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Tras un leve lapso de comida y grabación de vídeo, llegó el ya casi cotidiano momento de reencontrarse con la sección Orizzonti en la Sala Dársena. Hoy tocaba doble ración, y empezamos con una película francesa con Adèle Exarchopoulos en su reparto. Hablamos de la muy interesante y necesaria para recuperar Revenir, de Jessica Palud. Historia del regreso de un joven a la granja de su infancia tras doce años de ausencia. Adaptación a un mundo ya no tan familiar en el que ya no está su madre y en el que todo vínculo con su padre está roto. Será la novedosa presencia de su pequeño sobrino y su atractivo madre los clavos ardientes emocionales a los que se agarre. Un drama familiar pequeño y directo, sencillo y conciso, que triunfa por su modestia y que funciona por su honestidad y por la ternura que transmite, aún reuniendo durante su desarrollo una seca dureza. Una película que presenta como aciertos sus elecciones de localización, su fondo de desgarro y sus estupendas interpretaciones. Familia herida, verdad y dolor. Cierre contundente, que tras un estallido dramático en su tercer acto despide en una nota positiva. Película que consuma el deseo pero que trufa el metraje de sensualidad implícita. Se perfila el aprecio paternal, pero no se cargan las tintas sensibleras. La tragedia se palpa, pero no se chilla. Una película, tampoco me malinterpretéis, lejos de ser excepcional en todos sus parámetros, una historia que hemos visto otras veces y una película breve que no ofrece demasiadas cosas. Pero la eficiencia de su ejecución hacen de su simpleza una virtud, y para ser un debut es un ejercicio de oficio apreciable.

El cine francés se las apaña siempre para, incluso en sus películas más pequeñas, "menores" o aparentemente irrelevantes, ofrecer un producto de calidad y con interés, y donde fácilmente se admira la labor de los intérpretes. Es el caso de este sencillo pero intenso drama familiar, visto gracias a su inclusión en la selección del Atlántida Film Fest que se celebra estos días.

Quizá no tenga mucho recorrido argumental, pero su historia y lo que se insinúa del pasado de los personajes interesa. Además, podemos disfrutar de los buenos papeles y trabajos de Adèle (su nombre de pila basta para identificarla, ya que éste -el mismo que el de SU personaje- siempre será un referente del cine mundial), el muy bien dirigido niño pequeño de la película, o Patrick D'Assumçao, en el papel del huraño padre del protagonista, un magnífico actor visto -y descubierto por mí- en la destacable 'El desconocido del lago'.

La directora francesa Jessica Palud nos presenta su nuevo trabajo, una película áspera y sencilla, donde destaca por encima de todo las interpretaciones de los actores. La cinta tuvo su estreno internacional en el Festival de cine de Venecia dentro de la Sección Orizzonti en el cual obtuvo el premio al mejor guion. Ahora la podemos disfrutar en nuestro país dentro la programación del Atlántida Film Festival que la engloba en la Sección Generación.

Cuenta la historia de Thomas, un joven que decide volver doce años después de su marcha, a una vieja casa en la zona rural francesa. Tras su llegada lo reciben dos desconocidos, un niño pequeño y su madre, que es la pareja de su hermano fallecido. En sus buenos momentos tenían una gran explotación ganadera, pero ahora por motivos económicos han tenido que vender todas las vacas.

El motivo del viaje de Thomas es la llamada de su madre, que agoniza en el hospital debido a una enfermedad. La madre está acompañada en todo momento por el padre, un hombre bastante solitario y con el que Thomas lleva doce años sin hablarse, desde que decidió irse a Canadá para montar un restaurante. El joven pasará unos días en la zona, se reencontrará con viejos amigos y descubrirá el motivo de la muerte de su hermano. A medida que los acontecimientos van pasando los sentimientos de Thomas hacia Mona y hacia el pequeño serán cada vez más fuertes, tratándolo como a su propio hijo.

La película destaca sobre todo por la naturalidad que nos ofrece, es una historia íntima y atmosférica, que engancha sobre todo por su sencillez y por su honestidad. Los sentimientos de los personajes están a flor de piel en cada escena. La cinta toca muchos temas, como la angustia de un futuro bastante negro y el problema que tienen los ganaderos para sacar adelante sus animales.

Para mi gusto la película va de más a menos, en la parte final, pierde parte de su encanto. El guion y la dirección de actores son muy buenos. También me parece muy interesante como se refleja la culpabilidad y la ausencia por abandonar a tus seres queridos. Destaca también Adèle Exarchopoulos en un papel pequeño, pero muy bien desarrollado.

Lo mejor: El encanto que tiene y las interpretaciones de sus actores
Lo peor: La parte final es algo más floja

Pueden leer esta crítica con imágenes y contenidos adicionales en: http://www.filmdreams.net

No puedo negar que, en mi caso, fue la magnífica Adèle Exarchopoulos (La vida de Adele, 2013; Los anarquistas, 2015) la que me atrajo a este pequeño (en cuanto a producto) drama francés sobre el ya tantas veces tratado regreso a casa, ya sea por tragedia familiar, por aventura vital fallida, o simplemente, de visita. Sin embargo, fue su sencillez y cercanía lo que me mantuvo ahí.
La historia trata (sin spoiler) sobre un joven que vuelve a su pueblo natal, de donde huyó a raíz de un conflicto familiar, para encontrarse con su testarudo padre, su madre enferma, y la viuda de su hermano (Adèle) acompañada siempre de su hijo pequeño. La predisposición de nuestro protagonista a tratar de apaciguar toda situación en la que se envuelve en esta visita le llevará a (por muy tópico que suene) a enfrentarse con los sucesos del pasado y, por qué no, plantearse su destino.
Sin tratar de extenderme mucho, lo mejor de esta película, como ya adelanté, es la facilidad con la que comienzas a empatizar con los dos personajes principales (los dos geniales) que serán los que sostengan el pulso narrativo en todo momento, y un ambiente tan sencillo y cercano del que te viene a la cabeza un "hostia, esto me podría pasar a mí". Todo ello, sumado a un guión que no tiende a caer en el exceso del melodrama (salvo una incómoda escena, pero eso es muy personal) y a una duración de apenas 80 minutos, hacen de "Revenir" una interesante cinta completamente disfrutable, como ya dije, sin excesos (ni buenos, ni malos) y recomendable para todo aquel que desee indagar un poquito en el cine independiente del país vecino.

Transcurre en un ambiente rural en Francia pero es tan lenta que desespera a cualquiera. Lástima porque el planteamiento era interesante. El triunfador que regresa al pueblo muy a su pesar pues la madre está enferma.
No se saca partido al regreso del hermano al ambiente opresivo de la familia.