Andrei Chikatilo, historia del 'carnicero de Rostov', asesino serial

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Europa

El 'carnicero de Rostov': el caníbal y asesino serial más sádico de la URSS

Chikatilo era un profesor de colegio, estaba casado y tenía dos hijos.

Chikatilo era un profesor de colegio, estaba casado y tenía dos hijos.

Foto:Twitter @Lachikibeibii/ @veganibalecter

Conocía a sus víctimas en estaciones de trenes y buses. Y solían ser mujeres, niñas y niños.

Comúnmente se dice que uno nunca termina de conocer a las personas. Eso le pasó a la familia y amigos de Andrei Chikatilo, quien en secreto había asesinado a 56 personas, en la ahora inexistente Unión Soviética.
Chikatilo era un profesor de colegio, estaba casado y tenía dos hijos. Además, era un miembro del Partido Comunista. En 1978, en el mes de diciembre, se topó con Yelena Zkatnova, una niña de 9 años que estaba en una parada de autobús.
El hombre siendo amable le ofreció un chicle y empezó una conversación con la niña. Cuando vio que ya se había ganado la confianza de ella, la invitó a una vivienda que había comprado en un lugar apartado de la ciudad. Yelena fue su primera víctima y la mató a cuchillazos.
A partir de ese momento, Chikatilo, quién es conocido como el ‘carnicero de Rostov’, se convirtió en un asesino en serie y mataba a sus víctimas salvajemente y a veces hasta cometía abuso sexual e incluso actos de canibalismo. Por 12 años, se dedicó a matar, en su mayoría, a mujeres y a niños.
Cuando las autoridades por fin dieron con su captura en la ciudad de Rostov Del Don, confesó haber asesinado a 56 personas. Por sus crímenes fue condenado a muerte y lo ejecutaron en febrero de 1994.

Su dura infancia

Sus primeros años de vida se dieron en un contexto bastante difícil. Nació el 16 de octubre de 1936 en la localidad de Yablochnoye, en Ucrania, que en ese entonces pertenecía a las repúblicas soviéticas.
Fue una época en la que, por la colectivización de tierras impuesta por el estalinismo y la Segunda Guerra Mundial, morían millones de personas de hambre.
Uno de los mayores traumas del pequeño Andrei era que alguien se comiera su cuerpo y esto por que, según los biógrafos de su vida, su madre se habría comido a su hermano mayor, Stepan, antes que él naciera. No se sabe si es una historia real, pero causaba terror en Chikatilo.
En el libro sobre la vida Chikatilo ‘The Killer Department’ cuentan que otros episodios habrían afectado la conducta de Andrei. Se cree que el joven pudo haber visto como un soldado alemán, cuando Ucrania fue invadida por los Nazis, abusaba sexualmente de su madre.
También, lo marcó el hecho de que su padre fuera despreciado por la comunidad y acusado de traidor al Gobierno Soviético cuando regresó de la guerra en 1949. Estos dos episodios marcaron al joven y no de la mejor manera.
Mientras crecía, a él le era muy difícil relacionarse con los demás y constantemente recibía burlas y bromas físicas de todo tipo por parte de sus compañeros de colegio y más adelante por sus camaradas del partido comunista.

Buscando una vida mejor

En 1955 Chikatilo emigró a Moscú con la esperanza de ser aceptado en una Universidad para estudiar Derecho. Lastimosamente no aprobó el examen de ingreso, sin embargo, esto no lo desanimó y en escuelas de formación obtuvo diplomas de literatura rusa, ingeniería y en marxismo-leninismo.
En 1963, se instaló en la provincia de Rostov junto a su hermana y tiempo después conoció a Theodosia, una de las amigas de ella, con quién se casó al poco tiempo.
Aunque Chikato tenia problemas para mantener relaciones sexuales, reconocido por él mismo cuando confesó sus crímenes, logró tener dos hijos con su esposa.
En el año 71, Andrei consiguió un trabajó como profesor de una escuela secundaria. Acá las bromas no cesaron y sus estudiantes lo desobedecían, fumaban delante de él, no hacían sus trabajos y le tenían de apodo ‘el ganso’.
En este trabajo no duró mucho tiempo y cuatro años después fue despedido por denuncias de abuso por parte de sus alumnos. Por esta razón, decidió mudarse a la localidad de Shajty, donde encontró otro empleo en un instituto de formación profesional.
En esta etapa de su vida compró el apartamento a las afueras de la localidad donde empezaría a vivir su doble vida.

