Acusado (2023), de Philip Barantini

A Harry le han pedido sus padres que pase por su casa para recoger al perro, al que deberá cuidar mientras ellos pasan unos días de vacaciones. Sale del metro londinense justo después de un atentado mortal. Una imagen suya de este momento, captada por una cámara de videovigilancia, se vuelve viral en Twitter, así que se convierte en el principal sospechoso…

Impactante thriller rodado en un plano secuencia, lo que pone de manifiesto la perfección técnica de sus creadores, y aumenta el realismo. Ya hizo lo propio el director, Philip Barantini, con Hierve, donde Stephen Graham interpretaba a un chef, en la que demostraba su capacidad para dirigir elaboradas coreografías con masas que entraban y salían de cuadro. Con esta jugada envuelve de modernidad la vieja fórmula del falso culpable que tan buenos resultados dio en su momento a Alfred Hitchcock.

Denuncia la frivolidad con la que se juzga a los demás en estos momentos en redes sociales, que se prestan a que listillos con demasiado tiempo libre lancen el dedo acusador sin molestarse en contrastar mínimamente cualquier información. Poco importa las consecuencias que puedan tener estas acciones, y que en poco tiempo se arruine la vida de alguien. También se aprovecha la ocasión para poner de manifiesto los residuales prejuicios racistas que todavía quedan en nuestra sociedad, pues los rasgos asiáticos del protagonista influyen en que se le juzgue a la ligera. Buen trabajo de Chaneil Kular (Sex Education), presente en todo momento en pantalla, cuyo trabajo recuerda a ratos al de Mads Mikkelsen en La caza, donde interpretaba a otro personaje al que no dejaban ni defenderse.