El encuentro de anoche en San Mamés permitió ver en acción a futbolistas inhabituales en la Liga y a potenciales futuros enemigos. Pacheco disputó 90 minutos de intensidad y buen manejo de balón, volvió Aritz Elustondo después de otro largo túnel de lesión y Urko González de Zárate y Olasagasti por lo menos probaron el mullido césped de San Mamés durante el último cuarto de hora. Rodaje para realistas no titulares y el descubrimiento de una futura amenaza para los txuri urdin.
El campo del Athletic permitió que se rodara Jon Pacheco, que tendrá que ser titular ante el Alavés por la sanción de Le Normand. Además, se tuvo que partir la cara con futbolistas rocosos que no eluden el contacto.
Al mismo tiempo, fue el escenario del eterno retorno de un Aritz Elustondo que nunca parece salir de su bucle de lesiones. Sus tobillos le traen por la calle de la amargura. Quizá jugó más de lo esperado. Comenzó bien, se mostró como siempre, imperial por arriba y atento, pero el error en el tanto charrúa quizá se deriva de las dudas que le genera la inactividad. Fue a despejar en una postura acrobática y pifió el golpeo. Por lo menos terminó íntegro. Cansado, pero ileso.
“Estaba hablado que iba a jugar unos minutos. Llevaba dos meses sin hacerlo, lesionado y además fue aquí donde me lesioné y con un poco de miedo; pero a gusto, he cogido minutos y ritmo. Ahora a descansar y preparar luego el partido de Liga”, dijo el de Beasain.
Urko González de Zárate salió unos minutos como central, rememorando su temporada en el Sanse en Segunda, y Olasagasti tuvo su papel secundario habitual. Siempre cumple.
Zubieta, mayoría en el ‘once’
Sólo había cuatro realistas en la convocatoria, pero Zubieta representaba una mayoría en el ‘once’ inicial: cinco de los 11 elegidos por Jagoba Arrasate se forjaron en la academia de la Real: Gorosabel, Aritz, Pacheco, Sola y Guevara. Guipuzcoanos había cuatro: el portero Agirrezabala, Sola, Aritz y Gorosabel.
La nueva amenaza
El encuentro también permitió descubrir la nueva amenaza que tiene el Athletic ’en el banquillo’ de cara al futuro. Los organizadores del partido estuvieron sembrados para poner a Álvaro Djaló como gancho y reclamo del mismo, por lo menos para la parroquia local. Poco importa que sea nacido en Madrid y que hayan hecho alguna virguería para que encaje en la filosofía -jugó tres años en la Sociedad Deportiva Begoña-. Lo relevante es que el club rojiblanco se ha hecho con un delantero con instinto, de los endemoniados, para el futuro. Ahora milita en el Braga.
Y además tiene a su primo, que es Adu Ares, el mejor ayer. También tiene una gran habilidad con el balón en los pies y capacidad para asociarse. Ambos son jovencísimos y están en la recámara de los Williams. De hermanos a primos.
Fue el sueño de una noche de primavera. Desde hoy, y sobre todo desde mañana, ya sólo se hablará de la Real, del Athletic y de la rivalidad eterna
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