Batalla de Belchite

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Batalla de Belchite
Parte de Ofensiva de Zaragoza - Guerra civil española

Una de las calles de Belchite en 2009.
Fecha 24 de agosto-6 de septiembre de 1937
Lugar Belchite, España
Coordenadas 41°18′N 0°45′O / 41.3, -0.75
Resultado Victoria táctica republicana
Beligerantes
Segunda República Española
B. Internacionales
Bando sublevado Legión Condor Aviazione Legionaria Italiana
Comandantes
Coronel Vicente Rojo Lluch General Sebastián Pozas General Antonio Cordón García Ceneral Emilio Sánchez Plaza
general «Walter» general «Kléber» Juan Modesto Enrique Líster Forján Antonio Ortiz
General Miguel Ponte
Teniente coronel Enrique San Martín 
Comandante Santa Pau 
Alcalde Alfonso Trallero  
Fuerzas en combate
Fuerzas republicanas
• 24 000 hombres
Guarnición de Belchite
• 5000 militares y civiles
Bajas
2800 muertos
6000 heridos
2500 muertos
2411 prisioneros

La batalla de Belchite fue una batalla de la guerra civil española que tuvo lugar en Belchite (Zaragoza) entre el 24 de agosto y el 6 de septiembre de 1937 en el marco de la ofensiva del Ejército Popular sobre Zaragoza. La conquista de esta localidad inmovilizó un gran número de hombres y medios militares del Ejército Popular que habrían podido ser utilizados en el avance hacia la capital aragonesa, principal objetivo de la operación.

Contexto: Belchite antes de la batalla[editar]

Al comienzo de la Guerra Civil, Belchite era un pueblo agrícola próspero, con una incipiente industria de transformación agrícola, varias fábricas de aceite y harina, que contaba también con un activo comercio y actividad administrativa, al ser cabeza de partido judicial. En las elecciones de febrero de 1936 el Frente Popular se hizo con el ayuntamiento de Belchite, nombrando al alcalde del PSOE Mariano Castillo Carrasco. La población contaba entonces, según el censo de 1935, con 3812 habitantes. El 18 de julio de 1936 se produce el golpe de Estado contra el gobierno republicano que desata la Guerra Civil. En Belchite y su comarca tropas sublevadas formadas por falangistas y guardia civil, van pueblo por pueblo deponiendo a los ayuntamientos del Frente Popular y llevándose detenidos a los cargos electos de izquierdas y simpatizantes más significados, que más tarde serían “paseados” o asesinados a las afueras. Se estima que se fusilaron a un mínimo de 325 personas en los pueblos de la comarca. En Belchite es detenido el alcalde y su familia. Mariano Castillo se suicida el 31 de julio[1]​. Su hermano y su mujer fueron ejecutados en el paraje conocido como Las Borderas. Junto a ellos murieron políticos, maestros como el de Samper del Salz, campesinos, jornaleros y trabajadores, incluso un alcalde puesto por los sublevados, Victorián Lafoz y Benedí, alcalde de La Puebla de Albortón al oponerse al fusilamiento de los republicanos.[2]

Llegada de las columnas republicanas[editar]

El 24 de agosto de 1936 llegan a Belchite unos 800 milicianos y milicianas de la Columna Ortiz, tras participar en la toma de Caspe, Alcañiz, Híjar y otras poblaciones. Esta columna está formada sobre todo por anarquistas y trostkistas del POUM, con algunos voluntarios extranjeros, llegados antes de las brigadas internacionales. Los milicianos de Ortiz llevan cañones y algunos camiones blindados artesanales, pero encuentran Belchite ya muy defendido por una guarnición de unos 2000 hombres, incluyendo soldados, falangistas, guardias civiles y milicia popular, con una batería de artillería y ametralladoras. También se había comenzado a crear el cinturón defensivo de trincheras y búnkeres alrededor del pueblo que tanto dificultará su conquista posteriormente. Tras el intento fallido de tomar el pueblo, los milicianos se atrincheran en los montes de alrededor, incluyendo el Mojón del Lobo, donde excavan una posición de artillería desde la que hostigarán Belchite a lo largo de todo el año siguiente y durante la batalla de Belchite. En septiembre de 1936, la columna Carod-Ferrer, formada por milicianos anarquistas y guardias civiles fieles a la República termina de tomar los pueblos al sur y al oeste de Belchite, dejándolo cercado por tres costados hasta el comienzo de la Ofensiva de Zaragoza. Los sucesivos intentos de aislar y tomar Belchite por los milicianos anarquistas, en noviembre y diciembre de 1936, marzo y junio de 1937, realizados en apoyo de otras ofensivas, fracasan, manteniéndose el statu quo y dando tiempo a los sublevados para reforzar el frente con un cinturón de búnkeres, campos minados, trincheras y alambradas[3]​. Los alzados también refuerzan sus defensas en Codo y Quinto, que quedan igualmente en primera línea del Frente de Aragón. Los milicianos fusilaran 174 simpatizantes de la rebelión militar en los pueblos que controlan de la Comarca de Campo de Belchite. [4]

