"Espero que se estén divirtiendo mucho al intentar atraparme... No le tengo miedo a la cámara de gas porque me enviará al paraíso mucho antes, porque ahora tengo suficientes esclavos para trabajar para mí". El 8 de noviembre de 1969, hace exactamente 51 años, los periodistas del San Francisco Chronicle recibieron una extraña carta llena de símbolos.
Era una de las misivas escritas en código que envió el asesino del Zodiaco, un maníaco que mató a cinco personas entre 1968 y 1969 y cuya identidad aún no ha podido ser desvelada. El criptograma, conocido como ‘340’, ha sido descifrado por un equipo de Estados Unidos, Australia y Bélgica que ha trabajado durante años en los desconcertantes símbolos.
Identidad desconocida
El asesino del Zodiaco mató a cinco personas confirmadas entre 1968 y 1969
David Oranchak, un diseñador web de 46 años que vive en Virginia y que ha estado trabajando en el código desde 2006, diseñó un programa informático para resolver el enigma. El propio FBI ha dado validez a la solución, confirmando que el caso sigue abierto.
“El asesino del Zodiaco aterrorizó a múltiples comunidades en todo el norte de California, y aunque han pasado décadas, continuamos buscando justicia para las víctimas de estos crímenes brutales”, afirmó un portavoz de Federal Bureau of Investigation. "Debido a que la investigación está en curso, y por respeto a las víctimas y sus familias, no brindaremos más comentarios en este momento", añadió.
Este es el criptograma 340 que envió el asesino del Zodiaco en noviembre de 1969
La solución al Cifrado 340 es, según el equipo de Oranchak, la siguiente:
“Espero que se estén divirtiendo mucho tratando de capturarme que no era yo (quien apareció) en el programa de TV (de Jim Dunbar en KGO-TV que se emitió en octubre de 1969) que habló sobre mi No tengo miedo de la cámara de gas porque me enviará al paraíso más pronto porque ahora tengo suficientes esclavos que trabajan para mi cuando los demás no tienen nada cuando llegan al paraíso Así que tienen miedo de la muerte No tengo miedo porque sé que mi nueva vida es vida que será fácil en el paraíso de la muerte”.
Las primeras víctimas de este asesino en serie fueron David Faraday y Betty Lou Jensen, que recibieron varios disparos en su automóvil el 20 de diciembre de 1968. Luego vinieron Darlene Ferrin y Mike Mageau en julio de 1969 y Cecelia Shepard y Bryan Hartnell, que fueron apuñalados en septiembre de 1969. Mageau y Hartnell lograron sobrevivir.
Los detectives David Toschi y William Amstrong identificando varias víctimas del Asesino del Zodíaco
Esta es la segunda ocasión en la que se desvela un criptograma de este asesino en serie. La primera fue en 1969, cuando un maestro de escuela y su esposa descifraron un largo mensaje enviado en pedazos a los periódicos Chronicle y Examiner de San Francisco Examiner y al Vallejo Times-Herald.
Conocido como el ‘cifrado 408’, decía más bien poco: "Me gusta matar porque es muy divertido", se limitaba. En esta ocasión, el trabajo ha sido un poco más laborioso. Oranchak contó con la ayuda de otros dos descifradores aficionados, el matemático de Australia Sam Blake y el operario de almacén Jarl Van Eykcke de Bélgica.
Cifrado 408
Esta es la segunda ocasión en la que se desvela un criptograma de este asesino
En la mayoría de los cifrados, como el 408, la solución consistía principalmente en averiguar qué letras estaban representadas por cada símbolo. En el 340, sin embargo, había que descubrir también que la alineación de las palabras corre en diagonal a lo largo de la página y, ocasionalmente, se desplazan sobre una columna.
A pesar de ser una creación complicada, los investigadores hallaron un esquema básico en un manual de códigos del Ejército de los EE.UU. de la década de 1950. Siguiendo esta guía comenzaron desencadenando un par de frases que les marcaron el camino correcto permitieron saber que estaban en el camino correcto.
Darlene Ferrin, una de las víctimas del Asesino del Zodiaco
La palabra “paraíso” estaba mal escrita en todo el texto (“paradice” en vez de “paradise”), así como en otras cartas que mandó el asesino. La complejidad del esquema utilizado ha llevado al FBI y a la policía a concluir que la persona que se esconde tras el Zodiaco era un tipo “muy inteligente”.
Resuelto este enigma, aún quedan dos más por desvelar. Su última víctima, el taxista Paul Stine, fue asesinado a tiros en octubre de 1969 en San Francisco. Y como cualquier homicidio, sigue siendo un caso abierto hasta que se resuelva. El texto no aporta pistas nuevas, pero puede servir de motivación para llegar a descifrar el resto de criptogramas e intentar conseguir un nombre que permita confirmar si el veterano de la Marina Arthur Leigh Allen, que murió de un infarto en 1992 y el único sospechoso nombrado por los investigadores, fue realmente el asesino del Zodiaco.