Descubriendo al "dictador" De Laurentiis, el oligarca del Nápoles del que ningún español habla bien: "Viví momentos muy difíciles" | Relevo
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Descubriendo al "dictador" De Laurentiis, el oligarca del Nápoles del que ningún español habla bien: "Viví momentos muy difíciles"

Varios exfutbolistas del Nápoles cuentan en Relevo su experiencia con el presidente italiano. Ninguno tuvo una salida fácil del club, todo lo contrario.

Aurelio de Laurentiis presencia un entrenamiento del Nápoles. /GETTY
Aurelio de Laurentiis presencia un entrenamiento del Nápoles. GETTY
Lorena González

Lorena González

Aurelio de Laurentiis, nacido en Roma hace 74 años, llegó al fútbol procedente del mundo del cine. Siempre ha estado respaldado por el poder. De hecho, forma parte del comité científico de la Fondazione Italia USA, fue nombrado Gran Oficial de la Orden al Mérito de la República Italiana por el presidente Carlo Azeglio Ciampi, y en 2008, Caballero de la Orden al Mérito del Trabajo y Oficial del Orden de las Artes y las Letras por el Ministerio de Cultura y Comunicación de Francia. Algunos exjugadores del Nápoles cuentan en Relevo que no tiene mucha idea de fútbol, sino más bien de baloncesto, pero que es de los que opina y presiona sobre cuestiones deportivas.

De Laurentiis es el titular de Filmauro, sociedad de producción y distribución cinematográfica italiana e internacional con casi medio millar de películas a su cargo. Fue fundada junto a su padre Luigi en 1975, premiado por producir las películas de mayor éxito en Italia, como la saga de Manual de Amor, distintos films dirigidos por Carlo Verdone, o Huevos de Oro, de Bigas Luna. Se ha encargado de distribuir también películas de Pedro Almodóvar, Woody Allen o Roman Polanski. En la ficción, se da todos los gustos posibles, como el de poder contar con su idolatrado Robert De Niro en su película Las edades del amor. También lo intenta en el fútbol.

En 2004 se convirtió en el mayor accionista y presidente del Napoli Soccer por apenas unos 30 millones de euros, como se llamaba al Napoli, todavía en la tercera división, aunque en menos de cuatro años ascendió a la máxima categoría.

En julio de 2018 adquirió los derechos deportivos del S. S. C. Bari, aunque es su hijo Luigi quien gestiona el club barés. Está a favor de la Superliga y siempre que puede, carga contra la UEFA, a la que le desea su desaparición.

En la actualidad está siendo objeto de investigación por su presunta implicación en las plusvalías ficticias del fichaje de Victor Osimhen, con quien en los últimos días el club ha vivido un terremoto por la publicación de un vídeo en el perfil de Tik Tok del Nápoles en el que se mofaban del nigeriano por un fallo desde el punto de penalti. Aquel fichaje se cerró en el año 2020 por un montante de 71,25 millones de euros, pero las pesquisas investigan los detalles de una operación que podría haber incurrido en una serie de ilegalidades. A De Laurentiis se le acusa de haber realizado un delito de "falsedad contable" y "declaración fraudulenta".

Parece que se repite una y otra vez que la fantasía napolitana se convierta en una pesadilla para sus jugadores. Es muy difícil o prácticamente imposible encontrar un futbolista que haya terminado bien con el presidente a marcharse del Nápoles, entre ellos varios futbolistas españoles.

El encontronazo de Reina con De Laurentiis

Pepe Reina estuvo en el Nápoles desde 2013 a 2018. Cinco años que sirvieron para que el portero conociera la cara y la cruz de Aurelio.

La vera eleganza è restare indifferenti di fronte a gente che vale poco (la verdadera elegancia es mantenerse indiferente ante gente que vale poco), publicaba Reina en sus redes tras el incidente vivido en una de las cenas de equipo. De Laurentiis fue llamando a los jugadores a su lado y les fue gastando a todos una pequeña broma. Pero las palabras que pronunció invadieron el ámbito familiar del portero al hacer referencia a alguna distracción fuera del campo, en presencia de Pepe y de su mujer.

Al hilo de aquel comentario, Yolanda, la esposa de Reina, también publicó un aforismo del escritor Georg Christoph Lichtenberg: "Cuando quien gobierna pierde la vergüenza, los obedientes pierden el respeto". No es de extrañar que, en palabras a Relevo, el meta del Villarreal recuerde: "Acabé muy mal con él, no puedo decir nada bueno, es más, prefiero no mencionarlo".

Reina, en su etapa en el Nápoles.  REUTERS
Reina, en su etapa en el Nápoles. REUTERS

Fernando Llorente vivió uno de sus peores momentos de su vida en el Napolés. Las amenazas de su presidente acabaron siendo insostenibles: "Se implica con el equipo y es de bajar bastante al vestuario, pero él viene del mundo del cine. Allí al final viví momentos difíciles porque nos posicionamos en su contra cuando decidió que, a causa de los malos resultados, debíamos irnos concentrados. Ancelotti se puso de nuestra parte y seguramente por ese motivo le echaron poco después. Nos multó a todos por llevarle la contraria".

