev� a Helsinki, incluido el t�cnico. De los futbolistas que pisaron el c�sped en el torneo ol�mpico, cuatro eran del equipo del ej�rcito, tres del Dinamo de Mosc�, dos del Dinamo de Tblisi, el VVS (equipo del hijo de Stalin) y el Zenit de Leningrado y uno del Spartak de Mosc�.

El caso pas� a manos de Georgi Malenkov, miembro de Politbur� muy cercano a Stalin y Beira. El 18 de agosto sali� de su despacho la Ordenanza n�mero 793. Ten�a tres puntos. El primero ordenaba la exclusi�n del campeonato sovi�tico de f�tbol del CSDA como consecuencia de "su fracaso en los Juegos Ol�mpicos y el serio da�o causado al prestigio del deporte sovi�tico". En el segundo se le quitaba a Arkadyev el t�tulo de maestro del deporte de la URSS y en el tercero se anunciaba que en las siguientes reuniones del comit� para la investigaci�n se estudiar�a el comportamiento individual de algunos jugadores.

Stalin no soportaba que la victoria ante la URSS hubiera sido celebrada en Yugoslavia con la gente en la calle

Antes de la siguiente reuni�n, el CSDA ya fue expulsado de la competici�n. El 18 de agosto no apareci� el autob�s oficial que deb�a llevar al equipo al estadio para medirse con el Dinamo de Kiev. De los 15 equipos que compet�an, s�lo quedaban 14. El 2 de septiembre sali� del despacho de Malenkov la Ordenanza 808. En ella se calificaba de "inadmisible" el juego en Helsinki de los defensas Bashakin y Krizevski "que facilitaron los goles de los yugoslavos. A Nikolaev se le acusaba de tener poca intensidad, a Beskov de jugar mal y a Petrov de actos de indisciplina y generar nerviosismo en el equipo. A los tres primeros se les conden� a un a�o sin poder jugar al f�tbol y a Petrov se le anul� el t�tulo de "maestro del deporte de la URSS".

Ante los yugoslavos, Bashakin hab�a cometido una mano que acab� en penalti y gol y Nikolaev tuvo la desgracia de que un remate suyo en una buena posici�n se fue al larguero. De los cinco ‘amonestados’, tres (Bashakin, Nikolaev y Petrov) eran del CSDA. A�os despu�s, los ‘procesados’ se atrevieron a opinar: "Hablamos entre nosotros en el viaje de vuelta que hubiera sido mejor perder el primer partido, en el que ganamos a Bulgaria 2-1".

El proceso no acab� all�. Las acusaciones fueron creciendo y la dureza de los peri�dicos iba en aumento para con los acusados. Arkadyev y los jugadores empezaron a ver de cerca la posibilidad de acabar en el gulag. "El CSDA ha cubierto de deshonor a la patria" escribi� Konstantin Andrianov, el delegado de la expedici�n sovi�tica en Helsinki. Stalin no soportaba que la victoria ante la URSS hubiera sido celebrada en Yugoslavia con la gente en la calle. Suya fue la orden de colocar en la prensa al mismo nivel que el �xito de los deportistas sovi�ticos en Helnsinki (segundos en el medallero, a solo cinco medallas de Estados Unidos, 76-71) el triunfo en al final de f�tbol de Hungr�a sobre los yugoslavos.

Tapado por el proceso a los m�dicos jud�os acusados de querer acabar con la elite del Comit� Central, la prensa moscovita iba deslizando acusaciones que rozaban con la traici�n a los se�alados por el fracaso ol�mpico. Un caso y otro, el de los galenos hebreos y el del equipo ol�mpico, quedaron sepultados el 5 de marzo de 1953 cuando la radio oficial comenz� a emitir m�sica f�nebre. Stalin hab�a muerto. Las acusaciones ser�an eliminadas en breve. Beria fue condenado a muerte el 23 de diciembre de ese mismo a�o en un juicio presidido por el mariscal Ivan Konev. La ejecuci�n se realiz� el mismo d�a. Antes de morir no pudo ver a su Dinamo ganar la Liga. El t�tulo fue para el Spartak de Mosc�, otro de los equipos a los que persigui�. La muerte de Stalin posibilit� la rehabilitaci�n del CSDA, que se refund� como CSKA, pero el campe�n sovi�tico en 1946, 47, 48, 50 y 51 no volver�a a cantar un t�tulo de Liga hasta 1970.

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46 comentarios

duluth

#49 17.may.2012 | 20:35

#28 Te equivocas, en el sistema comunista la persona no tiene ning�n valor, es solo una herramienta del Estado, y el "estado - Dios" propiedad privada de la nomenclatura que ejerce un control supremo sobre los bienes materiales y sobre la conciencia de la gente. La igualdad por decreto elimina la libertad y por lo tanto a las personas.

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SerPiter

#50 04.jun.2012 | 11:01

@duluth lo mismito qu el fascismo cuyo ideario sale salvo peque�as excepciones del anarcosindicalismo mas furibundo

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narmania

#51 28.feb.2013 | 23:51

"Tanto fue su miedo a ser liquidado por los hombres de Tito" STALIN tenia miedo d TITO, MARCA es una broma? no tuvo miedo a hitler, y temia a tito, ole ole ole

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WhiteDanger

#52 07.mar.2013 | 11:53

Aparte de la tonter�a e imaginaci�n con la que se narran los hechos Stalin (y no solo �l sino el pueblo sovi�tico) no toleraba a Tito simple y llanamente por su desv�o revisionista que distaba mucho de una l�nea marxista-leninista. Yugoslavia no fue un pa�s socialista, Tito impulso la posesi�n de los medios de producci�n en manos de la peque�a-burgues�a. Hoxha era el gran ejemplo a seguir, un hombre y un pa�s que se mantuvieron inquebrantables a los embates de la reacci�n.

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yorchp

#53 08.nov.2013 | 22:12

ya te digo@HISPANO1903

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yorchp

#54 08.nov.2013 | 22:23

dices que hay que comparar a cuba con los paises de su entorno, no? pues yo pensaba que estados unidos era un pa�s del entorno de cuba. mira si es del entorno de cuba que hay gente que una se�ora de 64 acaba de nadar de florida a cuba incluso sin jaula de protecci�n contra tiburones, as� que mal vas diciendo el chiste ese de que no hay que comparar a cuba con espa�a porque hay que compararlos con los de su entorno@Victor992

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