Andaluc�a

Alfonso Rodr�guez G�mez de Celis, el fontanero del 'sanchismo' en Andaluc�a

CANDIDATOS CON CAR�CTER (IX)

N�mero 2 del PSOE por Sevilla
Alfonso Rodr�guez G�mez de Celis, en Sevilla. GOGO LOBATO

Alfonso Rodr�guez G�mez de Celis (Celis en los titulares de la prensa andaluza), el sanchista con m�s galones en el feudo de Susana D�az, ha demostrado cualidades sobradas como n�mero dos de la pol�tica, pues domina como pocos las labores de fontaner�a: cultiva los puentes con dirigentes de otros partidos, es buen negociador, tiene fino olfato de analista y excelentes contactos en los medios, tal vez por compensar su vocaci�n no cumplida de ser periodista.

Permanente superviviente del PSOE andaluz, tuvo desde sus inicios en la pol�tica la inquietante tendencia a situarse en el bando de los perdedores, lo cual no significa necesariamente que se equivoque en sus apuestas, sino sencillamente que cuando elige el caballo no le importa si es o no el favorito. En ese sentido, cabe adjudicar a su leg�tima ambici�n pol�tica una propensi�n quijotesca, raz�n por la cual no siempre ha acabado donde se presupon�a.

De hecho, estuvo en las quinielas como sucesor de Alfredo S�nchez Monteseir�n para la Alcald�a de Sevilla y tambi�n como ministrable en el Gobierno de Pedro S�nchez, pero ni una cosa ni otra cuajaron finalmente por avatares diferentes de la pol�tica org�nica. Fue nombrado, eso s�, miembro de la Ejecutiva Federal y delegado del Gobierno en Andaluc�a, cargo del que dimiti� para incorporarse a las listas como n�mero dos al Congreso por Sevilla, en un proceso en el que, de nuevo, se dejaron al aire las complicadas relaciones de la direcci�n de Ferraz con el correoso susanismo.

Su relaci�n con la ex presidenta de la Junta dar�a para un largo culebr�n venezolano. Ambos entraron pr�cticamente de la mano en las Juventudes Socialistas y se han criado en las turbulentas aguas del PSOE sevillano, lo cual los convierte en pol�ticos curtidos en el cuerpo a cuerpo de mil y una batallas org�nicas. Se conocen tan �ntimamente como se temen mutuamente. Y, por eso tal vez, habi�ndose enfrentado a Susana D�az en los �ltimos procesos internos, �sta lo mantuvo como alto cargo en su Gobierno hasta que Pedro S�nchez lo llam� a Ferraz.

El sanchismo est� convencido de que el PSOE andaluz ha pasado p�gina de Susana D�az, aunque necesitar� todav�a alg�n tiempo para asumirlo. Y Celis est� llamado a jugar un papel sustancial en la renovaci�n del partido, si bien -y �sa es la ingrata cara b de ser un perfecto n�mero dos- no acaba de consolidarse como el l�der que pueda hacerse con el control y el favor de la militancia. Conociendo su trayectoria, no tendr� problema en ceder ese puesto si se encuentra quien lo pueda asumir con garant�as, pese a que ha sido �l (y muchas veces s�lo �l) el que ha dado la cara por Pedro S�nchez en Sevilla cuando el hoy presidente se convirti� en un invitado inc�modo al sur de Despe�aperros.

Su foto recibiendo a Pedro S�nchez en la Feria de Sevilla de 2016 sin m�s acompa�amiento que la presencia casual de unas azafatas repartiendo mapas y abanicos sirvi� para dar la medida de c�mo se las gastaba, entonces y ahora, el oficialismo socialista andaluz. Hoy, el panorama ha cambiado radicalmente y, mientras D�az se lame las heridas del 2-D, S�nchez hace campa�a desde el Consejo de Ministros y encabeza las encuestas. �El pr�ximo l�der o lideresa del PSOE andaluz lo decidir�n sus militantes por primarias cuando toque�, dice Celis.

Sin embargo, no quiere hablar de conflictos internos durante la campa�a y se escabulle desviando la conversaci�n hacia la subida del salario m�nimo o el �rescate de derechos recortados por el PP�. Eso s�, est� convencido de que, de haberse celebrado las elecciones andaluzas en primavera, junto a las generales, el resultado hubiese sido �notablemente mejor�, como se va a demostrar, a su juicio, el pr�ximo domingo. �Aunque debemos recordar que ganamos las elecciones y que s�lo el acuerdo de las tres derechas evit� que gobern�semos en Andaluc�a�.