Ofensivas de distracción y militarización de las columnas[editar]

Después del fracasado intento de demorar el avance de los sublevados en el Norte mediante el ataque a Brunete, el gobierno republicano presidido por Juan Negrín y con Indalecio Prieto como ministro de Defensa, decide llevar a cabo una nueva ofensiva en Aragón con el mismo objetivo que la anterior, esto es ralentizar el avance de las fuerzas rebeldes en el frente del norte, que amenazan ya Santander y Asturias. No obstante, la decisión no solo tenía razones de orden militar, sino también político, ya que el gobierno central estaba preocupado por la influencia de los anarquistas de la CNT en el Consejo Regional de Defensa de Aragón (el cual funcionaba en la práctica como un gobierno independiente) y de las columnas de milicianos de CNT y POUM en el frente de Aragón. So pretexto de unas maniobras preparatorias, Líster es enviado al frente de la XI División para disolver el Consejo de Aragón, encarcelando a muchos de sus miembros. Al mismo tiempo, culmina la militarización de las columnas de milicianos, que ya había comenzado, con la transformación de la antigua Columna Ortiz en la 25.ª División del Nuevo Ejército Popular de la República. Las últimas milicianas anarquistas que quedan en el frente son enviadas a la retaguardia y todos los milicianos integrados en brigadas del Ejército Popular. La maniobra para destituir al cenetista Antonio Ortiz Ramírez, el jefe de la 25.ª División, que tuvo lugar el día 14 de septiembre, una vez hubieron cesado los combates en Belchite, no admite dudas. El mayor García Vivancos, de la CNT, sustituyó al aguerrido Ortiz de forma aviesa, con el beneplácito del Comité Nacional de la CNT (Marianet), que transigió frente a la maniobra comunista.[cita requerida]

Mapa del asalto republicano a Belchite en agosto-septiembre de 1937.[5]

La ofensiva de Zaragoza es planificada por el Coronel Vicente Rojo y dirigida sobre el terreno por el general Pozas, jefe del Ejército del Este, siendo el general Cordón jefe del Estado Mayor. Sánchez Plaza, Modesto y Líster comandan las tropas españolas, mientras Walter y Kléber dirigen las Brigadas Internacionales. El plan republicano era atacar simultáneamente por tres puntos fundamentales y cinco secundarios en dirección a Zaragoza en una franja central de 100 km entre Zuera y Belchite. El dividir las fuerzas atacantes entre siete puntos distintos tenía por objeto dificultar el contraataque de los sublevados, así como ofrecer el menor blanco posible a los ataques aéreos.

Participan 80 000 hombres del recién formado Ejército del Este y las XI y XV Brigadas Internacionales; al mando de «Walter» (Karol Swierczewski) iba la 35.ª División, que ahora incluía la XV Brigada Internacional (británicos, canadienses y estadounidenses). La aviación republicana "La Gloriosa" apoyaría el ataque alrededor de todo el arco del ataque, con tres escuadrillas de cazas con Polikarpov I-16 (Mosca), Polikarpov I-15 (Chato) y varias de bombarderos Polikarpov R-Z(Natacha), Polikarpov R-5(Rasante) y Tupolev SB-2(Katiuska) (unos 200 aviones en total) y 105 carros T-26 soviéticos. Aunque al inicio de la ofensiva, el 24 de agosto de 1937, para explotar la sorpresa se intenta un avance en profundidad con columnas motorizadas e infantería, sin preparación artillera ni aviación. Las órdenes son de rodear los núcleos de resistencia y avanzar a máxima velocidad hacia Zaragoza, dejando a la segunda línea de tropas que se ocupe de limpiar dichos núcleos de resistencia, para evitar repetir el error que impidió la victoria en la Batalla de Brunete, el mes anterior.