El primero de muchos

En 1978, Andrei cobró la vida de su primera víctima, una niña de 9 años. Según el documental de la ‘BBC’ sobre los crímenes de Chikatilo, el hombre forcejeó con su víctima y acá fue donde se dio cuenta que la situación lo satisfacía. Este fue el comienzo de muchos más asesinatos.
Chikatilo dejó dos días después el cuerpo de la niña en un río cercano. Este estaba mutilado y además tenía lo que sería el sello de este asesino: le quitó los ojos. En su confesión comentó que lo hacía porque creía que el ojo podía guardar la última imagen que la persona había visto.
Tres años después, asesinó a su segunda víctima. Una joven, de 17 años, que ejercía la prostitución. Chikatilo se topó con la chica en una estación de trenes, la llevó a una zona apartada e intentó tener relaciones con ella. Cuando no pudo, sacó el cuchillo que siempre cargaba en su maletín y la asesinó.
Según el psiquiatra Alexandre Bukhanovsky, el doctor que logró su confesión, Chikatilo utilizaba el cuchillo como si fuera su miembro supliendo así sus frustraciones sexuales.
En los años siguientes su modus operandi fue similar, conocía a sus víctimas, las convencía de ir a un lugar más apartado y allí asesinarlas. Sus presas eran niñas, adolescentes, niños y personas con problemas mentales que solía conocer en las estaciones de trenes y buses.
Algunas veces, este criminal extraía algunos órganos y se los comía. También, muchas veces le cortaba los genitales a los niños.
En ese entonces, Chikatilo ya no era un profesor y trabajaba para una compañía de construcción algo que le permitía seguir cometiendo sus terribles crímenes. Para el año 1984 había cobrado la vida de 24 personas.

Primeros encuentros con la policía

La Policía empezó a buscar al autor de estos crímenes. Fue arrestado en una estación de bus porque un policía había encontrado una soga, una cuchillo y revistas pornográficas en su maletín. Sin embargo, fue dejado en libertad ya que su perfil no encajaba con lo que buscaban.
Después de encontrarse con la Policía decidió que lo mejor era esperar un año para seguir cometiendo sus crímenes. Así que en 1985 volvió a matar personas. Cinco años después, las autoridades empezaron un operativo para atraparlo.
Tenían hombres en todas las estaciones de trenes donde se movía el ‘carnicero de Rostov’. Un día, uno de los policías vio como un hombre salió del bosque con la cara manchada de sangre. Le tomaron sus datos y al otro día que apareció una niña muerta fue arrestado Chikatilo.

En búsqueda de su confesión

Durante varios días, los policías habían intentado de todas las formas tener una confesión de Chikatilo. Al ver que no tenían respuestas decidieron utilizar al psiquiatra Alexander Bukkanovsky, quien había estudiado el perfil psicológico del asesino por varios años y en 65 páginas describía a detalle todas las características del detenido.
El psiquiatra le comenzó a leer todo lo que él había descubierto de su perfil. Al ver su vida en esas hojas Chikatilo se puso a llorar y dijo: “Si, soy yo”. En ese momento también confesó haber asesinado a 56 personas entre niños, niñas y mujeres.
Después de su confesión, ayudó a encontrar los restos de muchas de sus víctimas y realizó con dibujos la reconstrucción exacta de sus crímenes, dejando a los investigadores asombrados.
Durante sus juicios, Chikatilo intentaba hacerse pasar por una persona demente, insultaba, exhibía sus partes y decía incongruencias. Dicha estrategia no le sirvió y en octubre de 1990 fue condenado a muerte por el asesinato de 53 personas entre los 9 y 45 años.
El 14 de febrero de 1994, el asesino serial más sanguinario de la Unión Soviética murió en el sótano de la prisión de Rostov, ejecutado por un guardia con un disparo en la nuca.

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*Con información de La Nación / Argentina (GDA)
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