(PDF) Participación de la Armada española en la Guerra de la Independencia de los Estados Unidos | Revista de Historia Naval D.E.I. - Academia.edu
P ARTICIP ACION - LA DE LA ARMADA ESP ANO EN LA GUERRA · DE LA INDEPENDENCIA DE LOS ESTADOS UNIDOS Carlos M. FERNANDEZ-SHA W Diplomático La presencia en España del presidente de los Estados Unidos, Mr. Ronald Re.a gan , trae al plano de la actualidad el entramado de las relaciones que se han ido gestando entre dicho país y España a lo largo de los dos últimos siglos , y aún antes, desde comienzos del siglo XVI , cuando los españoles pusieron su planta en el actual territorio de la Unión, antes que ningún otro europeo. Entre aquellas relaciones se presenta como tema especialmente atractivo la cooperación prestada por España a los sublevados contra Inglaterra en su lucha por la Independencia, siendo un aspecto de ella la participación de la Armada española, tema que no es ciertamente del común conocimiento de los ciudadanos -ni aun de los más cultos- de un lado y del otro del Atlántico . Por su oportunidad e importancia merece un comentario, aunque sea breve. El 3 de abril de 1779 el gobierno español hacía llegar al de Gran Bretaña, por medio del embajador en Londres, un documento, del que también remitió copias a los representantes de Francia y de Inglaterra en Madrid, que constituía un verdadero ultimátum. Cabe preguntarse si los gobernantes españoles partían del convencimiento de la situación harto incómoda en Inglaterra con motivo de la insurrección de las colonias , o si se animaban a adoptar posturas decididas en la seguridad de que la corte de Versalles, vigente el Tercer Pacto de Familia , había de respaldarlas si llegara el caso. Lo cierto era, sin embargo, que a España tocaría la carga más pesada en el' mar y que la ayuda francesa llegaría casi siempre a destiempo. El 12 de abril, el Conde de Floridablanca y el Conde de Montmorin fir- . maron un tratado secreto por el que ambas Cortes, ratificando el pacto de: 1761 , se ponían de acuerdo para entrar en guerra con la Gran Bretaña si ésta no aceptaba las explicaciones y medios de pacificación propuestos por el Rey Católico. El 4 de mayo el gobierno inglés comunicó que las proposiciones españolas eran inadmisibles en cuanto entrañaban la declaración de la independe ncia de las trece colonias. Desde este momento quedó rota toda inteligencia entre España e Inglaterra. Se hacía , pues, forzoso poner a la Año 1985 75 C. M. FERNANDEZ-SHA W escuadra española en estado de alerta y que saliese a unirse con la francesa para marchar las dos juntas sobre las islas Británicas, en cuyas costas se proyectaba un desembarco. Tras una serie de dilaciones, las dos escuadras al mando del francés Orvilliers -la española a las órdenes del teniente general D. Antonio de Arce y, como segundo, de D . José Solano- se reunieron en la isla de Si sarga (en las costas de La Coruña) a comienzos de julio, para dirigirse después al canal de la Mancha, no sin haberse encontrado antes con la mandada por D . Antonio de Ulloa, que se dirigía a las islas Azores , según mejor conviniese. Para el desembarco en Inglaterra se examinaron sucesivamente diversos puntos, los franceses eligieron finalmente Falmouth y los territorios de Cornualles. Aun consiguiéndose sólo un éxito parcial, el ataque impresionaría a la opinión pública inglesa: al controlar la flota combinada el canal, el comercio se resentiría y la ruinosa situación económica obligaría al Gobierno inglés a aceptar las condiciones de paz de los aliados. El desembarco de los cuarenta mil franceses que para la operación se hallaban dispersos en Dunquerque, Havre y otros puertos, se intentó tarde. Un temporal se desencadenó en la Mancha, en tanto que el almirante inglés Hardy había conseguido ganar alta mar. Aunque la escuadra combinada intentó atacarle, Orvilliers, al fin ,-renunció a su persecución, decisió_n censurada -le costó el puesto- y lamentable, dada la desproporción de las fuerzas británicas-40 navíos- con las hispano-fra ncesas --65 navíos de línea . Hubo de darse por finalizada la campaña y decidirse el regreso a España por parte de la escuadra hispana al mando de D . Luis de Córdoba, con la misión de participar en el bloqueo de Gibraltar , lo que realizó, aunque sin el éxito final