Patricia Arquette no se calla: las escenas de cama con mirones son humillantes para las actrices
La actriz se refirió al rodaje de Carretera Perdida, la película de David Lynch donde lo pasó francamente mal con el equipo en determinados momentos.
Se ha hablado mucho del acoso en el cine, de la brecha salarial entre hombres y mujeres pero no tanto de lo humillante que puede resultar para las actrices rodar determinadas escenas sin un mínimo de intimidad y respeto.
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La actriz Patricia Arquette se refirió a este tema durante una entrevista en el Festival Series Mania, en Lille, Francia, donde explicó lo aterrada que estaba cuando le tocaba grabar las escenas de cama en la película Carretera perdida de David Lynch.
Hoy en día se ha incluido para este tipo de escenas la figura del "coordinador de intimidad", que vela porque estas situaciones sean los más respetuosas y fáciles para los actores. Sin embargo, hace algún tiempo, esto no era así y las actrices se veían expuestas a situaciones muy violentas para ellas.
Patricia Arquette relató que durante el rodaje de esta película tuvo que grabar en un set abierto donde podía estar todo el mundo mirando lo que le resultaba particularmente "humillante" porque ella estaba desnuda y expuesta.
Por si esto fuera poco, la actriz recordó que algunos de los miembros del equipo decían groserías que la hacían sentir muy incómoda. Hasta tuvo que hablar con el director David Lynch, quien, afortunadamente puso freno a la situación hablando con los implicados.
Según la actriz: "Cuando regresé, todos esos hombres estaban con la cabeza baja y se disculparon”. Sin embargo, lo que no logró la actriz fue que el rodaje se hiciera en un set cerrado y tuvo que ingeniárselas para conseguir algo de intimidad.
Llegó a un acuerdo con su coprotagonista, Balthazar Getty, y le manifestó: "Mantén tus manos sobre mis pechos. Prefiero eso a que el mundo entero los vea’”.
Patricia Arquette siempre ha sido una luchadora especialmente sensibilizada con la injusticia hacia las mujeres. Cuando recogió su Oscar como mejor actriz de reparto en 2015, la intérprete aprovechó para reivindicar la igualdad salarial entre actrices y actores denunciando la brecha de salarios.
Según Arquette, esos 20 segundos de reivindicación le costaron al menos dos papeles en el cine, porque según comenta, hay una regla no escrita que dice que en los discursos de agradecimiento de un premio no se pueden lanzar mensajes 'políticos'.
La actriz siempre ha luchado contra el edadismo y a favor de normalizar las formas "curvis" en las actrices. Nunca ha querido imponer a su cuerpo las férreas reglas de delgadez y estética que le impone la industria a las protagonistas femeninas del cine.