Osasuna - Real Madrid: El récord personal del metódico y ‘viejoven’ Ante Budimir | Fútbol | Deportes | EL PAÍS
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El récord personal del metódico y ‘viejoven’ Ante Budimir

El delantero osasunista, machacón en los entrenamientos, alcanza a falta de 10 jornadas los 15 goles, su mejor registro. Este sábado (16.15), espera al Madrid en El Sadar

Ante Budimir
El delantero de Osasuna Ante Budimir, protegido por una máscara en el partido contra el Alavés.Jesús Diges (EFE)

Hace justo en un año, en Pamplona, se hablaba más de las anécdotas de Ante Budimir que de sus goles. Un día lluvioso de enero, una señora de 78 años, Mari Carmen, harta de esperar a un taxi que nunca llegaba, reconoció al delantero por la calle y le preguntó: “¿Eres Budimir? ¿Me puedes hacer un favor y llevarme al hospital?”. El jugador no puso pegas y la mujer, antes de bajarse del coche para entrar en la consulta médica que tenía programada, le pidió un selfi para que su familia se creyera que de verdad había estado con él. Su hija lo publicó en redes y la historia corrió rápido por la ciudad. En aquellos meses, el croata se encontraba en medio de un secarral anotador de un tanto en 19 partidos de Liga.

Era la mejor temporada de Osasuna en lustros, pero el balcánico no pasó de las ocho dianas. En esta, sin embargo, menos brillante para el equipo, ya ha superado su récord personal en la élite: 15 goles (14 en Liga, a dos del Pichichi Bellingham) y a falta aún de 10 jornadas. El último, con una máscara tras fracturarse hace tres semanas en Las Palmas el seno maxilar derecho y perder el conocimiento. La visita del Real Madrid a El Sadar (16.15, Movistar) es el próximo objetivo de este ariete espigado de 1,90 que a los 32 años vive sus días más lúcidos. Y en junio, todo apunta a que amenazará a España en el estreno de la Eurocopa.

De carácter discreto, nada ostentoso y profundamente religioso, el pasado verano lo vieron llegar a Tajonar muy fino de forma. Lo que no había cambiado, y sigue sin hacer, es su afán perfeccionista y machacón. En las buenas rachas y en las malas, cuando termina el entrenamiento de grupo, es habitual verlo ejercitarse por su cuenta una hora más repitiendo una y otra vez finalizaciones, desmarques y movimientos. “Él cree en esa metodología de repetición, más parecida a otros deportes, como el baloncesto”, explican en Osasuna.

Fue el primer jugador que pidió hablar conmigo antes de fichar para saber cómo lo usaría
Vicente Moreno, su extécnico en el Mallorca

De eso también se acuerda Vicente Moreno, su técnico en el Mallorca cuando llegó en enero de 2019 cedido desde el Crotone italiano. “Algunos compañeros veían absurda tanta insistencia, pero tenía claro que la repetición forma parte del perfeccionamiento. Cogía a algún joven y le pedía que le centrara como él quería. Hacía remates de todo tipo y cambios de pie para sacar tiros” detalla Moreno, que reconoce que el fichaje por los bermellones fue más del club que suyo, aunque él sí tuvo que aparecer en el último momento. “Pidió hablar conmigo antes de firmar. Era la primera vez que me pasaba. Me preguntó si lo conocía y cómo lo encajaría en el equipo. Me llamó la atención y me gustó. Lo quería saber todo. Es de los jugadores con los que apetece trabajar, y también te exige”, valora el entrenador.

“Es metódico y, a veces, un poco cabezón. Es un viejoven”, lo describió el director deportivo del club navarro, Braulio Vázquez, el pasado octubre cuando la renovó hasta 2027. “Con el mismo sueldo, no pidió más, y la misma cláusula [20 millones]”, puntualizan en la entidad.

Croacia lo dejó de llamar tras el Mundial de Qatar y en noviembre un gol suyo la clasificó para la Eurocopa

A Pamplona llegó un cuarto de hora antes de cerrarse el mercado de verano de 2020 en una operación que en El Sadar describen con un clásico popular: “A río revuelvo, ganancia de pescadores”, indican. Cuando el Mallorca descendió, pese a los 13 tantos de Budimir, el precio de salida fijado en Son Moix era “inasumible”, según Osasuna. El Valladolid pujó por él, pero tampoco alcanzó un acuerdo. “Así que se llegó a la última semana con un bloqueo [el jugador quería irse] y reaparecimos nosotros para llevárnoslo con una cesión y una opción voluntaria de compra”, detallan en El Sadar. Metió 12 goles a préstamo y desembolsaron ocho millones, el fichaje más caro de los rojillos. “Chimy Ávila se había roto el cruzado por segunda vez y, aunque es otro perfil, vino para paliar esa baja, como referencia ofensiva”, explican desde Tajonar.

A ninguna de las dos partes le ha ido mal. Sus 41 tantos en Primera con los rojillos lo sitúan a solo cuatro de la leyenda Jan Urban (todavía lejos de los 57 de Sabino Andonegui). Y el delantero ha puesto por fin el huevo en un sitio después de muchos años de buscavidas enlazando contratos. En ese ir y venir de destinos, el Crotone lo llegó a comprar dos veces en dos años: en 2016 por un millón y en 2018, por 1,7. En medio, se lo vendió a la Sampdoria por 1,8.

Nacido en la localidad bosnia de Zenica pero criado en Croacia, a Budimir le ha costado asentarse y disfrutar de sus mejores tardes. También en la selección, donde debutó con 29 años, desapareció de las convocatorias tras el Mundial de Qatar y regresó de forma triunfal el pasado noviembre. Su primer gol oficial, ante Armenia, sirvió para clasificar a Modric y los suyos para la Eurocopa. Los días felices del viejoven Budimir.

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