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Beginnings: el prometedor debut solista de Steve Howe

Steve Howe Beginnings

El 31 de octubre de 1975, el guitarrista inglés, piedra angular de gran parte de la obra musical de Yes, publicó su primera impronta como solista

Steve Howe
Beginnings

Atlantic Records. 1975. Inglaterra

 
Recientemente compartía mis impresiones sobre el nuevo disco de Steve Howe como solista, Love Is. La placa discográfica está caracterizada por un repertorio mitad vocal mitad instrumental con matices de varias corrientes musicales.

Esta vez damos marcha atrás para revivir el inicio de una apreciable carrera solista que comenzó con un puñado de buenas ideas donde el introvertido músico se pasea por una vasta variedad de géneros musicales bajo un lenguaje musical personal que no siempre es inmediato al primer contacto.

Steve Howe posee un vocabulario interesante que amalgama bluegrass, country, jazz, rock e incluso claros matices de la música clásica y el flamenco que se evidencian dentro y fuera de Yes y las tantas otras agrupaciones con la que ha hecho vida profesionalmente desde 1964.

Beginnings fue grabado en los Advision Studios y Morgan Studios de Londres para el sello Atlantic Records bajo la producción de Howe y el audio ingeniero Eddie Offord. La atractiva portada de Roger Dean con una foto de Howe inserta en una especie de caverna con un pequeño arsenal de guitarras, nos da la bienvenida a este debutante disco solista donde el músico nos entretiene y sorprende por igual durante casi 40 minutos.

Steve Howe BeginningsA lo largo de los nueve temas es acompañado por una pequeña orquesta y músicos de gran relevancia como los baterías Alan White y Bill Bruford y el teclista Patrick Moraz, estos dos últimos ex miembros de Yes, además de integrantes de la superlativa agrupación Gryphon (David Oberlé y Graeme Taylor), entre otros.

Forma parte este disco de la ristra de cinco discos que en calidad de solistas produjeron los para entonces cinco miembros de Yes luego del disco Relayer (1974), vale decir Fish Out of Water de Chris Squire y éste en 1975, y Ramshackled de Alan White, Olias of Sunhillow de Jon Anderon y The Story of I de Patrick Moraz en 1976.

Steve Howe, de voz poco atractiva aunque afinada, inicia el repertorio de nueve composiciones con el tema “Doors of Sleep” que incluye un fragmento de la poetisa Alice Meynell y comienza con la voz de una infanta.

En sus versos, Steve nos canta: “La vida es una reflexión, en ocasiones reflejada en el pasado, vivimos hasta el final, donde lo nuevo pudiera crecer con lo viejo, donde el tonto a veces es el sabio…”.

La sencilla canción nos presenta a Steve con un modesto solo y también en el Moog, acompañado por Alan en los tambores. El fragmento de la poetisa se hace evidente en los versos “Hogar, hogar del horizonte, distante y claro, al suave barrido de las alas…”  

El repertorio prosigue con “Australia”, un tema que inicia con un suave arpegio y en el cual, tras los primeros versos, Howe nos atrapa con un delicado pasaje en guitarra clásica.

No hay un justo balance entre lo vocal e instrumental pero aún así Howe se las arregla para mantener nuestra atención. “Jugar en los pasillos, ver los establos en la noche, abrir caminos…”

La primera tríada culmina con “The Nature of the Sea”, una pieza instrumental donde Howe no sólo recrea la acuosidad del mar sino que sugiere de forma brillante la diversidad y la dinámica que yace en el reino marino. Mandolina y guitarras acaparan el show.

El guitarrista inglés Graeme Taylor y David Oberlé, ambos de Gryphon, le acompañan en esta aventura.

En “Lost Symphony”, co-escrita con su esposa Jan, Howe retorna a lo vocal armonizando los versos que en parte nos preguntan: “¿Estamos arriba o estamos abajo…?”

Steve es acompañado por Colin Gibson al bajo, Moraz en el piano y los saxofones de Bud Beadle y Mick Eve cuyos solos junto a la guitarra de Steve dan especial color a la canción.

Howe emplea una voz reverberada creando cierta profundidad y balanceando un poco su calidad tonal.

Tal vez como una venia a los grandes compositores de la música académica, el guitarrista nos presenta el tema título con hermosos pasajes acústicos que evocan el barroco en el clavicordio de Moraz.

Una pequeña orquesta  emplea violines que decoran con pizzicatos algunos instantes. La incorporación del steel guitar nos dice que Howe ha tenido el atrevimiento de pincelar con tonos country esta pieza en la que nuestro autor no ha escatimado esfuerzos en mezclar lo clásico y lo moderno en un mismo momento.

Desde la orquestación de Patrick Moraz, el oboe de Sidney Sutcliffe hasta las flautas y fagotes de James Gregory y Gwyd Brooke, “Beginnings”, abriendo el lado B, es una provocación al purista.

El guitarrista prosigue el repertorio con “Will o’ the Wisp”, el “fuego fatuo” del repertorio, en la que Jan repite como co-escritora.

La pieza, a modo de lamento, no balancea voz e instrumentos pero aún así tiene cierto atractivo en su dinámica y, además, en un breve pasaje instrumental de notoria belleza. “Rompe las cadenas que aquí nos encierran, la sucia ciudad y el malsano desgaste…”

El último terceto del álbum lo abre otro excelente instrumental titulado “Ram” (Cordero), una suerte de country-bluegrass donde el nativo del norte de Londres nos cautiva con el banjo, el washboard, la Martin y el steel, los cuales logra hilvanar en su discurso musical de modo magistral.

En su temperamento, la composición nos recuerda a “Clap” (The Yes Album, 1971).

Pleasure Stole the Night”, donde colabora su esposa nuevamente, es una hermosa melodía en la que Steve muestra su lado cristiano y al igual que en otros momentos de nuestro celebrado disco, nos lleva a través de elocuentes paisajes sonoros.

“Señor ayúdanos a hacer el bien, en todo cuanto hacemos, pies en el suelo cabeza en las nubes, vivir una vida grata y libre, plena y buena, muéstranos el hilo”, nos dice en parte Howe.

El aporte de Bill Bruford es modesto.

Concluye el repertorio con “Breakaway from it All”, donde Steve interpreta bajo y guitarras acompañado de Bruford, esta vez sí más determinante.

“Estando en la calle, haciéndome tan débil, me desprendo de mi realidad entorno…”,  nos dice Steve con buena parte del steel guitar como protagonista.

Beginnings ciertamente representa una interesante obra exploratoria en la cual el autor experimenta varias combinaciones de instrumentos de cuerdas. El amante del progrock sabrá bien entender de que va Steve Howe con esta piedra angular de su carrera solista. El menos proclive al citado género necesitará curtirse un poco para entender un lenguaje que resulta de una ecléctica suma de elementos donde las influencias de grandes de la guitarra como Tal Farlow o Chet Atkins son parte del vocabulario guitarrístico de Steve Howe.

Leonardo Bigott 



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