Cazador blanco (2020), de John Barr

Jim Reed es un hombre maduro y solitario. Se dedica a cazar en las tierras altas de Maine, en los bosques nevados y silenciosos, en donde apenas hay puestos de control. Con un pasado traumático a cuestas, apenas mantiene algunas relaciones con los guardas y con una joven camarera de la zona, Debbie. En una de sus cacerías Jim matará por error a una mujer que llevaba a cuestas una enorme suma de dinero, al parecer procedente de un sonado atraco en un casino.

Discreto producto dramático que poco a poco va avanzando hacia el thriller y la acción y que presenta a un personaje que no acaba de resultar del todo atractivo. Dirige el debutante John Barr, quien juega con escasos elementos y ofrece una historia bastante lineal, sin generar demasiadas aristas. Y aunque tiene componente dramático –su pasado, su relación con la camarera y su marido– estos aspectos son pasajeros, no se tratan de modo completamente satisfactorio y el desenlace adolece de falta de imaginación. Todo es un tanto simple.

Ambientada en localizaciones nevadas, la mayoría de las veces en medio de la montaña –un área denominada North Maine Woods–, Cazador blanco presenta además una visión de la vida un tanto deprimente y algunas decisiones del protagonista son bastante cuestionables. Protagoniza con esfuerzo Tom Berenger (Platoon), un actor a quien se le nota ya demasiado su edad (71 años al rodar el film) pero que consigue al menos hacer convincente su interpretación. Le acompaña como secundaria una correcta Kristen Hager.