Al riojano terminaron apartándole de la plantilla para obligarle a irse. Tuvo que ceder y marcharse, aunque tenía a los jugadores sometidos con una multa que aún podía ser mayor por derechos de imagen. "Yo acepté salir con la condición de que me quitara esa multa, pero hubo muchos jugadores que tuvieron que pagarla, los que De Laurentiis consideraba que le daban problemas", sigue explicando a Relevo.

Llorente se refiere al 'motín' de los jugadores en noviembre de 2019, cuando abandonaron la concentración semanal establecida por el presidente, tras un empate en Champions frente al Salzburgo. Ancelotti también reconoció en rueda de prensa que estaba en contra de esa medida y aquello supuso un pulso insostenible con De Laurentiis, que acabó cortando varias cabezas, como la del propio técnico italiano.

Aquel episodio lo vivió también José Callejón. El ahora jugador del Granada, cuenta: "Cuando se cumplía mi séptima temporada allí, me ofrecieron la renovación en enero, justo antes de empezar la pandemia. A la primera propuesta de De Laurentiis dije que no porque sentía que quizás mi etapa allí ya había acabado, y pensaba en volver a España. Me tiré allí siete años, jugué 350 partidos, es decir, una media de 50 por temporada. No me perdí ninguno por lesión, y tan sólo uno por sanción. Esa temporada se alargó dos meses por el COVID, y jugué gratis julio y agosto, mi contrato acababa el 30 de junio. Les pedí una especie de prórroga de esos dos meses y me respondieron que me podía a ir a mi casa ese día 30. Yo no iba a dejar a la afición y mis compañeros tirados, faltando varios partidos de liga y de Champions, entre ellos contra el Barça en el Camp Nou. Lo de menos no es jugar gratis, sino que me hubiera gustado salir de otra manera".

Albiol y Callejón, en un partido con el Nápoles.  REUTERS
Albiol y Callejón, en un partido con el Nápoles. REUTERS

Pese a las formas en las que salió, el granadino reconoce que su etapa en Nápoles "fue maravillosa, me abrió las puertas de la Selección, gané títulos, tuve a entrenadores top como Benítez, Sarri, Ancelotti o Gattuso. Me identifiqué mucho con la ciudad y la gente, supongo que me mimeticé fácil con ellos por ser andaluz. Ojalá me hubiese podido despedir de otra manera", se lamenta el futbolista.

Un Rólex y un ataque a Cavani

"Un deportista no debe salir, beber y frecuentar clubes de alterne", fueron las palabras de De Laurentiis dijo sobre Lavezzi. Y a finales de 2011, la que fuera novia del argentino fue víctima de un asalto en Nápoles. Le robaron su reloj Rolex y amenazó en sus redes con llevarse a su novio Ezequiel Lavezzi. "Nápoles es una ciudad de mierda. Si me pasa de nuevo algo así, me llevo a Pocho de aquí". Sus palabras fueron correspondidas por De Laurentiis: "Con la crisis actual no se debería andar con un Rólex en la muñeca".

En Italia se recuerda cuando en 2011 puso en jaque a la camorra, año en que intentó dar un duro golpe al negocio de la reventa de entradas. Por entonces, casualidad o no, se empezaron a suceder diversos asaltos a las casas de jugadores del Nápoles, incluida la de Edinson Cavani.

"Si se va, nos hace un favor", dijo de Albiol, aunque el central español confiesa que lloró mucho cuando decidió dejar el club napolitano. Sobre Higuaín, De Laurentiis insinuó que estaba gordo y lo tachó de "traidor".

En 2013, el magnate italiano llegó a emitir un comunicado amenazante dirigido a Cavani, dándole un ultimátum para que definiera su futuro antes del 10 de agosto de aquel año, fecha en la que su salida del club se complicaría de sobremanera. Bromeó además con "arrancarle la cabeza" al uruguayo. Cavani expresó públicamente la poca gracia que le había hecho. El charrúa tuvo que irse de la ciudad de forma apresurada y más que incómoda tanto para él como para su familia, después de tres temporadas y 104 goles anotados. Al tiempo, De Laurentiis fue tajante cuando Cavani sonaba como opción de regreso: "Sé que le gustaría volver, pero no tuvo reparos en irse para ganar tres veces más".

Maradona: «Este hombre vende a su mujer por plata»

Diego Armando Maradonatambién se sintió traicionado por De Laurentiis cuando se tramitaba su regreso al club como embajador. El eterno Diez salió de su amada Napoli gritando: "Este hombre vende a su mujer por plata". El presidente llegó a declarar en la prensa italiana: "Solamente se conquistaron dos scudettos. ¿Y por qué? Porque hemos tenido un gravísimo hándicap, y es haber tenido al más grande futbolista del mundo, que es Maradona. En lugar de un plus, eso restó. Eso es como cuando tienes como mujer a la más bella del mundo, pero se separa de ti. ¿Quién puede complacerte?".

El Dios de Nápoles será y seguirá siendo Maradona, mal que le pese a De Laurentiis. El único que ha podido opacar su figura, la del club y la de una ciudad entera.

Sin escrúpulos, frío, déspota, dictador, totalitario, … Son los términos más prudentes que en Relevo utilizan para definirle algunos de los protagonistas que han vivido de cerca el imperialismo napolitano de Aurelio De Laurentiis.