En el frente norte, se consigue cortar la carretera de Huesca y llegar a Villamayor, a 8 km de Zaragoza. En el frente sur se toman las poblaciones de Mediana y La Puebla de Albortón , Codo resiste día y medio, defendido por 182 carlistas del tercio de Montserrat y 60 falangistas, de los que sólo sobreviven unos 40. Cuando finalmente cae, se cierra completamente el cerco alrededor de Belchite el 26 de agosto, cortando la carretera por la que habría sido posible evacuar a la población civil los dos días anteriores. Mientras tanto, las Brigadas Internacionales se entretienen en tomar el muy defendido Quinto y las tropas republicanas de la 11.ª División (mandada por Enrique Líster) y de la 24.ª División, en lugar de adentrarse en profundidad con su columna motorizada, se entretienen en reducir los núcleos de resistencia del ejército sublevado, deteniendo el avance en Fuentes de Ebro.

Batalla de Belchite 1937[editar]

Las tropas de la 45.ª División Internacional, dirigidas por Emilio Kléber, llegaron a seis kilómetros de Zaragoza y amenazaron directamente la ciudad, pero no lograron lanzar un ataque contra ella. Ante la pérdida de impulso de la ofensiva de Zaragoza, la población de Belchite, ya completamente rodeada desde el día 26, se torna en un objetivo más asequible, para subir la moral. las Divisiones 11.ª, 25.ª y 35.ª se vuelcan sobre la localidad de Belchite, defendida por 2273 militares, dirigidos por el teniente coronel San Martín, incluyendo soldados regulares, falangistas, encabezados por el teniente Santa Pau (asciende a comandante en la batalla) y Carlistas de los tercios de Montserrat y Almogávares. Los belchitanos que quedan en el pueblo, unos 2600 contando ancianos, mujeres y niños, se sumarán a la defensa liderados por el alcalde que asumió el control de la población tras la sublevación Alfonso Trallero. Otras fuentes, sin embargo, señalan que fueron fuerzas del XII Cuerpo de Ejército las que llevaron el peso de las operaciones en el asedio de Belchite.[6]

Voluntarios de las Brigadas Internacionales sobre un carro de combate T-26B durante la batalla de Belchite.

Los primeros combates en torno a Belchite ocurrieron los días 24 y 25 de agosto. Las brigadas mixtas 32.ª, 117.ª y 131.ª tomaron la estación de ferrocarril el 25 de agosto, también cortan la vía férrea que comunica con Zaragoza y toman La Puebla de Albortón.[7]​ A continuación realizaron un movimiento en forma de tenaza sobre la población de Belchite, rodeándola desde sus dos extremo, siguiendo las órdenes, tratan de aislarla para que su importante guarnición no pueda participar en la defensa de Zaragoza.[8]​ El día 26, la población quedó completamente cercada, tras tomar Codo y Mediana y cortar la carretera. En rápida sucesión, van cayendo las posiciones exteriores al casco, El Pueyo, el cementerio y El Saso, replegándose los defensores supervivientes con el armamento que pueden rescatar al interior del casco de Belchite. La posición del Seminario Menor, defendida por carlistas del Tercio de Almogávares y voluntarios del pueblo resiste durante 5 días para defender el acceso al río, al que los defensores recurren por tener el abastecimiento de agua del pueblo cortado. Los últimos 36 defensores del Seminario también se repliegan al interior del casco, cuando este ya sufre ataques muy intensos.[5]

