Un marido ideal (1999), de Oliver Parker

Oscar Wilde nació en Dublín en 1854. Estudió en las universidades de Dublín y Oxford. Grueso y torpón, las apariencias engañaban. De ingenio agudo y conversación brillante, era el perfecto esteta. Juegos de palabras, paradojas, réplicas ingeniosas… surgían con facilidad de sus labios. Cuando le pidieron la lista de las 100 mejores obras de la literatura, repuso: "no puedo darla, porque aún no he escrito más que cinco".

Se casó con Constance Lloyd en 1884. Tuvo dos hijos. Su perpetua búsqueda de la belleza le llevó al exceso. "Nuevos aspectos, nuevas teorías, nuevos placeres; hay que probarlo todo, gozarlo todo, con sensualidad desesperada", se decía. Comienzan los rumores sobre su homosexualidad, y se cansa de su esposa. Frecuenta a jóvenes de reputación dudosa, y en 1891 inicia su relación fatal con sir Alfred 'Bosie' Douglas.

Mientras, su obra literaria avanza a la velocidad del rayo. A los poemas, ensayos y artículos periodísticos, se suman cuentos, como El fantasma de Canterville o El príncipe feliz. Luego viene la espléndida Retrato de Dorian Gray, y las obras teatrales El abanico de Lady Windermere, Una mujer sin importancia, Un marido ideal, La importancia de llamarse Ernesto y Salomé.

La fascinación de Wilde por Bosie crecía. Y el marqués de Queensberry, padre de sir Alfred, no ve la cosa con buenos ojos. Hasta el punto de enviarle misivas insultantes. Wilde, mal aconsejado por el dominante Bosie, le denuncia por difamación. El caso se volvió contra él: Queensberry fue absuelto, y Wilde acusado de inmoralidad. Condenado a dos años de prisión, su "fiel" Bosie desapareció del mapa. En la cárcel Wilde escribió De profundis, larga carta donde refleja cómo el dolor le ha hecho crecer interiormente de modo insospechado. Ya en libertad y desmejorado de salud, escribe Balada de la cárcel de Reading. Pese a intentarlo, no resiste la influencia de Bosie, y vuelve a verle. Esto impide la reconciliación de Wilde con su esposa, que corta la pensión que le proporcionaba; y provoca el abandono de Bosie, al advertir que Wilde no puede darle el lujo a que está acostumbrado. La muerte poco después de Constance le sume aún más en la tristeza. Dos años más tarde, el 30 de noviembre de 1900, Wilde fallece de meningitis cerebral. La víspera se había bautizado en la Iglesia católica. Su amigo Robert Ross se ocupó de recopilar su obra y reivindicar su memoria. Casi toda la obra de Wilde ha sido llevada al cine y también se han hecho varios films sobre su vida.