"He escrito un libro llamado El Padrino que ha tenido cierto éxito"... y otras siete cartas increíbles

'Cartas Memorables' recopila la correspondencia entre grandes figuras de la cultura y la política: de Ghandi a Hitler, de Bette Davis a su hija...

Se abre con la carta manuscrita que la reina Isabel II le envió en enero de 1960 al por entonces presidente de Estados Unidos, Dwight Eisenhower, con la receta de sus famosos scones, los bollitos de los que el presidente se había enamorado en su reciente visita al castillo de Balmoral. Y le siguen desde la primera solicitud de empleo de Leonardo Da Vinci hasta la misiva que Kurt Vonnegut le envió a su padre días después del bombardeo de Dresde, sorprendido aún de haber sobrevivido. Un museo de cartas en forma de libro cuyos pasillos pueden recorrerse una y otra vez. Pasillos en los que el lector se topará con tan deliciosas (y a veces, tan brutales) cápsulas del tiempo encerradas en pedazos de papel como las que siguen.

“Tú que puedes escribir mejor que nadie, que eres tan tremendo con el talento que has de... Al diablo, Scott, por el amor de dios, escribe y escribe de verdad”

**De Ernest Hemingway a Francis Scott Fitzgerald

28 de mayo de 1934**

En 1925, tras la publicación de El gran Gatsby, Scott Fitzgerald empezó a trabajar en la que sería su última novela, Suave es la noche, la historia de Dick y Nicole, par de personajes basados en una pareja que los Fitzgerald conocían bien. Cuando tuvo el manuscrito listo, se lo envió a Ernest Hemingway, para que le echara un vistazo. Hemingway le echó un vistazo y le dijo que no le parecía nada bien lo que había hecho con los personajes. “Si coges personas reales y escribes sobre ellas no puedes darles otros padres que los que tuvieron, ni puedes obligarles a hacer algo que no hayan hecho”, le dice. “Hace mucho tiempo que dejaste de prestar atención a nada que no sea la respuesta a tus propias preguntas. Eso es lo que deja seco a un escritor (todos nos secamos, no te lo tomes como un insulto personal) : no escuchar. De ahí viene todo. Ver, escuchar. Ves bastante bien. Pero has dejado de escuchar”. Una auténtica crítica de más de páginas de una sinceridad brutal.

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**“Mis amigos me instan a escribirle por el bien de la humanidad […] Está del todo claro que usted es la única persona del mundo que puede evitar una guerra que podría reducir a la humanidad al salvajismo […] cuente con mi sincera amistad”

De Mohandas Gandhi a Adolf Hitler

23 de julio de 1939**

En julio de 1939, mientras aumentaba la tensión en Europa a raíz de la ocupación de Checoslovaquia, Gandhi, el famoso líder del movimiento no violento en defensa de la independencia de la India, escribió una carta a Adolf Hitler que nunca llegó a su destino por una interferencia del gobierno británico. En ella aseguraba que sus amigos le instaban a escribirle “por el bien de la humanidad”. “Sin embargo, me he resistido a sus peticiones por tener la sensación de que cualquier carta que pudiera mandarle sería una impertinencia”, escribe. En cualquier, asegura a continuación, “está del todo claro que usted es la única persona del mundo que puede evitar una guerra que podría reducir a la humanidad al salvajismo” y le pregunta si “¿va a escuchar la súplica de alguien que ha renunciado de modo deliberado al método de la guerra con un considerable éxito?”. Está claro que Hitler no la escuchó. Pero, ¿lo habría hecho de haberla recibido?

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**“Mi buen amigo Roosvelt, no sé muy inglés, pero sí bastante para escribirte […] Tengo doce años. Soy un niño, pero pienso mucho […] Si quieres, dame un billete de diez dólares verde americano, en la carta, porque nunca he visto un billete de diez dólares verde americano y me gustaría tener uno”

De Fidel Castro a Franklin D. Roosevelt, presidente de Estados Unidos

6 de noviembre de 1940**

Cuando Fidel Castro tenía 12 años le escribió una carta al por entonces presidente de los Estados Unidos, Franklin D. Roosevelt, en la que básicamente se presentaba. Decía que era un niño feliz al que le gustaba oír la radio. Un niño que nunca había visto un billete de diez dólares y al que le gustaría ver uno. Por eso le pedía que le enviara uno en el sobre, con su respuesta. Le daba la dirección de su colegio y se disculpaba una y otra vez por su terrible inglés. “No sé muy inglés, pero sé mucho español, y supongo que tú no sabes mucho español”, escribió. Se refiere en todo momento a él como “my good friend Roosvelt” y en la postdata se despide con un: “Si quieres hierro para hacer tus barcos yo te enseño las (minas) de hierro más grandes del país. Están en Mayarí Oriente Cuba”.

