Críticas de Abismos de pasión (1953) - FilmAffinity
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Abismos de pasión

Drama. Romance Adaptación mexicana del clásico "Cumbres borrascosas", de Emily Brönte. Alejandro regresa, tras 10 años de ausencia, a El Robledal, la hacienda en la que vivió de niño junto a sus padres y hermanos adoptivos, con la intención de casarse con Catalina, su antiguo amor de adolescencia. Pero Catalina ya es la esposa de otro hombe, por lo que Alejandro, en un acto de despecho, decide casarse con la hermana de su rival.
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Críticas 18
Críticas ordenadas por utilidad
8 de febrero de 2009
13 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Luis Buñuel reconoce en sus memorias que la novela de la escritora inglesa Emily Brontë “Cumbres borrascosas” siempre le había atraído. El concepto de “amour fou” tan propio de los surrealistas había encontrado en ella una especie de manifiesto. Y él junto con Pierre Unik había escrito en 1930 un guión cinematográfico. Finalmente será en 1953, en su etapa mexicana, cuando dirija “Abismos de pasión”, película que comienza declarando su respeto profundo al texto literario del que procede.

En este periodo Buñuel conoce ya el oficio a la perfección. Domina sobradamente todos los géneros. En los proyectos que le ilusionan (“El”, “Los olvidados”, etc), además de oficio añade implicación, y el resultado lo evidencia. También puede hacer, sin embargo, películas prescindibles, en las que los objetivos son meramente alimenticios, o en aquellas otras en las que las limitaciones o las imposiciones de los productores pesan como una auténtica losa. Pero puede hacer también maravillas, como las mencionadas y otras que están por venir y que pertenecen ya a la nómina de las mejores de toda su amplia producción.

“Abismos de pasión” estaría justo en un punto medio. Era un proyecto "suyo", pero le fueron impuestos unos actores con los que no debió de trabajar muy cómodo, a juzgar por sus propias palabras: “prefiero no hablar de los problemas que tuve que resolver durante el rodaje, para un resultado sumamente discutible”. Y, sin embargo, la película no está mal. Carece, eso sí, de la grandeza de la versión que William Wyller había realizado en 1939, pero el conjunto no es desdeñable, a pesar de lo de siempre: la falta de medios y de tiempo para realizar la producción de manera adecuada, circunstancias habituales en este periodo.

Están especialmente bien la fotografía y el audaz y moderno uso de la cámara. Hay momentos de gran intensidad dramática, y, a veces, la falta de pericia técnica de los actores protagonistas es suplida por una sobreactuación, especialmente en el caso de Jorge Mistral, que no termina dando un mal resultado en una obra basada en la novela publicada en 1847, excesiva por naturaleza, extrema en su dibujo de los personajes y en su peripecia argumental. Con esos actores Buñuel hizo lo que pudo, y ellos también.

