La Ribera: energía y futuro - La Nueva España

Opinión

La Ribera: energía y futuro

La térmica de Soto de Ribera

La térmica de Soto de Ribera / Julián Rus

Corría el año 1957 cuando se puso la primera piedra de lo que sería uno de los grandes símbolos del municipio de Ribera de Arriba. Una atalaya que goza del beneficio de observar día y noche los magníficos parajes del entorno y contempla atónita el paso del tiempo.

Tal vez no haya otro municipio como Ribera de Arriba en el que la generación de energía y la naturaleza, ejemplificada a la perfección en Bueño y sus hórreos, confluyan en un mismo espacio de forma amistosa y con el orgullo de disponer de una de las infraestructuras estratégicas más importantes del Principado de Asturias.

Ese primer grupo, que comenzó a producir a principios de los años sesenta del siglo pasado, ya es cosa de otros tiempos. La generación de carbón, así como la de otros combustibles fósiles, ha comenzado a dar paso a la generación renovable, más respetuosa con el medio ambiente y baja en emisiones de gases de efecto invernadero.

Por todo ello, actualmente La Ribera afronta uno de los retos más importantes de las últimas décadas: llevar a cabo una transición justa, sin dejar atrás a nadie y procurando que el municipio no sufra los posibles coletazos de tan complejo viraje. Se trata de una fecha importante en la que el municipio apuesta por una transición ordenada, con una hoja de ruta a largo plazo y, por supuesto, sorteando los problemas derivados de un Cierre con mayúsculas, como podría ser el del ciclo combinado.

Desde el punto de vista técnico, el nuevo modelo energético se hace evidente: mientras que, en el pasado, las centrales hidráulicas producían energía durante el día y bombeaban durante la noche, actualmente, como consecuencia de la caída del precio de la energía en las horas centrales del día, bombean por el día y abren sus compuertas por la noche. Asimismo, cuando un ciclo combinado arrancaba, solía ser como una respuesta al aumento de la demanda energética a determinadas horas del día. Hoy, sin embargo, puede que comience su actividad para compensar la energía reactiva que hay en la red. En pocas palabras: todo ha cambiado.

No obstante, los cambios no tienen que ser observados con recelo, sino como una oportunidad de futuro y una ocasión para crecer. El municipio debe adaptarse, con paso firme y oteando un horizonte prometedor, con las ideas claras y de forma ordenada y acompasada.

No puedo dejar de evidenciar la encrucijada evidente en la que se encuentra el municipio. A pesar de que las virtudes del futuro son patentes, también lo son las eventuales dificultades que se deberán afrontar para la consecución de los objetivos de la descarbonización, al tiempo que se trata de mantener la economía municipal en perfecto estado de revista.

La Ribera debe aprovechar el vigoroso empuje del que dispone en la actualidad y prepararse para afrontar un futuro incierto. Debe apostar por la formación para mantener empleos de calidad, por la cercanía a la empresa para erigirse como un polo empresarial

de primer nivel y debe resaltar las innumerables ventajas competitivas con las que cuenta.

Sólo de esta forma conseguirán seguir siendo un referente en la producción de energía.