Belfast es la nueva película del director Kenneth Branagh (Asesinato en el Orient Express, Thor), un drama semi autobiográfico sobre la familia, los cambios y la añoranza de la infancia, contextualizado en la tumultuosa Irlanda del Norte de los años 60.
La infancia es una época que nos acompaña durante toda la vida. Indistintamente de que tus hechos de adulto cambien tus creencias o la persona que eras, los recuerdos de cuando somos niños nos marcan y definen, se transforman y son un crucero del que no podemos bajarnos. El veterano director Kenneth Branagh, que probablemente se asomase a los 60 cuando terminó el guion, por lo menos lo tiene claro: no se puede escapar del pasado. Y al igual que otros compañeros directores, con su último trabajo nos brinda una película tierna, humana, blanca y, especialmente, repleta de un sentimiento nostálgico que tiene la fotografía en ByN como mejor ejemplo de ello.
«Drama ambientado en la tumultuosa Irlanda del Norte de finales de los años 60. Sigue al pequeño Buddy mientras crece en un ambiente de lucha obrera, cambios culturales, odio interreligioso y violencia sectaria. Buddy sueña con un futuro que le aleje de los problemas, pero, mientras tanto, encuentra consuelo en su pasión por el cine, en la niña que le gusta de su clase, y en sus carismáticos padres y abuelos» (FilmAffinity).
Belfast es una película que está contada desde dos posiciones. Por un lado, la del niño que sueña con dedicarse a sus hobbies y se distrae con las cosas del día a día: la niña que le gusta, las conversaciones de sus abuelos o jugar en la calle; por otra parte, la del adulto que mira a esa tierna época añorando y recordando el poso que le dejó. Pese a que esté contada en medio de un ambiente de lucha social y enfrentamiento, Belfast se esfuerza por reconocer y brindar homenaje a las cosas buenas que rodean su mundo, en las que se refugia para no ver el de los adultos, una realidad mucho peor, y se distancia de ella hasta el punto de que casi todas las conexiones entre la realidad de Buddy y la que le rodea son o a través de interrupciones, o escuchando a escondidas.
Belfast es un filme que utiliza la música -firmada por Van Morrison- normalmente para reforzar el sentimiento del que hablan las imágenes, pero dotándola de esa carga nostálgica que la acompaña. No obstante, por cámara el trabajo es muy académico y, pese a que está bien realizado, no encuentro ningún motivo para destacarlo. La fotografía en ByN es correcta y estética, pero no representa un mayor peso visual en la trama, simplemente retrata de una forma adecuada a los actores, para dejarlos a ellos ser quienes brillen; y lo mismo con la Puesta en Escena por cámara, sin muchos matices: correcta y estética, mostrando y reforzando todo lo que vendría en guion por momentos muy bien, normalmente bien y, en algunos casos, resultando muy forzada. No desentona, pero tampoco brilla.
Crítica de ‘OLD HENRY‘, en Movistar +
En cuanto a los actores, Jude Hill mantiene el peso de la trama y cumple sobradamente para dar verosimilitud a todos los sentimientos que tiene que mostrar. Consigue empatizar y encariñar, que en este caso diría que es lo más importante con este personaje. Todo ello aderezado con otras actuaciones correctas como la de Caitriona Balfe, Jamie Dornan, Judi Dench o Ciarán Hinds, entre otros, que consiguen completar un bello marco familiar.
En definitiva, Belfast es una película que, aunque no enamore, despierta sentimientos y recuerdos, está bien rodada y consigue que disfrutemos de su trama con una sonrisa, pese a los problemas que retrata. Creo que tenía elementos de sobra para golpear mucho más fuerte, pero, en mi caso, y quizás debido a su tono, su intención de ser lo más académica y correcta le juega un pequeño traspiés, el hecho de solo quedarse en eso y no destacar. Obviamente, es especialmente recomendable para verla en familia.
