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El día que murió Ayrton Senna: las revelaciones de su ex pareja a 30 años de la tragedia

La novia del por ese entonces piloto de Fórmula 1 reveló los deseos que no cumplió. El recuerdo del accidente, la curva que años antes había querido modificar y los misterios alrededor del accidente.

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MDZ Deportes martes, 16 de abril de 2024 · 19:13 hs
El día que murió Ayrton Senna: las revelaciones de su ex pareja a 30 años de la tragedia
Senna corrió 6 temporadas con McLaren antes de irse a Williams Foto: Esquire

El 1 de mayo de 1994 fue un día oscuro para la Fórmula 1. En realidad, el fin de semana en su totalidad fue una tragedia, aunque solo se recuerde la muerte de uno de los más grandes pilotos de todos los tiempos, Ayrton Senna. En el próximo 30º aniversario de aquella tarde negra, ESPN y Star+ lanzarán un documental, Em Senna, sobre la vida y carrera del protagonista. En ese contexto, la por entonces novia del brasileño, Adriane Gaisteau, reveló las cuentas pendientes del que era piloto de Williams y reabrió una herida jamás cicatrizada: “Murió sin realizar sus tres mayores sueños. Tenía el sueño de correr para Ferrari, pero no lo realizó. Soñó con tener un hijo, no creo que él lo haya hecho. Se habló de que tenía una hija, no sé cómo terminó esa historia, pero no llegó a ser padre. Y el sueño de visitar Disney. ¡Lo más obvio del mundo, visitar Disney!”. El recuerdo de los “proféticos” temores de Senna, su voluntad de cambiar la curva que luego lo mataría, las teorías alrededor de los motivos del accidente y las frases de su compañero de escudería, en un fin de semana que todos querrían olvidar. Pero que nadie puede.

En 1989, Ayrton Senna había tenido la intención, junto al piloto austríaco Gerhard Berger, de modificar la curva Tumbarello, del Gran Premio de San Marino, en Imola. Pero el río Santerno, ubicado detrás de la pista, no había permitido ningún tipo de alteración. Por supuesto, nadie podría haber previsto las consecuencias de aquello. Cinco años más tarde, la Fórmula 1 regresó a Imola y Ayrton Senna llegaba con tres títulos mundiales en su palmarés (1988, 1990 y 1991). El brasileño había sido subcampeón con McLaren la temporada anterior y para 1994 se había trasladado a Williams. Pero no había sido el comienzo de temporada ideal; no había podido finalizar ninguna de las dos carreras previas a la de Imola.

El momento que quedó inmortalizado para la Fórmula 1. (Foto: F1 en estado puro)

Era un Gran Premio desafiante y peligroso. Tanto así, que el viernes 29 de abril, el día de las prácticas, el piloto Rubens Barrichello sufrió un grave accidente y debió ser inmediatamente trasladado al hospital. Senna lo visitó; y el Gran Premio de San Marino ya avisaba cuál sería su clima. Solo 24 horas más tarde, el debutante piloto austríaco Roland Ratzenberger chocó su auto a 300 kilómetros por hora y sufrió un accidente fatal a sus 24 años. Senna ya había conseguido la pole position, pero se acercó a donde su compañero había fallecido y lloró desconsolado. Según reveló Adriane Gaisteau, esa noche el tricampeón mundial le confesó, conmocionado, todos sus miedos antes de la carrera.

Su compañero en Williams era Damon Hill. El británico escribió una vez para The Times un artículo en el que, como Gaisteau, revelaba los temores del piloto antes del fatídico circuito. “Después de la prueba fuimos a la reunión de pilotos. Ayrton estaba de buen humor tras su buena performance, pero tenía preocupación sobre el uso del safety car, el auto de seguridad. Esos miedos serían proféticos. Ayrton se puso a vociferar, clamando que estaba mal concebido y que era peligroso por una razón específica: la temperatura de las gomas de un coche de F1 es crítica en varios aspectos. Uno, porque sólo tienen agarre cuando están muy calientes; dos, porque la presión varía enormemente con la temperatura”. Luego, el maléfico giro del destino. “Creo que esto fue un factor contribuyente en el accidente de Ayrton, ya que el safety car fue lanzado a la pista exactamente después de la largada, como él temía”, concluyó Hill.

El carisma de Senna lo convirtió en uno de los pilotos más queridos. (Foto: GQ México)

Ayrton Senna se despertó el domingo 1 de mayo de 1994 y fue al paddock para correr. Los pilotos se sumergían en sus rutinas como si ningún compañero suyo hubiese muerto el día anterior en la pista. Siempre solidario y adorado por sus colegas, Ayrton Senna pidió una bandera austríaca. Confiaba en que, en caso de alcanzar el podio, la alzaría en honor a Ratzenberger. Finalmente, se subió a su Williams FW-16 Renault y Senna comenzó la carrera que sería su última. Cuando llegó a la curva Tumbarello, la misma que había querido cambiar, el brasileño quiso tomarla por dentro, pero enseguida perdió el control y se estrelló contra la pared de su derecha. Inmediatamente se alzó la bandera roja y se detuvo la carrera. El auto de Senna estaba destruido y él, se cree, todavía con vida. Pero un pedazo de suspensión le había entrado por el visor del caso y tendría consecuencias fatales. Ayrton Senna fue trasladado a un hospital y se decretó su fallecimiento a las 18.40, cuatro horas después del accidente.

El fallecimiento de uno de los pilotos más queridos, admirados y talentosos del siglo XX fue un golpe evidente en la Fórmula 1. Pero, sobre todo, la herida se agravó al jamás poder concluir el motivo del accidente. El juicio que se llevó adelante determinó el 16 de diciembre de 1997 que la causa había sido la rotura de la columna de dirección modificada en el auto. Se trataba de un trabajo que el propio piloto había solicitado al comienzo de la temporada, para tener más espacio en el cockpit. Pero en 1999 la Corte de Apelaciones de Bologna falló en contra de dicha teoría. Lo curioso es que no se propuso ninguna otra, y cinco años después las causas siguieron siendo un misterio.

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