El dispositivo de defensa que va cayendo durante los primeros días de la batalla había sido creado por el batallón de zapadores "Los Barbis" durante el primer año de la guerra e incluía un anillo completo de trincheras, búnkeres, alambradas y campos minados a una distancia de entre 1 y 2 km del casco. Parapetados en estas fortificaciones de hierro y cemento, disponían de nidos de ametralladoras y baterías de artillería. Además los sublevados aprovecharon los edificios de Belchite para instalar su dispositivo de defensa, colocando ametralladoras en todas las torres de las iglesias y parapetándose en las casas cuando los republicanos comenzaron a entrar en el pueblo. Para dificultar el avance dentro del casco, colocaron barricadas en las calles de la localidad, hechas con sacos terreros, carros, escombros e incluso cadáveres. También colocaron los cañones y ametralladoras traídos desde las posiciones exteriores ya abandonadas, todo ello para retardar el avance de las fuerzas republicanas que trataban de reducir la bolsa.[9]​ Las tropas sublevadas estaban bien pertrechadas para resistir un asedio, pero el ejército republicano no podía permitirse perder tiempo y por eso decidió asaltar la ciudad.[5]​ Se sucedieron duros combates callejeros en medio del intenso calor del verano aragonés.[10]​ A los sitiados se les cortó el agua y la falta de comida y suministros médicos empezó a hacerse notar a medida que la intensidad de la lucha aumentaba.[4]

Al pie del cañón, cuadro de Augusto Ferrer-Dalmau que recrea la batalla de Belchite.

El asalto urbano le fue encomendado a la XV Brigada Internacional. El 31 de agosto los brigadistas lograron llegar a la fábrica de aceite. Al día siguiente la aviación republicana atacó sistemáticamente el casco urbano.[5]​ Por su parte, la artillería republicana realizó un duro bombardeo desde sus posiciones en Mojón del Lobo, a dos kilómetros de la localidad, situando baterías alrededor de todo el perímetro del pueblo. Los tanques T-26 también atacaron el pueblo desde el este y el oeste, sin poder penetrar en el casco. La resistencia de los defensores sólo pudo prolongarse gracias a la asistencia de la aviación nacional, dado que los refuerzos por tierra quedaron bloqueados a casi 20 km del pueblo. Las fuerzas sublevadas lanzaron una contraofensiva el 30 de agosto para socorrer Belchite,[4]​ pero fue detenida por la 45.ª División de Kléber y no logró, por tanto, evitar que la localidad cayera en poder del Ejército Popular de la República.Tres Junkers Ju-52 de la aviación nacional venían a diario a lanzar municiones, comida, medicinas, sacos y prensa. A medida que los republicanos tomaban las casas, destabicando, los sitiados señalizaban con hogueras el lugar donde los aviones debían lanzar su carga, para que no cayera en manos del enemigo. Las aviaciones de ambos bandos bombardeaban cada día el pueblo y sus alrededores. La Legión Condor fue especialmente eficaz bombardeando las baterías republicanas, por lo que estos se vieron forzados a enterrar algunas para protegerlas. La Aviazione Legionaria italiana también participó en los bombardeos, con los nuevos Br-20 "Cicogna" y los cazas CR-32 "Chirri", que junto con los cazas alemanes Heinkel He-51, escoltaban transportes y bombarderos y hostigaban a la aviación republicana que se acercaba al pueblo. [11]​ El 3 y el 4 de septiembre tuvieron lugar combates casa por casa en los que fueron cayendo los últimos reductos del autodenominado bando nacional. En torno a la calle Mayor tuvieron lugar los principales combates. Los brigadistas del Batallón Lincoln entraron en el pueblo por la Iglesia de San Agustín, tras dinamitar el ábside. [11]​ Para el día 4 todavía existían dos núcleos de resistencia en la localidad: el Ayuntamiento, situado en la plaza nueva, y la iglesia de San Martín, en el extremo oriental de Belchite.[11]

