'Being the Ricardos' se estrena en Prime Video el 21 de diciembre.

Después de 'El juicio de los 7 de Chicago', Aaron Sorkin daba una siguiente parada en la revisión del imaginario histórico de los Estados Unidos que empezara con 'El ala oeste de la Casa Blanca'. Y de los juzgados pasaba a otro tipo de palestra (quizás otro tribunal, a su manera): los sets de televisión. Sorkin fija cámara y afila lenguas para contar una semana especialmente dura en la vida de la increíblemente popular Lucille Ball, responsable de una de las sitcoms más renombradas de la televisión norteamericana, 'I Love Lucy', madre de todas las series de comedia que hoy nos desencajan de risa. Durante esos fatídicos siete días, la epónima Lucy y su marido Desi Arnaz (Javier Bardem) se enfrentaron a una crisis que podría terminar con sus carreras, así como con su matrimonio.

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Amazon Prime

La película de Sorkin ha empezado su vida con buen pie, antes de su estreno en salas americanas mañana 10 de diciembre, con dos nominaciones en los premios Satellite de la crítica estadounidense, por las actuaciones de Nicole Kidman y J.K. Simmons, actriz principal y actor de reparto. Esto es una señal excelente: los Satelite, que se entregan el día 5 de enero, abren la temporada de premios y suelen predecir títulos ganadores de cara a los Oscar ('Nomadland', por ejemplo, triunfó en 2021). Pero ¿qué ha dicho la crítica que ya ha visto la película?

En resumidas cuentas, el clima de opinión es parecido al que han ido recibiendo las últimas películas del director: "mixto". La mayoría de críticos, por ejemplo, destacan el estilo amanerado del guion y la dirección de Sorkin (ya sea para bien o para mal), así como el trabajo interpretativo de una Nicole Kidman que no duda en despeinarse para el bien (¿o para el mal?) de su impersonificación.

Críticas positivas

La película ha gustado mucho a Owen Gleiberman, de Variety, quien titula su pieza con un "Nicole Kidman y Javier Bardem interpretan a Lucille Ball y Desi Arnaz con una irónica perfección". Al titular potente, el autor destaca la necesidad de releer las películas de Sorkin con algo más de detalle que el que permiten los cuatro trazos que engloban el "estilo sorkinano" (él lo llama "Sorkinese") o, lo que es lo mismo, diálogos rítmicos, pasillos inacables y un intercambio de líneas de altos vuelos. Sin embargo, el mismo Gleiberman acaba destacando que la película es puramente sorkiniana, más papista que el Papa: "una hermosa ilustración de lo embriagador [que este estilo] puede ser".

Dice Gleiberman: "Los diálogos en 'Being the Ricardos' tienen una franqueza contundente, el ingenio de una daga y las esquinas perfectamente cortadas de la 'Sorkinese', en una línea que podría describirse como una comedia 'screwball' talmúdica". Descrita como "estilizada y emocionante", el crítico arguye que la velocidad vertiginosa que la película emprende recoge, en el fondo, la ansiedad que la misma Lucille Ball debió de sentir en ese momento.

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Escape Artists, Amazon Studios, Big Indie Pictures

En The Hollywood Reporter también ha gustado, aunque David Rooney matiza al encarar la "Sorkinese": "La persona más inteligente en cualquier sala en una película de Aaron Sorkin es invariablemente Aaron Sorkin, y de ahí no puede salirse de su camino [...]. [La película es] más para los admiradores de Sorkin que hacia los devotos de Lucy". Añade THR una nota para las interpretaciones: "Rebosante de carisma, Bardem interpreta a Desi con picardía encantadora y una mente astuta. Esta es la película de Kidman, sin embargo, y ella aprovecha al máximo las contradicciones en una mujer que era adorada por sus payasadas en televisión, pero que era exigente con su trabajo hasta un grado implacable [...]. Lucy aprovecha los más mínimos matices del diálogo, el ritmo cómico e incluso sus accesorios para asegurarse de que el episodio del viernes sea un golpe de gracia".

