Críticas de Día de lluvia en Nueva York (2019) - FilmAffinity
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Día de lluvia en Nueva York

Romance. Comedia Gatsby Welles (Timothée Chalamet) y Ashleigh (Elle Fanning) son una joven pareja enamorada de universitarios que se dispone a pasar un fin de semana en la ciudad de Nueva York. Ella va a entrevistar al reconocido cineasta Roland Pollard (Liev Schreiber), que pasa por un momento de crisis creativa, y durante su azarosa aventura conocerá al cautivador actor Francisco Vega (Diego Luna). Por su parte, Gatsby también conocerá a una joven, ... [+]
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Críticas 134
Críticas ordenadas por utilidad
4 de octubre de 2019
117 de 150 usuarios han encontrado esta crítica útil
Woody Allen y Nueva York son un dúo que funcionan como un reloj suizo. Su idilio es perfecto. Cada vez que el genio neoyorquino centra sus películas en La Gran Manzana, 'la cosa funciona'. Día de lluvia en Nueva York, su última película hasta la fecha, es otro ejemplo más de esa gran pareja que forman el director y la ciudad.

Una comedia romántica donde Allen sigue con su fina ironía. Su mordaz humor que destripa los problemas existenciales del primer mundo a través de dos magníficos Timothée Chalamet y Elle Fanning como una 'Poderosa Afrodita'. Una pareja de universitarios que, aprovechando la entrevista de ella a un director de cine de renombre (Liev Schreiber) en la ciudad, se van de fin de semana a Manhattan para vivir también su amor juvenil. Ese que siempre es tan intenso.

Sin embargo nada va a salir como estaba previsto. Woody Allen escribe y dirige la trama, así que el enredo está asegurado y eso lo van a "sufrir" en sus carnes nuestros dos protagonistas. Rodeados, por suerte, de un reparto coral brillante, que aporta frescura en las secuencias donde Chalamet y Fanning necesitan apoyo. Tanto Selena Gomez, como Jude Law y Diego Luna dan el do de pecho en personajes muy del estilo Allen.

Además, como en Melinda y Melinda, Annie Hall, Todo lo demás o Balas sobre Broadway (se puede enumerar casi toda su filmografía), el 'pequeño' genio vuelve a introducir en su historia esos elementos que siempre han caracterizado a su cine. Crisis existenciales, diálogos con chispa, religión y filosofía, evocación a otras épocas y artes, personajes que, pese a su estatus social, están tarados cuando no neuróticos. Y, cómo no, el sexo. El sexo está por todas partes. Hasta la economía es sexo y en la obra de Woody Allen es una constante deliciosamente tratada.

En fin, que Día de lluvia en Nueva York nos devuelve al Woody Allen de siempre. Le criticarán que no arriesgue, que se repita una historia como otras y tantas y tantas cosas que a mi, no me interesan. Soy fan de este hombre desde siempre. Me encanta su forma de escribir, dirigir y transmitir. Me interesa su arte y legado. No si arriesga o deja de arriesgar porque lo ha demostrado todo ya y no debe convencer a nadie. En esta película a mi me ha fascinado y ha logrado que desde los Cines Verdi en Madrid, la lluvia de Nueva York me cale hasta los huesos. Chapeau.

Más datos sobre esta y otras películas en www.argoderse.com
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Argoderse
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7 de septiembre de 2019
61 de 73 usuarios han encontrado esta crítica útil
He de empezar diciendo que soy un gran admirador del cine de Woody Allen, pero que también soy crítico cuando hace películas por debajo de su nivel. Sobretodo en los últimos años ha hecho buenos dramas (Wonder Wheel, Blue Jasmine) y flojas comedias (Cafe Society, Magia a la luz de la luna)

Pero en esta película ha recuperado el buen tono cómico con esos tintes melancólicos propios de su gran cine. Esta película no está entre sus mejores evidentemente, pero hay en ella muchas señas de identidad perdidas en las últimas comedias: un buen reparto que funciona en cada papel (a excepción quizás de Selena Gómez), el uso importante de la música (con la ayuda del gran pianista Conal Fowkes y su trio y la genial "Misty" de Erroll Garner) y el marco de New York como eje sobre el que pivota el argumento. También ha dejado atrás defectos de películas anteriores, como el uso de la voz en off únicamente para narrar pensamientos y no como herramienta perezosa para narrar la historia.

