El ‘robo’ de Bobby Moore: ¿Injusticia, montaje o impunidad?
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El ‘robo’ de Bobby Moore: ¿Injusticia, montaje o impunidad?

BOBBY MOORE

National Media Museum @ Flickr Commons

Vicente Silva Vargas - Aleteia Colombia - publicado el 15/06/18

Cuarenta y ocho años después, no se sabe si uno de los futbolistas más famosos del mundo se apoderó de un brazalete de oro en Colombia

Los hechos se remontan a mayo de 1970 cuando Inglaterra, campeón de 1966 viajó a Bogotá y Quito para jugar en la altura de los Andes tres partidos preparatorios para el Mundial México 1970, torneo en el que los británicos eran favoritos. La gira fue exitosa en lo deportivo: el 20 de mayo sus selecciones A y B derrotaron 4-0 y 1-0 a las de Colombia y a los pocos días vencieron a Ecuador 2-0.

De paso para México los dirigidos por sir Alf Ramsey hicieron escala en Bogotá, pero su salida fue empañada por la detención del famoso Bobby Moore a quien se acusó del robo de un brazalete de oro con incrustaciones de esmeraldas y diamantes. Clara Padilla Salgado, dependiente de la joyería Green Fire ―ubicada en el Hotel Tequendama, en donde se alojaron los europeos― le había dicho a la Policía que una semana antes el capitán inglés, su compañero Bobby Charlton y otro jugador llegaron al lugar a observar algunas joyas pero no adquirieron ninguna. En cambio ―agregó― Moore robó el brazalete de 50 gramos escondiéndolo en su chaqueta.

El hombre que cuatro años antes había escalado la gloria al recibir la Copa Jules Rimet de manos de la reina Isabel II fue apresado y llevado como un delincuente a una comisaría de policía. Sin embargo, la benevolencia de las autoridades permitió que la estrella del West Ham United no durmiera en una cárcel sino en la casa de Alfonso Senior, un directivo del fútbol colombiano.

Moore compareció ante un juez de Instrucción Criminal que lo interrogó y lo puso cara a cara con la vendedora y Álvaro Suárez, quien según la presenta de la época era «un oscuro personaje» que dijo haber visto al futbolista apoderarse de la alhaja. En todo momento, revelaron los detectives que lo custodiaron día y noche, «Bobby no perdió la calma y colaboró con los autoridades». Incluso, para que estuviera en forma se autorizó su preparación en la sede del club Los Millonarios.

Las relaciones colombo-británicas estuvieron en máxima tensión durante una semana. El primer ministro Harold Wilson trató el asunto como un problema de Estado con el presidente colombiano Carlos Lleras Restrepo y el Foreign Secretary, a cargo de Michael Stewart,le pidió a su embajada en Bogotá que hiciera «lo necesario para solucionar el problema y lograr que Moore fuera al Mundial».  

Las presiones británicas dieron resultado. Cuatro días después el juez Pedro Dorado ordenó la libertad provisional del futbolista por considerar que no había pruebas suficientes para encarcelarlo y le permitió viajar a México. El jueves 28 Moore salió solo de Bogotá, con tres kilos de peso menos y el compromiso de comparecer ante los consulados en México y Londres. En Guadalajara, tres días antes de inaugurarse el evento, se reencontró con sus compañeros pero su equipo no pudo retener el título al ser eliminado en cuartos de final por Alemania Occidental.

Los interrogantes

El abogado colombiano Germán Navas Talero no tiene duda de que la investigación quedó en la impunidad «por la absurda costumbre colombiana de rendirles pleitesía a los extranjeros».

Testigo excepcional del caso porque intervino en el proceso como vocero de la Procuraduría General de la Nación para tratar de esclarecer el hecho, Navas Talero sostiene que la investigación tuvo fallas notables. Uno de los errores ―agrega― fue que nunca se verificó si las huellas digitales halladas en la joyería correspondían al jugador o si eran de otra persona. Su afirmación es contundente: «Curiosamente, cuando se pidió esta prueba, los investigadores informaron, luego de la salida de Moore del país, que esas huellas no estaban en el registro nacional».

Navas Talero ―integrante de la Cámara de Representantes en la actualidad― cree que el robo del brazalete avaluado entonces en 1.500 dólares no fue una mentira de la vendedora pero tampoco se lo atribuye al británico. «Ella no tenía razones para armar una fábula de esa naturaleza y siempre creí en su testimonio», recalcó. En entrevista con Aleteia el exprocurador afirmó que el dueño de la joyería, Danilo Rojas Castellanos, de quien se dijo que buscaba una indemnización, «tampoco pudo hacer un montaje porque todo fue tan rápido que no hubo tiempo para hacerlo».

Hubo otros ingredientes basados en especulaciones. Una de ellas señala que Moore robó la joya para regalársela a una mujer con la que tuvo amores en Bogotá. Otras versiones mencionan un complot de apostadores interesados en desmoralizar a los ingleses para favorecer a Brasil y el pago de dinero por parte del gobierno británico para liberar a su estrella. Por último, se señaló que Álvaro Suárez ―uno de los acusadores de Moore― fue el ladrón del brazalete y que por este delito fue a la cárcel. Ninguna de estas versiones fue corroborada por las autoridades.

Aunque Moore declaró que este escándalo fue«el momento más amargo» de su vida, sus compatriotas siempre lo reconocieron como un caballero del deporte que disputó casi un centenar de partidos con su selección. Además, la BBC lo incluyó en 2002 en la lista de los cien personalidades británicas más importantes de la historia y otros especialistas lo ubicaron al nivel de Pelé, Beckenbauer, Cruyff y Maradona.

Bobby ―que nunca fue condenado ni absuelto― murió el 24 de febrero de 1993 víctima de un cáncer de colon. En su memoria se creó una fundación especializada en el estudio de esta enfermedad.

¿Y qué pasó con el brazalete? La respuesta la tiene Navas Talero: «Perdido estará. No se sabe en qué mano o en qué tobillo está reposando».

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