"No soy Judy Garland", le espeta el personaje de Keira Knightley al de Mark Ruffalo cuando este, achispado y excitado (musicalmente), le propone en el rincón de un pub producirle un disco. En ese momento, John Carney (director y guionista de 'Begin again') nos desmonta a la primera, y con un toque de cinéfila ironía, la idea de que nos disponíamos a presenciar una nueva variación deHa nacido una estrella.

Las pistas eran evidentes: artista convertido en un "has been" con problemas múltiples y en horas bajas alcohólicas (y con el añadido de un espléndido Mark Ruffalo que recuerda mucho al James Mason de la versión de George Cukor con Garland, sobre todo en lo bien que hace de beodo) que busca redimirse apoyando a una cantante novel. Pero no estamos ante una tragedia, o ante una tragedia al uso folletinesco y canónico hollywoodiense, sino ante una optimista, amable, luminosa y mágicamente tocada por el sentido de la maravilla sentimental fábula humanista sobre las segundas oportunidades.

Si en su anterior film, la no menos feelgood 'Once', Carney conseguía formar un dueto entre el cine de John Cassavetes y el de Richard Curtis, en este su nuevo trabajo pretende seguir explotando ese universo 'Love actually' pero desde un punto de vista muy apatowiano. No por casualidad, Judd Apatow es uno de los productores ejecutivos de 'Begin again', y 'Begin again' se parece extraordinariamente (en estructura, en sus múltiples retratos… en la escena de la mansión y la piscina del rapero) a un 'Hazme reír' del mundo de la música y de la música como el instrumento que define y configura las relaciones (a todos los niveles) entre los seres humanos.

Sensible, divertida, a veces en el filo de esa ñoñez que aceptamos en las cancioncillas pop que tenemos como placeres culpables… la película de John Carney es de las que te hacen salir del cine con un subidón de buen buen rollo. Uno agradece la proximidad, entrega y corazón que demuestra en sus mejores escenas: la grabación de los temas al aire libre, en especial en el callejón con los niños o en esa azotea que describe una reconciliación paternofilial con una sensibilidad y sencillez que no puede uno menos que aplaudir. Y otro detalle que a este crítico le hizo bailar y derramar una lagrimita de emoción en el cine: que las pegadizas y richardcurtisianas canciones originales compuestas por Simon Carmody (de los New Radicals, y son muy New Radicals) remitan en su letra y en su música a las de Burt Bacharach para el musical escénico 'Promises, promises', la versión cantada de 'El apartamento' de Billy Wilder, otra historia, como esta, de damnificados por el amor que se encuentran, se necesitan y se ayudan… Como bien me dijo un buen amigo al salir del cine: una maravilla y punto.

Para quienes viven la vida como una playlist

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Lo mejor: Ruffalo trompa poniendo arreglos mentales a la canción de Knightley.
Lo peor: la barba postiza hipster de Adam Levine.

FICHA TÉCNICA

Dirección: John Carney Reparto: Keira Knightley, Hailee Steinfeld, Mark Ruffalo, Catherine Keener, Adam Levine País: Estados Unidos Año: 2013 Fecha de estreno: 01-08-2014 Género: Comedia Guión: John Carney Duración: 104 minç

Sinopsis: Gretta (Keira Knightley) y Dave (Adam Levine), son una pareja enamorada a la par que compañeros compositores, que llegan a Nueva York cuando él firma un acuerdo con un importante sello discográfico. Pero su recién adquirida fama pronto tienta a Dave y deja de lado a Gretta, cuyo mundo se viene abajo. Cuando Dan (Mark Ruffalo), un ejecutivo discográfico en horas bajas, descubre a Gretta durante una actuación en los escenarios del East Village, queda cautivado al instante por su talento y le propone empezar a trabajar juntos. Una colaboración que les transformará a ambos, a la vez que compondrá la banda sonora de un maravilloso verano neoyorkino.

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