apetecido; después, este núcleo de la escuadra ancló en Cádiz el 30 de diciembre de 1779. Una fracción de los barcos españoles y franceses retenidos en Brest recibieron la misión -al mando del teniente general español D . Miguel Gastón, y con D. José Solano, como colaborador- de interceptar un convoy 1 quizá advertido a tiempo del peligro que sobre él se cernía . El socorro arribó, sin embargo , a su destino meses más tarde , sin que la escuadra de Brest tuviese tiempo de reaccionar cuando fue avisada, y sin que tuviesen éxito los intentos de la escuadra de D. Juan de Lángara, que a mitad de camino había intentado cortarle el paso. Trasladémonos ahora de las aguas atlánticas orientales a las occidentales , es decir, observemos el escenario del Caribe y la vida y acciones en él del ya mencionado marino español , D . _José Solano, dentro de unos episodios significativos de la intervención española directa en la lucha por la independencia de los Estados Unidos, hasta el extremo de haber sido ellos factores de primer orden en la consecución y firma de la paz que en 1783 puso punto final a la contienda hispano-franco-británica, según e) profesor J . L. Santaló (cuyo estudio sobre el citado almirante es fuente de preciosa información) . Por una real orden fechada en El Pardo el 22 de febrero de 1780 se con76 Núm. 10 PARTICIPACION DE LA ARMADA ESPAÑOLA EN LA GUERRA DE LA ... Do n.José Solano (Museo Naval , Madrid). Año 1985 77 C. M. FERNANDEZ-SHA W fiere a Solano el mando de seis navíos y dos fragatas para fines del servicio que urgen, disponiéndose que se encargue de su correspondiente preparación y avituallamiento. No sería fácil esta tarea. Por otra parte , se le informa que ha de transportar un tren de artillería de campaña y ocho mil hombres de infantería, además de dos regimientos para Puerto Rico y La Habana, todos ellos al mando del teniente general D. Victorio de Navia: deja el Rey al arbitrio de V. S. el tomar las providencias y precauciones para hacer la derrota que le parezca más propia y menos expuesta a que deje de lograrse la tan importante comisión que lleva V. S. a su cargo del socorro en esa tropa y esquadra en sus dominios de América. Se ordenaba también a Solano pasar entre Tenerife y la Gran Canaria, para socorrer a alguna de estas islas si fuera atacada por los ingleses. Después de más retrasos de los previstos, la escuadra de Solano se dio a la vela el 28 de abril. Los objetivos que se proponía alcanzar, además del socorro mencionado, en su caso, a las Canarias, eraií los siguientes: acudir a Puerto Rico y liberarla de los ingleses en caso de que éstos la hubiesen conquistado y, una vez cumplida la misión y dejado en ella el regimiento de la Corona más cuatrocientos reclutas , llegar hasta La Habana a fin de desembarcar en esta plaza las restantes tropas, despachar para Veracruz la rica flota con escolta que le asegurase, y unir aquella escuadra a la mandada por el teniente general D. Juan Bonet. El almirante inglés Rodney tuvo noticia de la salida de la expedición y de su contenido, por lo que Solano se hallaba convencido de que aquél trataría de interceptar su paso en algún punto. No sucedió así, y no habiendo ocurrido novedad alguna en las Canarias, continuó Solano en su derrota hacia la isla Martinica, para unirse con la escuadra francesa . Ahora bien, para desorientar a los británicos y salir airoso de su mi~ón, despachó dos navíos con el fin de avisar a los franceses el traslado de la reunión a un punto intermedio entre las islas Marigalante y Dominica. Continuó su rumbo primitivo hasta el 30 de mayo , llegando a la primera el 7 de junio. El enemigo se percató de la jugada tarde, cuando ya se hallaban reunidas las dos escuadras , por lo que juzgó más prudente no presentar combate y huir. Tras dedicar .unos días a la cura de los enfermos y la reorganización de la expedición, y no obstante el parecer francés de atacar el convoy y escuadra ingleses fondeados en la isla de San Cristóbal, los generales hispanos optaron por cumplimentar las órdenes recibidas, por lo que las escuadras combinadas, juntamente con el convoy, se dirigieron y llegaron hasta Puerto Rico para· dejar la tropa y la artillería preparadas, se destacaron hacia Cara- cas y Cartagena las fuerzas destinadas a dichas plazas, y prosiguió el resto hacia La Habana, en cuyo puerto se fondeó el 4 de agosto . Desde aquí Solano envió a Guatemala y Méjico, bajo escolta, los buques a ellos destinados. Todos arribaron sin novedad, por lo que la misión confiada a Solano concluyó con toda felicidad y sin estorbos ingleses. El oportuno movimiento, según el mismo Solano lo calificara, o el feliz ardid que le permitió escapar del experimentado Rodney, mantuvo en jaque 78 Núm . 