Críticas negativas

A pesar de no ser fulgurante, la pieza que la gran dama de la crítica americana Manohla Dargis dedica a lo nuevo de Sorkin en The New York Times subraya lo "poco productiva" que es la decisión del director de meter a "personas que trabajaron en la serie, incluidos el showrunner y los guionistas" en la película, a modo documental: "La película está ya muy poblada". Aun así, narrativamente "la cuenta atrás [los siete días] crea tensión y crea una sólida línea a través de la cual Sorkin puede colgar las muchas partes de su móvil".

Por lo que a la interpretación respecta: "Kidman y Sorkin han intentado recrear el aspecto característico de Ball con algunas prótesis desafortunadas y una variedad de otros ajustes. Las mejillas de Kidman se han ensanchado y su frente alterada, pero el resultado es que se parece menos a Ball y más a un valle inquietante Glenn Close". Dargis sigue en esta línea: "Estos estiramientos faciales digitales se ven mal cuando se proyectan, aunque son menos perturbadores cuando se ven en una pantalla de televisión o ordenador [...]. El trabajo digital también parece innecesario. Kidman y Bardem son mayores que sus roles [...]. Más concretamente, son artistas atractivos y hábiles que pueden crear personajes profundamente sentidos sin accesorios. ¿Por qué no ponerles disfraces y pelucas feas y dejarlos actuar?".

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Escape Artists, Amazon Studios, Big Indie Pictures


Algo que Peter Bradshaw, de The Guardian, añade es que se habla mucho para decir bien poco de lo fue verdaderamente transgresor: "como las opiniones políticas verdaderas de [Lucille] Ball, [los temas importantes] se dejan sin examinar". Algo a lo que el acting de Nicole Kidman, "desconcertantemente entrenado, poco intuitivo y de látex", no ayuda.

Al texto de Justin Chang (Los Angeles Times), este sí, muy negativo, hay que reconocerle el carácter mordaz de un latigazo cinéfilo: "Gran parte de la charla crítica se ha centrado en el dudoso parecido físico entre la actriz y el sujeto [Lucille], y la cuestión de si una melena de color rojo brillante sería suficiente para transformar a Kidman en la más bella y expresiva de las cómicas, alguien cuyos ojos penetrantes, muecas tímidas y muecas de araña ("¡lgggghhhhh!") han forjado su propio léxico para futuras mujeres divertidas. Para estos ojos [los de Chang], que, según una estimación conservadora, han absorbido aproximadamente 5.000 horas de reposiciones de 'I Love Lucy', la respuesta fue y sigue siendo claramente no". Boom.

Vistas las críticas, aun a la espera del estreno, queda claro que para los fans de Sorkin y de los biopics de pelucas, esta apuesta es un éxito seguro. También queda patente que el debate está servido... Luego habrá que ver si, con la sobrecarga de vidas reales que han inundado e inundarán la cartelera, nos acordamos de este debate dentro de unos meses.

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Mariona Borrull

Especialista en películas de estreno y series de actualidad, festivales internacionales y todas las novedades de cine de autor. Se graduó en Comunicación Audiovisual en la Pompeu Fabra, en el área de Análisis y crítica.


Lleva seis años escribiendo reseñas y cubriendo noticias en Fotogramas, es la firma semanal de cine en Tot és Comèdia de SER Catalunya y Va de Cine de Radio 4, y colabora regularmente en Gara, El Cultural y SensaCine desde el festival de Cannes, Venecia y Berlín. Se ha colgado la medallita por ser la segunda persona de España en recibir el distintivo Berlinale Talents como periodista.


Le apasionan las series (habla de ellas en Plaça Tísner de Betevé) y el anime, del que escribe en Serielizados y al que da vueltas en el podcast Sopa de Miso, de la misma revista. Podréis leer sus artículos sobre videojuegos indie en la revista LOOP, de GameReport, y ha publicado un capítulo en el libro “Pier Paolo Pasolini. El grito que no cesa” (Semana Internacional de Cine de Valladolid y Caimán, cuadernos de cine, 2022).

Es parte del comité de programación del Festival l’Alternativa de cine independiente de Barcelona, para quienes también lleva la prensa. Desde el año pasado, programa películas sobre vino en el Festival Most. Le veréis como participante y coordinando actividades educativas alrededor del cine, en colaboración con ciclos, festivales y escuelas como La Casa del Cine o ESCAC. Hoy se gana el sueldo, también, como docente de Narrativa Audiovisual en el Grado de Videojuegos de la Universitat Politècnica