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Jean Luc Ponty destac

«Desde Ponty, el violín de jazz ha sido un instrumento diferente»

Joachim-Ernst Berendt, periodista alemán especializado en Jazz

Jean Luc Ponty es un artista que prácticamente no necesita presentación, pero siempre es bueno repasar su tremenda carrera. Este virtuoso músico de jazz, con 60 años de recorrido musical (como él bien nos precisa), tiene a su haber un curriculum realmente impresionante.

Nacido en 1942 en Avranches, en la región de Normadía en Francia, Ponty venía de una familia de músicos. Formado en violín y piano desde temprana edad, entró a estudiar al Conservatorio Nacional de Música Superior de Paris, graduándose con distinción máxima. Tocó durante algunos años en orquestas de cámara, pero rápidamente sus intereses comenzaron a migrar hacia los sonidos de Miles Davis y John Coltrane, en una época donde el uso del violín en el moderno vocabulario del jazz de principios de los 60′ parecía un poco fuera de lugar, mientras daba sus primeros pasos como artista solitario en clubes de jazz de Paris.

Ya para 1964, Ponty lanzaría su primer disco solista: «Jazz Long Playing», con el que alcanzó una notoriedad tal que el mismísimo John Lewis lo invitaría a tocar en el Festival de jazz de Montreux de 1967. De esa gran vitrina musical, y para los primeros años de la década de los 70′ vendrían las grandes colaboraciones: Frank Zappa, Elton John, Mahavishnu Orchestra, solo por nombrar algunos. Para su primer disco solista con el sello Atlantic Records, «Upon the Wings of Music» (1975) y los subsiguientes álbumes clásicos como «Imaginary Voyage» (1976) o «Enigmatic Ocean» (1977) o «Cosmic Messenger» (1978), vendría la consagración y el estrellato mundial. Desde entonces se rodearía por algunos de los mejores músicos de todos los tiempos, en una carrera que aún no conoce fin y que lo encuentra activo el día de hoy, con el lanzamiento de un disco en vivo con el pianista alemán Wolfgang Danuer «Live at the Bern Festival», y colaboraciones con su hija, la compositora y pianista Clara Ponty.

A continuación, les dejamos la entrevista traducida y transcrita que hemos podido sostener con Jean-Luc Ponty, quien gentilmente accedió a conversar con ProgJazz:

Ponty imagen 1

 

La entrevista con Jean-Luc Ponty

Hola Sr. Ponty, antes que nada, gracias por tomarse el tiempo de tener esta conversación con Progjazz.org. Esperamos que usted y sus seres queridos estén bien.

JLP: ¡Estamos bien, gracias!

En nuestra última conversación nos contaba que está muy ocupado con nuevos proyectos, incluido el lanzamiento de un nuevo álbum en vivo con el pianista Wolfgang Dauner.

JLP: Ese álbum se lanzó en muchos países y está teniendo muy buena recepción. Es muy diferente a mis producciones habituales, ya que este es un dúo acústico de piano y violín. Colaboré mucho a finales de los 60′ con el pianista y compositor alemán Wolfgang Dauner. Siempre me encantaron sus composiciones, muy modernas, pero con ambientes espaciales y también muy melódicas. Luego de ello, me mudé a California en 1973, por lo que dejamos de vernos hasta 1995, y decidimos hacer algunos conciertos como dúo a principios de la década del 2000. Uno de estos conciertos fue grabado en vivo por la Swiss Radio en 2011 y decidimos sacarlo a la venta, lo que se convirtió en un proyecto muy emotivo para mí, dado que Wolfgang falleció hace dos años. Se llama “Live At The Bern Jazz Festival”.

Ponty Dauner album

Espectacular. ¿Cómo pasó la pandemia? ¿Experimentó algo en particular que nos pueda comentar?

JLP: Cuando no estoy dando conciertos estoy acostumbrado a quedarme en casa y trabajar en mi música, así que cuando recibimos la orden de quedarnos en casa al comienzo de la pandemia, no hizo una gran diferencia en mi vida. Sin embargo, cuando me di cuenta de que esto iba a durar mucho más de lo que pensé inicialmente, supe que tendría un impacto negativo serio en el mundo de la música, especialmente los conciertos, todos cancelados por un largo período de tiempo. He hecho tantas giras y conciertos en mi vida que no era tan catastrófico para mí como lo ha sido para los músicos más jóvenes que están muy afectados por esta situación, algunos incluso tuvieron que buscar otros trabajos. Horrible.