10 PAl?TIC!rACf{)N nr: LA Al?.1\'/.·\IH r ."i'fl.·\ !\i()f.A EN ! .A CUF.RRA DE LA .. . «Curnboy de 36 buques de guerra y transporte que, vajo las órdenes del capitán de navío de la Real Armada D. José Calvo de lrazaval, se dirigió a auxiliar las tropas del Rey destinadas a la conquista de Panzacola.» a la escuadra mandada por éste, alejándola .del escenario propiamente norteamericano y aliviando de su presencia a los sublevados . Esta contribución fue,justamente valorada por Carlos 111, quien concedió a Solano los títulos de Marqués del Socorro y Vizconde del Feliz Ardid. Estacionado en La Habana , pudo Solano ponerse a las órdenes del gobernador de Luisiana , D. Bernardo de Gálvez, y colaborar con él en la toma de Pensacola, la más espectacular victoria española en colaboración · con los rebeldes por la consecución de la independencia de las trece provincias. A. raíz de la toma de Mobile, el 14 de marzo de 1780, Gálvez convocó la Junta de Guerra en La Habana , la cual convino un plan de acción para la toma de Pensacola: en tanto que las fuerzas de tierra serían mandadas por Año 1985 79 C. M. FERNANDEZ-SHA W Gálvez, .D. José Solano dirigiría la escuadra que transportaría la expedición. El 16 de octubre zarpó la escuadra -en contra del parecer de Solano, en base a las condiciones atmosféricas- compuesta por once navíos de guerra y cincuenta· y una embarcaciones con 169 oficiales y 3.822 hombres. Un terrible huracán dispersó el convoy a lo ancho del Seno mejicano. Reagrupadas las fuerzas en la capital cubana, se convino que Gálvez continuara mandando el grupo dirigido contra Pensacola, con D. José Calvo al mando de la flota, en tanto que D . Victorio de Navia se haría responsable del ataque al Guarico con D. José Solano como jefe de escuadra. El día 11 de marzo de 1781 se encontraban los buques de Gálvez a la entrada de la bahía de Pensacola, después de haberse adueñado los expedicionarios de la isla de Santa Rosa. Una disparidad de criterios entre los dos máximos res. ponsables quedó zanjada con la decisión de D . Bernardo de forzar personalmente aquella entrada con el bergantín Galveztown: la operación quedó coronada por el éxito, ante el aplauso de la Armada y sin recibir daños de consideración. Como consecuencia de la hazaña, en la noche siguiente la escuadra y el convoy forzaron el paso, sin que ningún barco fuera alcanzado. Pero Gálvez tropezó con más resistencia de la esperada, por lo que solicitó los auxilios convenidos. Para su fortuna, la expedición destinada al Guarico había retrasado su salida por no estar listos los transportes del ejército, retraso providencial que permitió a Solano cargar en la escuadra a 1.600 hombres de tropa al mando del mariscal D. Juan Manuel Cagigal y zarpar inmediatamente hacia Pensacola el 9 de abril. Diez días más tarde tuvo aviso Gálvez de la aproximación de las fuerzas españolas. Mientras las tropas fueron desembarcadas el 21 , Solano permaneció en los navíos para prevenir la temida aparición de la escuadra inglesa . Con la posterior llegada de otros auxilios, Gálvez pudo contar con 7 .000 hombres. Tras casi un mes de estudiar la situación y de construcción de las oportunas trincheras, un proyectil español acertó el 8 de mayo con el polvorín del fuerte del Sombrero , originando una potente explosión. Gálvez ordenó entonces el ataque por las brechas abiertas. A las tres de la tarde, el general Campbell izó la bande.fa blanca de rendición. Esta, en sus términos formales , tuvo lugar el 10 d¿ mayo de 1781. La caída de Pensacola supuso un grave contratiempo para la causa inglesa en Norteamérica , y ocasionó una gran satisfacción y alivio a los fatigados ejércitos de Washington . Con esta culminación, España otorgó la más importante ayuda a las colonias americanas en su lucha por la Independencia: la seguridad de la frontera Sudeste y Oeste. 80 Núm . 10