El día 5 la iglesia de San Martín fue tomada por las fuerzas republicanas, tras sufrir importantes bajas.[12]​ Ese día el general Sebastián Pozas, jefe del Ejército del Este, visitó Belchite y tomó la decisión de retirar a las brigadas internacionales; quedaron dos brigadas mixtas españolas, la 32.ª y la 153.ª,[12]​ que se encargarían de las operaciones finales. En la madrugada del día 5 al 6 los últimos defensores que resistían en el ayuntamiento intentaron la huida a la desesperada. Unos quinientos, incluyendo muchas familias de civiles, intentan cruzar las líneas republicanas, encabezados por el Comandante falangista Santa Pau y de ellos unos ochenta llegaron a Zaragoza, según algunas fuentes. Santa Pau muere en el intento de rotura del cerco[12]​ El alcalde-comandante Trallero murió en los combates,[13]​ mientras manipulaba un mortero en la Plaza Nueva, así como otros vecinos de la localidad. El teniente coronel San Martín se queda en el pueblo con los heridos y será fusilado con otros oficiales y suboficiales tras la toma del pueblo[4]​ El 6 de septiembre Belchite fue finalmente asegurada por las fuerzas republicanas.[14]​ que anuncian triunfalmente la victoria, aunque la "limpieza" de los últimos resistentes termina el día 7.

Consecuencias[editar]

Ruinas del pueblo viejo.

La batalla de Belchite se saldó finalmente con la toma por los republicanos del pueblo, que quedó completamente devastado. Se estima que murieron 5000 personas en 15 días; las fuerzas republicanas hicieron 2411 prisioneros, la mayoría civiles a los que evacuaron a diferentes poblaciones, por seguir Belchite cerca del frente de la Ofensiva de Zaragoza.[12]

La operación produjo un retraso en la ofensiva de Zaragoza, que dio lugar a que los rebeldes pudieran reforzar sus posiciones y el frente quedara estabilizado. La división de Emilio Kléber no pudo lanzar por sí sola un ataque decisivo contra la capital aragonesa, aunque los mandos republicanos ya habían renunciado a una conquista rápida de Zaragoza cuando tomaron la decisión de tomar el objetivo más fácil de Belchite, para dar una noticia positiva y subir la moral. Tras la conquista del pueblo, se hizo mucha propaganda para ensalzar la eficacia del recientemente creado Ejército Popular de la República, trayendo a muchos reporteros de guerra, incluso el ya famoso Ernest Hemingway. Este intento de realzar el logro de la conquista de Belchite hizo que la batalla pasase a tener este nombre y eclipsase la fallida Ofensiva de Zaragoza.

El ejército republicano retuvo el pueblo como puesto de mando avanzado hasta el 11 de marzo de 1938, cuando volvió a caer en manos del ejército sublevado. Durante esta segunda batalla, Belchite estuvo defendido durante día y medio por brigadistas internacionales de los batallones Lincoln y Mackenzie Papineau y reclutas del último reemplazo, pero fueron barridos por el aplastante ataque de las tropas sublevadas. El frente fue roto por legionarios, regulares marroquíes, tropas y tanques del CTV, así como muchos tanques del brazo terrestre de la Legión Condor, comandada por Von Thoma. Este último cuerpo también bombardeó Belchite usando los grandes cañones Flak-88. La combinación de las aviaciones nacional, Legionaria Italiana y Legión Condor también bombardearon masivamente el pueblo con bombas de 500 kg lanzadas desde los modernos Heinkel He-111, Savoia Marchetti SM.79 y Savoia Marchetti SM.81. Se usaron durante este ataque por primera vez en combate los famosos Junkers Ju-87 "Stuka". Nada más tomarlo, Francisco Franco lo visitó en persona y prometió la reconstrucción en un discurso a los soldados que lo habían reconquistado, sin embargo, ese mismo año decidió no reconstruir el pueblo sino crear uno nuevo al lado, hoy conocido como Belchite nuevo, utilizando prisioneros republicanos como mano de obra. Las ruinas del anterior se dejaron como recuerdo de la destrucción causada por el ejército republicano, a pesar de que fueron el resultado de los bombardeos de ambos ejércitos. Franco buscaba así compensar la propaganda negativa del mundialmente conocido ataque sobre Gernika. [15]​ El conjunto se conoce como Pueblo Viejo de Belchite.