Sin duda fueron momentos terribles para la gente ligada a la música y al entretenimiento. ¿Qué piensa sobre el estado del jazz y el jazz fusión en la actualidad? ¿Hay algún proyecto nuevo del que haya oído hablar, que le inspire o le esté llamando la atención?

JLP: El estado del jazz ha mejorado desde mi juventud, hay muchas más estaciones de radio y festivales de jazz, al menos en los Estados Unidos y Europa, pero el tamaño de esa audiencia sigue estando muy por debajo del tamaño de la música pop y rock. En cuanto a jazz fusión, los pocos músicos y grupos que crearon este estilo de música a finales de los años 60′ y 70′, primero llamado jazz-rock por los críticos, y que aún están vivos como yo, todavía tienen muchos seguidores en todo el mundo. Desde hace mucho tiempo no busco inspiración escuchando a otros músicos, no necesito eso. A veces escucho a músicos jóvenes que siguen la tendencia que empezamos, y mezclan elementos de nuevos sonidos y ritmos de su generación con el jazz y todo hecho con gran inteligencia musical. Me alegra ver que la cadena continúa, siguen surgiendo jóvenes artistas talentosos y creativos.

Usted tiene una relación muy especial con Chile. Cuando vino por primera vez, fue uno de los primeros shows internacionales que llegaron en la década de los 80′ (en medio de una época difícil para nuestro país) y lo hizo con la formación que grabó «Gift of Time» (1987), incluyendo a Baron Browne, bajista recientemente fallecido. ¿Qué recuerdos tiene de aquellos tiempos?

JLP: Me sorprendió cuando recibí esa oferta de hacer un concierto en Santiago por primera vez en 1988. Habíamos tocado un par de veces en Venezuela, Brasil y Argentina (nunca en Chile), pero había estado recibiendo cartas de fans chilenos y por eso acepté sabiendo que mi música era apreciada en Chile. Vine con la banda que tenía en ese momento, con la cual recién había terminado de grabar el disco “Storytelling” en 1988. “The Gift of Time” fue justo antes, en 1987 y no tenía a la banda completa. Nuestro baterista Rayford Griffin y el bajista Baron Browne habían estado conmigo desde principios de la década de 1980, el guitarrista Jamie Glaser se unió a mi banda por primera vez en 1977 y permaneció durante tres años, para luego unirse nuevamente en 1987. Wally Minko era nuestro nuevo tecladista. Me sorprendió que logramos tocar dos noches frente a una audiencia muy grande, y el ambiente era fantástico. Inmediatamente me encantó la audiencia chilena y estuve muy feliz de ser invitado varias veces después de ello con diferentes formatos de bandas y en varias ciudades, lo que me dio la oportunidad de conocer tu país.

Más tarde, en los años 2000, nuestro promotor de conciertos chileno Carlos Pastene, que estaba organizando nuestras giras por toda América del Sur, me sugirió que volviera con la misma banda que tenía en 1988 a tocar la música de los álbumes que produje en los Estados Unidos y fueron lanzados por Atlantic Records en las décadas de 1970 y 1980. Hubo un gran interés en toda América del Sur de ello, así como en Norteamérica, por escuchar mi música de ese período con los músicos originales. Esto me dio la idea de armar el concepto “Atlantic Years Band” con el que primero hicimos una gira en Chile y Sudamérica en 2011, y luego en USA en 2017 y 2018. He tocado durante tantos años con estos músicos que somos como una gran familia, y estoy muy triste de que Baron haya fallecido. Era un bajista/arreglista muy talentoso y también un gran hombre. Que su alma descanse en paz.
Que descanse en paz Baron. Además, se inspiró en el desierto de Atacama cuando grabó “The Atacama Experience” (2007), un excelente disco. ¿Tiene algún plan en un futuro cercano de regreso a América Latina?

JLP: Gracias, me alegra que te guste ese álbum. He hecho tantas giras a lo largo de mi vida que necesito ir un poco más despacio y disfrutar de la vida antes de que sea demasiado tarde. Aprecio todos los maravillosos recuerdos que guardo de todas esas giras pasadas.

 

Jean Luc Ponty Atacama

 

Por otro lado, su música también fue muy utilizada en comerciales aquí, por lo que muchas de sus melodías están en el imaginario colectivo chileno

JLP: ¿En serio? Eso no lo sabía. Qué genial.

