España y Senegal lanzaron ayer una nueva alianza global contra la sequía en el arranque de la cumbre del clima de Sharm el-Sheij (COP27). La iniciativa, presentada ante los líderes de Naciones Unidas, pretende crear una “plataforma política colaborativa” para impulsar medidas que permitan a países, ciudades y comunidades “reducir su vulnerabilidad, impacto y exposición a las sequías extremas”. Las sequías son uno de los fenómenos extremos que más se han intensificado en las últimas décadas y que, según apuntan las proyecciones, irán a peor con el avance de la crisis climática.

La creación de esta alianza internacional contra las sequías se anunció por primera vez el pasado mes de septiembre, durante la asamblea general de Naciones Unidas, pero no ha sido hasta su llegada a Sharm el-Sheij que ha despegado de manera oficial. El pacto suma la firma de más de 25 países y una veintena de entidades y, según argumentan sus impulsores, arranca con una inyección inicial de cinco millones de euros. La Unión Europea será uno de los miembros de esta alianza, según anunció Ursula von der Leyen. Se trata de uno de los primeros acuerdos globales presentados en el marco de la cumbre del clima de este año.

“Solamente seremos resilientes al cambio climático si nuestra tierra lo es”, destacaron los impulsores de esta iniciativa durante su presentación oficial. “Estamos en una carrera por la resiliencia ante la sequía, pero es una carrera que podemos ganar”, destacó Ibrahim Thiaw, secretario ejecutivo de la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación (CNULD), tras la presentación de esta iniciativa. El pacto, de hecho, hace especial hincapié en consolidar “iniciativas regionales” contra la sequía. El presidente de Kenia, William Ruto, explicó, por ejemplo, que este acuerdo permitirá plantar en su país 5.000 millones de árboles en los próximos 5 años y más de 10.000 millones durante la próxima década.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, destacó la necesidad de “promover la innovación, la transferencia de tecnología y la movilización de recursos para combatir la sequía en los países expuestos a esta amenaza”. Sánchez también hizo hincapié en el peligro que suponen las sequías para millones de seres humanos de todo el mundo, que debido a la falta de recursos hídricos han quedado expuestos a una crisis alimentaria sin precedentes. El presidente de Senegal, Macky Sall, tomó la palabra para alertar sobre cómo el avance de la crisis climática está hundiendo en la pobreza a millones de personas del sur global. “En 2030, solo en África, se estima que 118 millones de personas estarán en riesgo de pobreza extrema debido a la subida del nivel del mar, las inundaciones, las sequías y otros fenómenos extremos”, destacó durante su comparecencia: “Todos, gobiernos, ciudadanos y sociedad civil, tenemos la obligación de no serrar la rama en la que estamos sentados”.

El gran pacto global contra la sequía ha sido impulsado por España y Senegal, dos países amenazados por el mismo problema. En los últimos años, Senegal ha vivido varios periodos de sequía extrema que, a su vez, dejaron expuestos a casi un cuarto de millón de personas a una grave situación de inseguridad alimentaria. España, por su parte, acaba de vivir una de las peores sequías en más de 500 años. Las previsiones apuntan que el avance de las sequías podría situar el 75% del país en riesgo extremo de desertificación.

El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC) calcula que, si no se toman medidas para minimizar el impacto de las sequías, en 2050 tres de cada cuatro personas sufrirá las consecuencias de la falta de recursos hídricos y todas las consecuencias que se derivan de este fenómeno.