Las mejores películas de Benedict Cumberbatch, ordenadas
De espía en gabardina a héroe con capa, de dragon mítico a auténtico monstruo de la política... ¿Cuál es tu Benedict Cumberbatch favorito?
Alguien debió decirle al actor británico que no se cerrara puertas, porque se lo tomó radicalmente en serio. No es solo que su carrera en el cine haya sido brutalmente prolífica en la última década, desde aquellos primeros trabajos televisivos, allá en 2002. No es solo número de películas, sino también variedad de formatos, multiplicidad de pantallas.
¿Quién podría reinterpretar al mítico detective de Baker Street, el personaje más retorcido y amanerado, durante cinco temporadas y salir airoso, allí donde tantos otros fracasaron? ¿Cómo “ser” el personaje más icónico del imaginario británico y no solo tocarlo con la punta de los dedos, solo disfrazarte de él? A la vez, ¿quién podría compaginar una nutrida carrera poniendo en escena a Shakespeare con una trayectoria consolidada en una megafranquicia superheroica?
Recordemos: Benedict Cumberbatch actuó en 2020 para las dos obras de teatro filmado más importantes del National Theatre Live, 'Frankenstein' y 'Hamlet'. Nos peta la cabeza.
Si a ello le añadimos la maravillosa capacidad vocal del británico, con sus pinitos como actor de doblaje (por ejemplo, ¿les suena el Grinch?) y sus míticas locuciones sobre documentales de naturaleza (atención a la particular forma de entornar “penguins” de sus reportajes sobre los ovíperos antáticos)… Pronto, nos damos cuenta de que algo ata todos aquellos proyectos en los que Cumberbatch ha participado, una idea algo banal, si se quiere, pero que nos obliga a mirar de frente a aquello que significa realmente el “trabajo actoral”, en todas sus facetas.
Antes nos preguntábamos: ¿por qué contratar a intérpretes radicalmente conocidos para papeles anónimos? Si a cada personaje hay que contraponerle su propia imagen, y no la del ‘Sherlock’ de la tele, o la del ‘Doctor Strange’, ¿por qué seguimos acudiendo a un actor profesional? La cuestión es sencilla: porque, detrás de cada fachada, detrás de cada mueca congelada y detrás de cada lágrima vertida, hay un rostro que las sostiene. Unos ojos que reconocemos.
Porque el actor pone algo de sí mismo dentro del personaje, y no solo viste su careta. O, lo que es lo mismo… Seguimos viendo a Benedict Cumberbatch detrás de todos sus papeles, por dispares que sean. Así, igual que reconocemos a un viejo amigo caminando de lejos por la calle, y nos alegramos de verle de lejos, mucho después de haberle perdido la pista, igual nos sentimos cuando descubrimos que en tal o cual película aparece Benedict, "nuestro Benedict".
Así nos abrimos, con una sonrisa de oreja a oreja, cuando el cine nos recuerda que seguimos reconociéndonos en unos pocos rostros brillantes. Entonces, si nos vemos a través suyo, sabremos que siempre encontraremos algún sitio al que llamar casa. ¿Y qué es mejor que sentirse en casa con Benedict Cumberbatch, a ver?