Para la construcción del Pueblo Nuevo se trajo un batallón de presos republicanos, más de 1000 hombres, incluyendo muchos brigadistas, que fueron alojados en un campo de concentración, al oeste del actual pueblo nuevo de Belchite. Los familiares de los presos y familias belchitanas de izquierdas fueron instaladas en una especie de campo de refugiados creado en los antiguos campamentos de Juventudes Católicas, frente al derruido Seminario Menor. A este lugar se le conoce popularmente en Belchite desde entonces como La Rusia o "Pequeña Rusia".[16]

Muchas víctimas de ambos bandos y civiles fueron enterrados durante la batalla de 1937 en una fosa común (una de las muchas hechas en el interior del casco durante la batalla) improvisada en un trujal, pozo para hacer aceite, próximo a la calle mayor y al edificio del antiguo hospital. En ese lugar, Franco ordenó levantar un monumento conmemorativo a las víctimas de su bando. Muchos otros cadáveres, acumulados por calles y casas durante los combates, tuvieron que ser quemados por los republicanos tras tomar el pueblo para evitar enfermedades. Muchos combatientes de ambos bandos de la batalla de 1937 permanecen desaparecidos hasta la actualidad. También las víctimas de la represión inicial por los sublevados permanecen aún en fosas comunes junto al cementerio o en cunetas en puntos indeterminados.[17][18]

Desde 2013 el Pueblo Viejo está vallado y solo se admiten las visitas guiadas.[19]​ El ayuntamiento realiza visitas diurnas todos los días y nocturnas los fines de semana.

En la ficción[editar]

La batalla de Belchite aparece en un capítulo de la novela El invierno del mundo de Ken Follett (2012)[20]​ y la novela Maldita memoria de Luis Fernando Ascaso Cornago. El cómic Dr Uriel de Sento (2018) transcurre en parte durante esta batalla, contada a través de las peripecias de un médico del bando sublevado, a pesar de sus ideas republicanas.[21]

Referencias[editar]

  1. Castillo Carrasco, Mariano. Medio: Fundación Pablo Iglesias Referencias: ES 10.X.1929; Republicanos y República…, pp. 79 a 84
  2. La Comarca de Campo de Belchite en la Época Contemporánea Medio: Web Comarcas. Fecha: Autor: ÁNGEL ALCALDE FERNÁNDEZ
  3. Oliver, 2009.
  4. a b c d Thomas, Hugh (1995). La Guerra Civil Española. Barcelona: Grijalbo. , p.784
  5. a b c d Hurtado, Víctor (2013). Las Brigadas Internacionales. Edicions DAU. ISBN 978-84-941031-1-7. Archivado desde el original el 30 de diciembre de 2013. Consultado el 11 de abril de 2013. , p.50
  6. Maldonado, 2007, p. 215.
  7. Michonneau, 2017, p. 33.
  8. Michonneau, 2017, pp. 33-34.
  9. Salas Larrazábal, p.1371
  10. Enrique Castro Delgado, Hombres "made in Moscú", pág. 560
  11. a b c Michonneau, 2017, p. 34.
  12. a b c d Michonneau, 2017, p. 35.
  13. Michonneau, 2017, p. 50.
  14. Michonneau, 2017, p. 46.
  15. Belchite, ¿parque temático?
  16. «Descubriendo Belchite. 9. Campo de Rusia». Archivado desde el original el 29 de julio de 2017. Consultado el 1 de agosto de 2017. 
  17. 2da parte - Los habitantes de Belchite relatan su historia. (Timecode 1'20) Medio: Canal de tevafilms en Youtube Autor: Fecha: 30 de octubre de 2008
  18. Grupos fascistas destrozan la fosa común de Belchite. Medio: Aragón Digital Autor: Redacción. Fecha: 4 de octubre de 2013
  19. «Visitar el pueblo viejo de Belchite cuesta seis euros desde marzo». Heraldo de Aragón. Consultado el 9 de enero de 2016. 
  20. «Winter of the World Media Pack» (en inglés). Archivado desde el original el 2 de marzo de 2013. Consultado el 13 de abril de 2013. 
  21. RTVE.es/EFE (8 de febrero de 2017). «'Dr. Uriel', los cuatro "años largos" de Sento Llobell». RTVE. Consultado el 10 de septiembre de 2022. 

Bibliografía[editar]

Bibliografía adicional

Enlaces externos[editar]