En definitiva, un buen Woody Allen y eso es siempre un motivo de disfrute y alegría.
danimosquera
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15 de octubre de 2019
50 de 68 usuarios han encontrado esta crítica útil
Da la impresión de que Woody Allen se dio cuenta a mitad del guion de que nos estaba colando otra vez la historia de Sueño de una noche de verano, es decir, la exaltación de unos gloriosos momentos de infidelidad y recreo sensual que desembocan inevitablemente en una vuelta a la rutina, tal como ya nos ha narrado otras veces, siguiendo también a su adorado Ingmar Bergman. Y da la impresión de que, por variar, quiso rectificar sobre la marcha con un final que no parece que ensamble bien con lo recorrido anteriormente, de manera que uno se va del cine con una sensación idéntica a si un piloto te ha llevado a Londres pero lo trata de disimular conectando una holografía de la torre Eiffel.
Pero, bien pensado, ¿qué importa en este caso el argumento? ¿A quién le importa realmente esa historia de cuatro pijiguapos millonetis, tan superficial e inconsistente, en un Nueva York en el que todo el mundo se encuentra casualmente, como si fuera la plaza del pueblo, y donde todavía las esposas sorprenden al marido en la cama con alguien que tiene que salir por la escalera de incendios lloviendo y cosas así?
Woody optó hace mucho por no faltar a su cita anual con el estreno y rechazó elaborar convenientemente lo que hace, consciente de que entre la paja que necesariamente va a abundar seguiremos encontrando buenos puñados de grano y dado que tampoco hay garantía de que una elaboración mayor diera mejores obras.
Y no cabe duda de que una vez más ha conseguido una película de unos diálogos hilarantes y chispeantes, una delicia para los amantes de lo puramente ingenioso, y en los parámetros que gustan a los fieles seguidores de su cine: la sacralización del jazz más viejo, el regodeo en el Nueva York de postal y sus artistas cool en la cresta de la ola, o los chistes sexuales y culturales (como ese de “voy a estudiar Física y dedicarme a vender materia oscura”).
Algún crítico se ha apresurado a proclamar que estamos ante otra película prescindible de Woody Allen. Pues no le falta razón. Pero las películas prescindibles de Woody Allen están bastante por encima de los momentos supremos de las carreras de Alex de la Iglesia, Christopher Nolan o Luc Besson, por ejemplo. Y en sus momentos supremos, hay pocos en activo que le alcancen. ¿O no?
Capitan Ahab
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17 de octubre de 2019
36 de 40 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es fácil criticar el cine de Allen desde los prejuicios y una falsa superioridad moral. Es fácil no parar de afirmar que "la nueva película del neoyorquino no está a la altura de sus grandes obras". Lo que no es fácil es un director que lleva 40 años haciendo películas, año a año, que no ha estrenado una y ya está trabajando en la siguiente, nos ofrezca una hora y media más de su encantos. Y eso es A Rainy Day in New York, puro encanto.

El director viaja a Manhattan para jugar en casa, donde se siente cómodo y puede desplegar todo su nivel. El Nueva York que vemos en la película es el actual, sin embargo no es un Nueva York real, si no como le gustaría a Woody Allen que fuera, lleno de taxis, clubes nocturnos con pianos, juegos de azar y lluvia, mucha lluvia. Y en ese ecosistema, coloca a un fantástico Chalamet que se encorva, se enfunda en un traje anticuado y comienza a pasear por las avenidas de la ciudad como hiciera Allen hace cuarenta años, para hacer la mejor actuación de su prometedora carrera. El otro lado es la maravillosa Elle Fanning, que interpreta perfectamente el característico personaje femenino de Allen, culto pero novato e inexperto. La actriz consigue ser el punto más divertido de la película. El resto del reparto acompaña muy bien a la pareja protagonista, destacando Selena Gomez que aunque sigo sin considerarla una actriz de nivel, cumple de manera aceptable el papel de chica desinhibida que se deja llevar por instintos; y Jude Law haciendo del artista inconforme que tantas veces hemos visto en las películas de Woody.

El guión está repleto de un repertorio de chistes con los temas clásicos de Woody Allen y referencias al cine más clásico, y es acompañado maravillosamente por una fotografía muy cuidada, en la que los colores grises y marrones aparecen en todas sus tonalidades, por lo que es una delicia para aquellos nostálgicos que añoren una época de la industria cinematográfica que ya pasó.

Por último, la música consigue llevarte a Nueva York sin que sea necesario abrir los ojos, te transporta a los locales por los que deambula el protagonista, mientras que en los exteriores se mezcla con las gotas de lluvia que no dejan de caer sobre edificios, coches y paraguas.

PD: Una lástima que los neoyorquinos no vayan a poder disfrutar de una película dirigida principalmente a ellos. El ser humano no sabe apreciar lo que tiene.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
DaniR99
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18 de octubre de 2019
59 de 89 usuarios han encontrado esta crítica útil
Woody Allen acude fielmente a su cita anual, en esa especie de actitud funcionarial en que ha convertido su labor cinematográfica, en la cual la irregularidad en cuanto a resultados ha pasado a ser la característica que mejor le define. Así pues, si en su anterior “Wonder wheel” el drama alcanzaba momentos súblimes, en este “Día de lluvia en Nueva York” la comedia se queda muy corta respecto a las expectativas, brillando por su ausencia la capacidad creativa de antaño. La nueva película del director neoyorkino nos muestra al mismo tipo de personajes de siempre, en las mismas situaciones y escenarios. Podrían intencambiarse con cualquier otra de sus comedias que el resultado sería el mismo. Con la diferencia que la chispa y el ingenio que Allen convirtió en marca de fábrica, parece que se vayan diyulendo.

Nada funciona en esta película. Empezando por su pareja protagonista, sin ningún tipo de química entre ellos, en los que si acaso, vale la pena destacar a una Elle Fanning que imprime gracia y humanidad a su personaje. En cambio, Timothee Chalamet no encaja en esa especie de alter ego del propio Allen, y la emoción y la magia que se le supone a toda comedia romántica que se precie no aparecen en ningún momento. Pecado todavía mayor si tenemos en cuenta que el marco no puede ser más apropiado. Allen nos muestra una Nueva York brumosa y lluviosa, retratada por Vittorio Storaro con la sensibilidad que le caracteriza, con sus calles, parques, hoteles y museos indicados para que el romance traspase la pantalla. Pero ni con todos estos elementos el film comsigue alzar el vuelo, quedándose al final como una mera sucesión de postales para el disfrute del espectador con alma de turista.

Lo mejor: Elle Fanning, único sol que ilumina la película.

Lo peor: que Woody Allen siga perdiendo un prestigio que se había ganado a pulso.
AMQE
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