Me parece importante ver esta película para todo el que quiera tener una visión de conjunto de la etapa mexicana de Luis Buñuel.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Paco Ortega
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12 de septiembre de 2006
11 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nada menos que la traslación a México de la historia de amor enfebrecido y clásico de las hermanas Brönte, con la historia de Alejandro (Mistral) y Catalina (Dilian). Se trata de una película tan apasionante como indefendible por el purista desde muchos puntos: con el paso del tiempo además sus defectos crecen, particularmente la penosa interpretación del apocado galán y pésimo actor impuesto a Buñuel Jorge Mistral (los demás no pasan de discretos tampoco), así como la tremenda pobreza de medios y celeridad del rodaje y el montaje. Así queda, a veces, una obra pobre artística y tecnicamente pero remontada y regada en todo momento por lo mejor y fundamental de la película (así como lo que más interesa a Buñuel): el espíritu visceralmente desmelenado, de amor fou y tremendismo amoroso que bordea el terreno del surrealismo. Crea gracias a ello Buñuel un teatro de marionetas con los actores y/o sus personajes: los hace ser espectros poseídos y enloquecidos por una pasión, que se manifiesta en las pertinentes carencias de cada uno de ellos.
Obra, pues, tan admirable hasta dónde pudo el maestro como de leves vuelos al lado de ejemplos magistrales en esta misma etapa de su talento, creo que se trata de una de las peores pero a la vez más fascinantes películas de Buñuel, con un final magistral y el ya subrayado desmelenado tenebrismo que la impregna y la hacen ser algo más que un interesante melodrama terrorífico.
kafka
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9 de junio de 2010
9 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pasión, lo que se dice pasión, no la percibo en gran cantidad. Y no se debe a que en el argumento no la haya. La novela de Emily Brontë la derrocha en una tormentosa relación de amor-odio, tan borrascosa como el título.
Buñuel se distanció de su estilo más característico en este drama romántico que, al sustentarse en una de las obras culmen de la literatura, podría haber sido soberbio, tan soberbio como su fuente. Pero no da la talla. No da la talla en la dirección de actores, a todas luces insuficiente. Todo el rato los veo actuar, recitar su papel como los amateurs en las obras de teatro de los colegios o de compañías extraoficiales de aficionados que ofrecen funciones por amor al arte. Me atrevería a aseverar que he sido testigo de representaciones amateurs en las que los actores lo eran de los pies a la cabeza, mejores en todo caso que los protagonistas de “Abismos de pasión”. Hasta los secundarios son más naturales.
Catalina y Alejandro, las réplicas de Catherine y Heathcliff, no comunican ni por asomo una pasión indomable. Son una mera sombra de los originales, sin la fuerza telúrica que debería arrastrarlos a un infierno en vida y muerte que aquí no capto por ningún sitio.
Y claro, ahí está el problema. Si la trama de la auténtica “Cumbres borrascosas” permanece grabada al rojo en la memoria, es por la furia desbocada que sacude tanto la atmósfera real como la afectiva. Lo sobrenatural sobrecoge, los elementos desatados confieren un halo de mal presagio, de sufrimientos interminables y de catástrofes venideras. Buñuel se conformó con un drama más elegante que desbordado. Y al conformarse con esa factura, su película perdió gran parte de la esencia de la que se supone que bebió.
De todas maneras, es una puesta en contacto sensible y aproximada a la musa que inspiró a uno de los mayores genios de la pluma: Emily Brontë.
Vivoleyendo
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12 de febrero de 2009
7 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
A pesar de que la ambientación mejicana resulte curiosa en un primer momento, el guión es fenomenal. Acabo de leer wuthering heights, el original de E. Bontë en inglés, y a mi parecer están los diàlogos y los episodios básicos de la historia.

Vi la versión de William Wyler de 1939 y la verdad no me gustó demasiado. La fotografía es genial, pero las interpretaciones de Cathy y Heathcliff me parecieron muy pobres, y la historia demasiado simplificada.

Buñuel ya era un maestro cuando filmó esta película y a pesar de que pudiera trabajar bajo presión, el resultado es destacable.

Además rompo una lanza a favor de Jorge Mistral; a mi me pareció un Heathcliff bastante creíble y mucho mejor que el de la versión de 1939. Edgar, aquí Eduardo, si que no me ha gustado nada.Me hizo mucha gracia que parecía que salían a jugar
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
vdl
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19 de agosto de 2010
7 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Rostros del cine mexicano Vol. 1
En la versión de Luis Buñuel del clásico de la literatura de Emely Bronte. Podemos apreciar a dos grandes rostros que hicieron época dentro del cine mexicano. Por un lado estaba el galán venido de tierras ibéricas: Jorge Mistral, de rostro atormentado como su propia alma y que años más tarde escogiera la puerta falsa; tratando de poner fin a la terrible depresión que sufría. El último grado del mal carácter ciertamente.
Aquí en “Abismos de pasión” si da el prototipo del personaje requerido. Como en casi todos los papeles que le vi desempeñar. (Recuerdo al hombre que retorna a su pueblo, luego de la guerra en “El mar y tú”) Mistral mostró su dote de actor solido y eficaz.
En la parte femenina: Irasema Dilián era más que un hermoso rostro angelical. Aunque no se puede decir que era una gran actriz. Si forma parte de la galería de los rostros más memorables de la época de oro del cine mexicano. Nacida en Brasil, de etnia Polaca, Irasema pasó a formar parte de grandes melodramas y comedias al lado de reconocidos actores de esta época dorada en tierras aztecas.
Su imagen desprendía cierta candidez, pero también cierto erotismo que contrastaba con el galán en turno.
“Abismos de pasión” no intenta competir con otras versiones de “Cumbres Borrascosas” ya que cada una de ellas tiene sus propias diosas y demonios.
Mientras avanzo por el boulevard de Cumbres de Maltrata en la ciudad de México. Una tarde de sábado como cualquier otra. Me pregunto si algún dia veré la luz al final del túnel. He visto “Abismos de pasión” y resulta que mi enfermedad es más intensa que el drama que vi en la pantalla. Pues a pesar de la enferma relación de los personajes, parecen tener un fulgor, un aura brillante. Porque están en el salón de la fama del cine mexicano.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
RAMON ROCEL
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