El Atlético remonta al Villarreal y sigue intratable en el Metropolitano

El Villarreal no lo pone fácil

No fue fácil, sin embargo, doblegar a un Villarreal que llegó a Madrid descabezado, con Pacheta recién destituido y con la sensación de navegar sin rumbo por la temporada. Presa fácil, sobre el papel. El Atlético, de hecho, se mostró fuerte de inicio, buscando un tanto rápido que ahondase en la herida rival. Pero no llegó, y el Villarreal, contra todo pronóstico, creció con rapidez.

La rapidez de sus contragolpes, que obligaron a los de Simeone a dar un paso atrás primero, y a tener que remontar después, cuando el 'submarino amarillo' asomó la cabeza en el minuto 19. Una veloz jugada de ataque iniciada por Baena finalizó con un disparo de Sorloth que repelió Oblak, pero el rechace lo cazó Gerard Moreno para reventar el balón contra la red rojiblanca (0-1).

El Villarreal, a las órdenes del circunstancial Miguel Ángel Tena, se encontró cómodo y puso al Atlético contra las cuerdas. Y ahí apareció la figura de Oblak, que mantuvo en pie a su equipo en los momentos más difíciles. El esloveno salvó el segundo tras un nuevo ataque fulminante del Villarreal, que volvió a finalizar Sorloth. El noruego, de nuevo, chocó contra Oblak.

No es la temporada del Villarreal. Pocos minutos después de la ocasión, Sorloth se encaminaba a los vestuarios lesionado. El Atlético, mientras tanto, trataba de encontrar la puerta de Jorgensen, pero fue incapaz de superar por alto en el primer tiempo a un imperial Jorge Cuenca. Ante las dificultades aéreas, el Atlético encontró el camino por la vía terrestre. En el minuto 46, con el descanso pidiendo paso, Griezmann se sacó un pase perfecto entre el portero y la defensa rival, que remató Witsel en el segundo palo a la red. Empate y al vestuario.

Llorente y Griezmann rompen el empate

El 1-1 se instauró con fuerza en el partido, pese al crecimiento rojiblanco en la segunda parte, en la que sumaron un buen puñado de ocasiones, tanto de la sociedad Llorente-Morata, como de parte de Riquelme, que celebró su llamada de la selección con una buena actuación. El Villarreal, por su parte, se fue diluyendo con el paso de los minutos.

El partido ya encaraba su recta final cuando el efecto Llorente lo cambió todo. Koke abrió un balón para el lateral, que la puso perfecta en el área pequeña para que Griezmann la empujara. Restaban diez minutos de partido y el gol destruyó al Villarreal. Su trabajo se vino abajo y el Atlético, crecido, hundió a su rival por completo cinco minutos después, cuando una carrera de Pablo Barrios la culminó Samu Lino con el tercer y último tanto de la noche.