Al Pacino le entreg� el Oscar de mejor pel�cula a Oppenheimer como quien pide la vez en la pescader�a. O como quien saluda por la calle a la vecina del quinto. Para el m�tico actor, dar un Oscar es como dar una vuelta. Antes de abrir el sobre ni siquiera nombr� a las 10 candidatas al premio. Pero Pacino no es s�lo una leyenda del cine: tambi�n es un se�or de 83 a�os y los se�ores de 83 a�os a veces no est�n para ceremonias y otras veces no pueden (o no quieren) estar siempre al tanto de las novedades.
A Christopher Nolan le dio el Oscar un se�or que ya trabajaba en Hollywood cuando �l todav�a no hab�a nacido. Un se�or al que Oppenheimer muy probablemente le d� lo mismo. Pero Scorsese no. �Qui�n duda de que a Pacino le habr�a hecho m�s ilusi�n premiar a Los asesinos de la luna?
Su director pas� la gala de los Oscar de 2024 como ha pasado unas cuantas antes: sentado en su butaca y contemplando como, uno a uno, perd�a todos los premios a los que era candidato. El Oscar de mejor direcci�n de 2024 fue tambi�n para Christopher Nolan. Se lo entreg� Spielberg y los dos hombres se abrazaron en el escenario con una emoci�n que en todo momento pareci� real. Mi teor�a es que en ese momento, a pocos minutos ya del final de la ceremonia, a Al Pacino todav�a no le hab�an dicho que el premio final lo entregar�a �l. O no se acordaba. Pero no por ser mayor sino por pasar de todo. Mis teor�as siempre reman a favor de un Hollywood m�s parecido a Babylon o a una pel�cula de Robert Altman que a la industria cada vez m�s impersonal en la que se ha convertido.
Las galas de los Oscars son pantomimas pactadas y dise�adas como entretenimiento en s� mismas. Tambi�n tres horas en las que lo inesperado puede ocurrir y oye, lo mismo Bayona gana su segundo Oscar. No ocurri�. Pero Al Pacino igual no lo sabe. Seg�n mi teor�a, lleg� al auditorio cinco minutos antes del final del evento, se perdi� por el backstage antes de salir al escenario y, cuando finalmente lleg� a �ste, estaba tan harto de dar vueltas y tan cansado de todo que cogi� el sobre, lo abri�, lo ley� y santas pascuas. No es una teor�a coherente con lo anterior porque es imposible que as� Pacino supiese que Martin Scorsese no hab�a ganado nada o que viese su cara desde el escenario porque, por supuesto, no se puso las gafas. Pero s� es coherente con algo que no es una teor�a, sino la realidad: Al Pacino es Al Pacino y nosotros s�lo somos Ken.