Crítica de "Coppola: El representante": ¿Era necesaria una serie sobre el manager de Maradona? | EscribiendoCine

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Crítica de "Coppola: El representante": ¿Era necesaria una serie sobre el manager de Maradona?

Ariel Winograd dirige con gran dinamismo, en sintonía con la vida del mediático representante, los seis episodios de esta serie que explora los altibajos de este singular personaje.

miércoles 20 de marzo de 2024

Existen numerosas anécdotas casi fantásticas relacionadas con la extraordinaria vida de Diego Armando Maradona, las cuales Guillermo Coppola se encargó de relatar una y otra vez en televisión. ¿Cómo podría una serie perder la oportunidad de plasmarlas en imágenes y sonidos? La vida de Diego es materia prima para innumerables series, documentales y producciones de todo tipo, pero ¿qué pasa con la de su representante?

Guillermo Coppola es uno de esos personajes hábiles con las palabras para convencer, manipular o seducir a cualquier persona sobre cualquier tema. Para algunos, es un estafador, mientras que para otros, simplemente un tipo carismático. Pero sobre todo, Coppola representa un arquetipo de la cultura argentina de los años noventa: rodeado de glamour y dinero en cantidades, codeándose con la fama y el poder a su antojo. Esto le trae tanto beneficios económicos como conflictos, proporcionando un material exquisito para una entretenida comedia.

La serie se sumerge en la textura de las décadas de los ochenta y noventa, rindiéndole homenaje y explorando su fauna de personajes célebres, desde Silvio Berlusconi y Enzo Ferrari (Rodolfo Ranni) hasta Susana Giménez (María Campos), pasando por Yuyito González (Mónica Antonópulos), Karina Rabolini (María del Cerro), Alejandra Pradón (Adabel Guerrero), Carlos Menem Jr. (Agustín Sullivan) y Poli Armentano (Joaquín Ferreira), entre otros. Se resalta la ostentación, el glamour y el exceso, contrastando con la humanidad de las personas detrás de la fachada pública. Pero quien realmente se destaca es Juan Minujín en el papel protagónico, interpretando de manera histriónica al peculiar representante apodado en Napoli “Cappa bianca”.

Winograd aprovecha esta oportunidad para alejarse de la comedia pura de situaciones familiares que le otorgó reconocimiento en el medio, y se sumerge en la iconografía de aquellos años de neón. Desde emular la estética del VHS con el logo de la distribuidora GATIVIDEO hasta presentar peinados con spray, abrigos de piel, cigarrillos y champagne, mucho champagne. Hay un especial interés del director y showrunner por expresar ese sentimiento de época en cada episodio.

Coppola: El representante (2024) prácticamente deja de lado el fútbol y se adentra visualmente en los entretelones de los años ochenta y noventa, explorando los hilos de la fama y el acceso al poder, sin otro mérito que la habilidad de Coppola para atrapar (hay un montaje ideológico de depredador-presa muy significativo) incluso al más escéptico de los negociantes con sus discursos.

7.0
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