¡Así es! Aparte de ello, usted tiene 55 años de carrera musical. ¿Cuáles son los puntos más altos de su carrera musical según su juicio?

JLP: De hecho, comencé mi carrera hace unos 60 años. Ha habido muchos grandes momentos, demasiados para mencionarlos todos, todos los grandes músicos con los que colaboré, tocando mi música con orquestas sinfónicas desde Estados Unidos, pasando por Brasil, Europa, Rusia, hasta Siberia y Japón. Toqué con mi banda en grandes auditorios famosos alrededor del mundo, como mi primera vez en Chile, pero también recuerdo especialmente la primera vez que toqué en el Greek Theatre de Los Angeles, en la década de los 70′ ante una audiencia de 6.000 personas. Ahí me preguntaba si estaba soñando o si era real, además de la tremenda reacción del público. Recuerdo una estrella fugaz que apareció sobre el escenario mientras tocaba un solo de violín con efectos de sonido «espaciales», ¡eso fue increíble!

Eso es maravilloso. ¿Tiene algún ‘’álbum favorito’’ en su discografía?

JLP: No, porque incluso cuando no me gusta mucho un álbum completo, siempre me gustan algunas de sus piezas.

¿Y algún registro del que diga “tal vez debería haberlo hecho de otra manera”?

JLP: Rara vez escucho un detalle en mi interpretación o arreglo que haría diferente hoy en día, pero la perfección no existe y lo más importante es que el concepto general y el sonido de cada álbum realmente explotaba todo lo que tenía que decir emocionalmente en ese momento. Por ello tuve la oportunidad de seguir evolucionando con cada nuevo álbum que hice.

¿Sigue en contacto con sus antiguos compañeros de banda como Daryl Stuermer, Ralphe Armstrong, Joaquin Leviano o Randy Jackson?

JLP: Sí, pero sobre todo con Daryl Stuermer y Ralphe Armstrong. Los invitaba a tocar con mi banda cuando hacía conciertos en sus ciudades natales. Por ejemplo he visto a Ralphe cada vez que actuaba en Detroit, además John McLaughlin, Ralphe y yo hemos grabado juntos recientemente como artistas invitados en un álbum producido por un amigo de Ralphe, el baterista Bob Holz, que se lanzará este año.

¡Estaremos esperando eso!. Hablando de colaboraciones, usted hizo una gira con Jon Anderson con la Anderson-Ponty Band, con el lanzamiento del álbum en vivo “Better Late than Never” (2015), y tuvo una aparición en el álbum en solitario de Jon “1000 Hands” (2019). ¿Qué recuerdo tiene de ese acercamiento al rock progresivo? ¿Tiene en mente replicar un proyecto como este en el futuro?

JLP: Me encantó, porque era la primera vez que me involucraba en escribir música, producir un álbum y hacer giras con un cantante, y Jon es increíblemente talentoso, extremadamente creativo, por lo que fue una experiencia de alto nivel colaborar con él. Además, excepto por la improvisación del jazz, la mayoría de los elementos de mi música son muy similares al rock progresivo como concepto, como por ejemplo el concepto de estructuras largas experimentando con sonidos electrónicos, por lo que Jon y yo tenemos muchas afinidades musicales. Fue muy natural para los dos hacer este proyecto juntos.

Sin duda fue un tremendo proyecto. ¿Tiene algún interés por el rock progresivo actual?

JLP: Sí, todavía está entre mis estilos favoritos de música.

Y por último, la pregunta final que le hacemos a todos nuestros entrevistados. ¿Algún disco que nos quiera recomendar que haya escuchado últimamente?

JLP: Ya no tengo mucho tiempo para escuchar discos, pero recientemente escuché algunas de las grabaciones de Vangelis cuando supe que falleció. Lo conocí hace 5 años, me propuso tocar juntos un día, porque me dijo que tocaba jazz en su juventud. Esta colaboración ya nunca sucederá y estoy muy triste porque perdimos a un pionero del rock progresivo. Que su alma descanse en paz

Que descanse en paz Vangelis. ¡Gracias una vez más, Sr. Ponty, por su tiempo! Le enviamos un gran saludo desde Chile. Nuestras puertas siempre estarán abiertas para usted.

JLP: ¡Gracias! ¡Lo aprecio!