Anastasia (1997)

Una mágica maldición se cierne sobre la Rusia del zar Nicolás II. Toda su familia perece menos Anastasia, la hija pequeña, ayudada a escapar por un joven sirviente. Debido a los duros sucesos, Anastasia pierde la memoria y se queda con el nombre de Anya. Convertida en hermosa joven, deja el orfanato donde se ha criado para indagar su pasado familiar. Sólo tiene una pista: un medallón con la inscripción “Juntas en París”. En su viaje a la capital francesa topa con dos simpáticos timadores, que la embaucan para que se haga pasar por Anastasia; en efecto su abuela la busca desesperadamente, y muchas jóvenes simulan ser ella anhelando riquezas.

Con la mirada atenta del rey Disney, todos los grandes estudios están potenciando sus estudios de animación. Anastasia, primera producción animada de la Fox, demuestra que la cosa va en serio. Dirigida por los veteranos Don Bluth y Gary Goldman (Fievel y el Nuevo Mundo), la película, en formato scope, ofrece un despliegue de imágenes y sonido asombroso. Los fondos están cuidadísimos y los personajes realistas (Anya, Dimitri, Vlad, la emperatriz Marie) son magistrales. Es vital en la película la maravillosa historia de amor entre Anya y Dimitri, muy bien desarrollada. Y no falta un diabólico malvado: Rasputín, que ha jurado matar a todos los Romanov, y que aporta la subtrama fantástica del film. La actriz Meg Ryan se ha encargado de prestar su voz a Anya en la versión americana.

Durante 3 años más de 300 artistas (incluido el español director de animación Fernando Moro) han trabajado en la película, elaborando más de 350.000 dibujos. Banda sonora y canciones son esenciales en una película de animación, de modo que se ha recurrido a los especialistas David Newman, Lynn Ahrens y Stephen Flaherty. Don Bluth se muestra satisfecho de haber abordado temas como “la búsqueda de tu propia identidad y del hogar y el suspense de cómo va a ser tu futuro” y de haber creado un fuerte personaje femenino.