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**“He escrito un libro titulado El Padrino que ha tenido cierto éxito y creo que es usted el único actor capaz de representar al Padrino”

De Mario Puzo a Marlon Brando

23 de enero de 1970**

Si El Padrino tenía que llegar a la gran pantalla, Marlon Brando debía ser Vito Corleone. Mario Puzo lo tuvo claro desde el principio, pero a la Paramount no le parecía nada bien, porque el actor tenía fama de complicado y no le apetecía complicarse la vida. La cosa fue que cuando Francis Ford Coppola entró en el proyecto, también exigió a la productora que se pusiera en contacto con Brando, pues él también creía que era el único capaz de interpretar al Padrino. Antes de eso, el 23 de enero de 1970, Mario Puzo había garabateado una carta para Brando en la que aseguraba: “He escrito un libro titulado El Padrino que ha tenido cierto éxito y creo que usted es el único actor capaz de representar al Padrino con la fuerza serena y la ironía (el libro es un comentario irónico de la sociedad americana) que requiere el papel”. Siendo así, le insta a que lea el libro y a que, si le gusta lo suficiente, ejerza “el poder de que disponga para conseguir el papel”.

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**“En primer lugar me gustaría presentarme. Soy Elvis Presley […] Señor, puedo ayudar a mi país […] Puedo hacer más, y lo haré, si actúo como agente federal por mi cuenta”.

De Elvis Presley a Richard Nixon, presidente de Estados Unidos

21 de diciembre de 1970**

En diciembre de 1970, a bordo de un avión de la American Airlines (la misiva está escrita en una hoja con el membrete de la compañía) , Elvis Presley escribe a Richard Nixon ofreciéndose como espía del gobierno. Él lo llama “agente federal por mi cuenta”, pero esto es lo que propone: “Hace tres semanas hablé con el vicepresidente Agnew en Palm Springs y le transmití mi preocupación por nuestro país. La gente del mundo de las drogas, los hippies, los Panteras Negras, etc. no me consideran su enemigo o, como lo llaman ellos, el establishment. Yo lo llamo América y lo amo. Señor, puedo ayudar a mi país, y para ello haré cuanto esté en mi mano”. Y lo que está en su mano es comunicarse “con personas de todas las edades”. “Antes que nada soy artista, pero sólo necesito una acreditación como agente federal”, insiste. A continuación le dice que le enviara una autobiografía suya para que entienda mejor su posición, y que estará encantado de poderle saludar en algún momento si no está demasiado ocupado.

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**“El 8 de diciembre de 1980 disparé y maté a John Lennon. Antes, esa misma tarde, le había pedido que me firmara su álbum 'Double Fantasy'. […] ¿Habría alguna forma de calcular el valor de un artículo así?”

De Mark Chapman a un experto en coleccionismo

18 abril de 1986**

Seis años más tarde de disparar (y matar) a John Lennon, Mark Chapman escribió, desde la cárcel, la cárcel de Attica, en Nueva York, a un experto en coleccionismo con el fin de descubrir qué valor tendría por entonces (1986) el disco (Double Fantasy) que le firmó Lennon una hora antes de que le disparara. “Lo dejé detrás de la garita del guardia jurado”, le indica, “donde se encontró después de mi detención”. Le dice que lleva desde entonces intentando recuperarlo para “subastarlo y donar el dinero a una instituación benéfica infantil” considerando que “es lo mínimo que podía hacer”, pero insiste en saber cuál sería su valor. Pero, ¿cómo dio con él? Le escuchó hablar sobre coleccionismo musical en un programa de radio. ¿Le pregunta algo más? Sí, si podría conseguirle un autógrafo de Stephen King o si existe en el mercado alguna carta autografiada de J.D. Salinger. “Me gustaría hacerme con alguna carta autografiada”, añade.

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**“Puede que hayas confundido el 'yo' de la pantalla con el de tu verdadera madre […] Lo que ha convertido tu libro en un éxito es mi nombre”

De Bette Davis a B. D. Hyman

1987**

En algún momento de 1987, Bette Davis escribió una durísima carta a su hija, una carta con la que cerraba sus memorias, escritas después de sufrir un cáncer de pecho y una serie de derrames que le provocaron una parálisis parcial. La carta respondía a la misiva con la que su hija, B. D. Hyman, había puesto fin a su propio libro, titulado La que cuida a mi madre, un retrato despiadado de la actriz, que Davis nunca llegó a entender. Empezando por el título. He aquí la postdata de su carta: “Espero entender algún día el título de La que cuida a mi madre. Si es por el dinero, salvo que me falle la memoria, te he cuidado yo a ti todos estos largos años. Y sigo haciéndolo, porque lo que ha convertido tu libro en un éxito es mi nombre”.

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**“Cuando cumplí los 21 yo también estaba hecho polvo. La gente me abucheaba en el escenario […] O sea que aguanta, mi amor y hazte grande y fuerte y encaja los golpes y sigue adelante”

De Iggy Pop a Laurence, una fan

Febrero de 1995**

Iggy Pop tardó nueve meses en contestar la carta de 20 páginas que le había enviado una de sus fans, Laurence. La carta llegó la mañana en que estaban desahuciando a su familia. “Cuando la terminé estaba llorando”, recuerda Laurence. En la breve nota, manuscrita, Iggy Pop le da las gracias por su carta “espléndida y encantadora” que, dice, “ha iluminado mi vida sombría”. “Claro que me encantaría verte con tu vestido negro y también con tus calcetines blancos. Pero sobre todo lo que quiero es ver cómo respiras hondo y haces lo que tengas que hacer para sobrevivir y decidas ser algo que te encante […] cuando cumplí los 21 yo también estaba hecho polvo. La gente me abucheaba en el escenario […] o sea que aguanta, mi amor, hazte grande y fuerte y encaja los golpes y sigue adelante”.

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