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Película perfecta para hacer un programa doble con ‘La gran bouffe’, de Ferreri. La directora austriaca Jessica Hausner organiza una terrible, extrema y muy sórdida fábula ‘educativa’ en el interior de un colegio y con una asignatura llamada ‘Alimentación Consciente’. Muy en esa línea que viaja por el extrarradio de Ulrich Seidl, director temible y austríaco que es aquí productor. El argumento tiene miga, con una profesora, Miss Novak (Mia Wasikowska), que da clases de nutrición y bien comer (¿?) a la que se suman con entusiasmo unos cuantos alumnos gracias al anzuelo inevitable de verdades actuales, como el consumo sostenible, los problemas del clima, la estética recomendable y la salud eterna.
Hausner avisa al comienzo de que su película puede herir algunas sensibilidades (¿las de los adoradores de la agenda 2030, las de los adoradores de los espejos o las de los que tienen por costumbre comer?), caricaturiza casi todo lo que va a contar y desprecia a todos los personajes, niños ricos y bobos con padres aún más estúpidos. La trama consiste en ver hacia dónde se dirige esa alimentación saludable, y en comprobar los cambios que se producen en ellos y cómo la idiotez germina con una facilidad asombrosa. Es una película rápida, aunque estancada, insistente y reiterativa en su camino entre la nutrición y la desnutrición, con una gracia que no siempre es graciosa y con momentos desconcertantes y alguno también repugnante.
Es curioso el personaje protagonista, Miss Novak, y la forma de interpretarlo de Mia Wasikowska, entre lo físico y lo espiritual, casi como el gurú de una secta para embaucar panolis. Nunca se ofrecen las motivaciones de este personaje imposible, pero la actriz lo llena de dinamismo y obsesión. De animada ambientación, vestuario y música, de ágil planificación y de intenciones extrañas, que tal vez pretendan alertar sobre las memeces del primer mundo, sobre la fragilidad intelectual de educadores y educandos, o tal vez sobre algo más prosaico como la urgencia de zamparse un plato de callos a la salida.
@OtiRMarchante
Nota final del editor: Publicamos esta crítica con la autorización expresa de su autor, ya que la ha escrito para el diario Abc, en el que trabaja desde hace más de 7 lustros.
