El fútbol traspasa generaciones. La pasión por el deporte rey se hereda de padres a hijos, de abuelos a nietos y de tíos a sobrinos y muchos son los jugadores que han compartido apellido y parentesco en la historia.
De hecho, hay algunos apellidos ilustres que no sólo han vivido de practicar el deporte rey, sino que se han labrado un lugar destacado en determinados equipos , convirtiéndose en ídolos para aficiones de diversos lugadores del planeta.
De esta forma, Simeone, Busquets, Kluivert, Alonso o Zidane han compartido sagas relacionadas con el fútbol. A pesar de que algunos de ellos han conseguido tener más éxito que otros, todos son igualmente conocidos por los aficionados de buena parte del mundo.
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Nuestro siguiente protagonista también ha vivido en primera persona esta situación. Es un depredador del área , posee una de las mayores proyecciones del fútbol actual, es temible para las defensas rivales y puede tener el planeta a sus pies si continúa al nivel mostrado en los últimos meses.
Además, al igual que sucede con la relación de apellidos mencionada anteriormente, también es hijo de un padre futbolista profesional. Se trata de Erling Haaland, fichado por el Manchester City en el mercado veraniego de 2022 y que aterrizó en las islas, al igual que hacía en Alemania y Austria, atemorizando a sus rivales.
Erling es mundialmente conocido. Alf-Inge, en cambio, lo fue algo menos. En cualquier caso, y gracias a su hijo, el nombre del que fuera defensor del Manchester City salió de nuevo a la luz, recordando el paso del mayor de los Haaland por el que hoy es uno de los mejores clubes del mundo.
¿Quién es el padre de Erling Haaland?
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El padre de Erling Haaland, Alf-Inge, nació en Noruega en 1972. Al contrario que su hijo, jugaba de defensa y llegó a jugar un total de 34 partidos con su selección nacional. A nivel de clubes, Alf-Inge se desarrolló en el Bryne FK, lugar donde hizo su debut a los 18 años. Con 21 dio su primer gran paso, firmando por el Nottingham Forest, algo que ocurrió poco después de la marcha del mítico Brian Clough.
Sin embargo, su nuevo equipo descendió en 1997 y el corpulento defensa se marchó al Leeds, que era uno de los conjuntos más poderosos del panorama europeo en aquellos momentos. No en vano, con los whites consiguió clasificarse para la Liga de Campeones después de finalizar la campaña 1999-2000 en tercer lugar. En aquella etapa con el Leeds, además, nació Erling Haaland.
Fue allí donde Alf-Inge Haaland vivió la acción más polémica de su carrera. En un partido ante el Manchester United en su primera temporada con el equipo de Elland Road, el fantástico Roy Keane se lesionó en una acción fortuita con el futbolista nórdico.
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Pero Alf-Inge no se lo creía y se acercó al irlandés para exigirle que se levantara, algo que no sucedió. De hecho, Keane se perdió el resto de la temporada por la lesión de rodilla. Este mismo suceso se repetiría cuatro años más tarde, en abril de 2001, y con el noruego defendiendo los colores del Manchester City. Una fuerte entrada de Roy Keane en su rodilla dejó maltrecho al padre de Erling Haaland.
Después de la entrada, sin embargo, Alf-Inge jugaría dos partidos más pero, al acabar la temporada, se vio obligado a pasar por quirófano. Tras la operación, el defensor noruego tuvo que dejar la práctica del fútbol profesional al no recuperarse como era debido.
Se truncaba, en ese momento, una prolífica carrera que había encontrado en Inglaterra el lugar adecuado para desarrollarse. Militando en Nottingham Forest, Leeds y Manchester City, Alf-Inge jugó casi 200 partidos, anotando 18 goles.
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La retirada se efectuó en 2003, cuando se confirmó que no podría regresar al fútbol profesional. Sin embargo, ocho años después, en 2011, intentó regresar a los terrenos de juego con el Rosseland noruego, con quien jugó un único partido: el que lo enfrentó, en la NM-Cup, precisamente al Bryne, la entidad donde se formó.
Roy Keane y una entrada para la historia del fútbol
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La batalla de Alf-Inge Haaland y Roy Keane empezó, como ya se ha mencionado, en 1997. El noruego, en una acción fortuita, lesionó al centrocampista irlandés, que se perdería el resto de la temporada por la lesión de rodilla sufrida en la acción.
Cuatro años más tarde, en un derbi de Manchester y con el nórdico defendiendo el skyblue, Roy Keane se tomó la venganza personal. Corría el minuto 80, el marcador reflejaba un empate a un gol y, en el medio del campo, Haaland llegó primero para despejar el balón.
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Acto seguido, y antes incluso de que el defensor citizen apoyara de nuevo la bota en el césped, Keane llegó como una exhalación para clavar los tacos de la bota derecha en la rodilla de su rival. Haaland cayó con la cabeza en el césped y comenzó a retorcerse de dolor.
"Jódete, ya no volverás a reírte de mí", aseguró el irlandés al defensa noruego mientras se encontraba tumbado en el césped. Evidentemente, el delantero de los red devils fue expulsado, siendo sancionado primero con tres partidos por la FA y, posteriormente, con cinco más cuando se confirmó la premeditación del ariete.