SELECCI�N ESPA�OLA

Selecci�n espa�ola

Aleix Garc�a, un internacional obligado a tomar el camino m�s largo

El catal�n, uno de los jugadores de moda de nuestro f�tbol, ha superado descensos, impagos y promesas incumplidas hasta que ha conseguido triunfar en el mundo del bal�n

Aleix Garc�a durante su debut con la Selecci�n espa�ola
Aleix Garc�a durante su debut con la Selecci�n espa�olaPABLO GARC�A / RFEF
Actualizado

Con sus padres en la grada del Alphamega Stadium debut� Aleix Garc�a con la Selecci�n espa�ola. El de Ulldecona dio el salto que m�s le ha costado con el combinado nacional despu�s de maravillar a Luis de la Fuente en una Copa Atl�ntico con la sub 18 en 2015, pensar que no iba a vestir m�s La Roja tras un desastre de torneo en Jap�n en la misma categor�a con el preparador riojano y aparecer a cuentagotas en la sub 21 cuando todav�a la dirig�a Albert Celades. Pero el medio catal�n ha demostrado durante su carrera que la l�nea recta no es la �nica v�a hasta el destino y con trabajo, constancia y una fortaleza mental envidiable, se ha sumado al carro de La Roja, es el motor del l�der de LaLiga y se ha convertido en uno de los futbolistas de moda del f�tbol espa�ol.

Todo lo que est� viviendo ahora Aleix parece que estaba destinado para �l cuando con s�lo 16 a�os debut� en el Villarreal b, un a�o despu�s se estren� con el primer equipo amarillo y semanas despu�s fue el Manchester City el que se interes� por una de las grandes promesas del f�tbol espa�ol. En la cantera Citizen encandil� a un Guardiola que se vio obligado a solucionar algunos problemas futbol�sticos antes que apostar por un chico que rozaba la mayor�a de edad. Parec�a ser cuesti�n de tiempo que el hoy internacional tomara el mando de los 'Sky blues', pero a veces las cosas no salen como uno desea.

Aleix Garc�a cuenta su experiencia en el Manchester City

Un primer paso por Girona deb�a ser el peaje para convertirse en uno de los pilares del nuevo Manchester City que se estaba construyendo all� por el 2017, pero la entidad giron� todav�a no era lo que es ahora ni mucho menos y el proyecto termin� perdiendo la categor�a y con Aleix volviendo a la casilla de salida pero en un segundo plano.

El covid fren� el primer impulso

La confianza la recuper� el tarraconense en B�lgica. Sin excesivas opciones interesantes para continuar su carrera, Aleix se decant� por el Mouscron belga. Se alej� de los lujos del City para bajar al barro. El paso atr�s para coger impulso no pod�a ir mejor. Sumaba cinco goles y tres asistencias en 25 partidos disputados, pero apareci� el covid y todo se par�. Los grandes de la Jupiler League hab�an preguntado por �l, pero la pandemia detuvo el f�tbol y tocaba volver a empezar de nuevo tras superar un confinamiento lejos de casa y sin el paraguas del Manchester City.

El f�tbol no sonre�a a un Aleix que parec�a alejarse de la �lite. El mundo del bal�n no le devolv�a todo lo que le hab�a ofrecido �l en las categor�as inferiores y el peligro de tener que abandonar las categor�as profesionales era real. Sin opciones interesantes pero con un proyecto que le hab�an vendido como interesante, Garc�a recal� en el Dinamo de Bucarest para hacer un viaje de ida y vuelta. Seg�n puso un pie en Ruman�a fue consciente de que todo lo que le hab�an vendido era mentira y tocaba trabajar para salir de all�. Mientras otros compa�eros de la cantera del Villarreal o del City se convert�an en figuras importantes de sus respectivos equipos, Aleix ten�a que sufrir impagos, mentiras y hasta una revoluci�n de los aficionados en un club donde hab�a entrado capital espa�ol y las promesas quedaron en papel mojado.

La ilusi�n de hacer un buen a�o para volver a la rueda del f�tbol continental se esfumaba y tocaba ir de nuevo al mercado sin un curr�culum que mostrar m�s all� de lo que se hab�a conseguido en la adolescencia. En la retina quedaban las sensaciones de lo poco que pudo hacer en B�lgica, pero el bal�n espera a muy pocos por muy bien que uno lo trate.

Las temporadas pasaban y tocaba volver a una casilla de salida donde le esperaba Mendilibar en esta ocasi�n. El t�cnico vasco hab�a echado el ojo a Aleix Garc�a, pero la apuesta era m�s a largo plazo que para un rendimiento inmediato. Una vez m�s, el f�tbol tuvo otros planes para el catal�n. Si la idea en Eibar era adaptarse al equipo en el tramo final de la temporada para empezar a ser importante en la siguiente campa�a, la trayectoria de los armeros ech� por tierra todos los planes. Aleix no tuvo protagonismo y cuando lo tuvo fue para ver como el bal�n volaba por el cielo de Ipurua. La din�mica del equipo era imposible de reconducir y Aleix sufri� el segundo descenso de su carrera. Un palo m�s en unas ruedas que ya estaban demasiado desgastadas como para pensar en que la joven perla de Ulldecona podr�a tener fuerzas para reponerse de todo lo pasado.

C�rcel y M�chel, claves

Pero la vida es caer y levantarse. Superar adversidades y luchar por los sue�os de cada uno. El trabajo pone a cada uno en su sitio y si el esfuerzo va acompa�ado de talento, el tiempo termina por hacer justicia. Aleix Garc�a comenz� de nuevo la partida gracias a una llamada de Quique C�rcel para volver a Girona. Entrenar a las �rdenes de M�chel era la �ltima bala despu�s de haber sufrido demasiados tiros. Pero la �ltima carta termin� por salir cara. En segunda divisi�n, con la amenaza de una Primera RFEF con la que coquete� el conjunto catal�n y con las cicatrices que hab�an provocado tantas ca�das, pero el que arriesga no gana.

Ocupar puestos de descenso en la jornada 12 no cambi� la idea de un M�chel que vio en Aleix lo que el tiempo pod�a haber tapado. El vallecano le dio el bal�n a un Aleix que volvi� a tener las sensaciones que ten�a cuando lideraba sus equipos en categor�as inferiores. Era importante, estaba en la edad adecuada y ten�a la calidad con la que muy pocos cuentan. Todo ello s�lo pod�a tener un destino. Se alcanz� la Primera divisi�n, se creci� en la �lite y el catal�n por fin pudo disfrutar de lo que tanto hab�a buscado.

Tras muchos a�os en la sombra es el momento de que los focos iluminen a un Aleix que merece el respeto por ser uno de los futbolistas m�s importantes del f�tbol espa�ol y por ser un ejemplo para todo deportista. En un mundo en el que las debilidades se pagan y seleccionan el camino entre los que triunfan y los que no alcanzan la cima, el centrocampista internacional ha demostrado tener la cabeza a un mayor nivel que sus pies, algo nada f�cil viendo como cuida cada bal�n.

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