Dirección: François Ozon
Reparto: Danielle Darrieux, Catherine Deneuve, Isabelle Huppert, Emmanuelle Béart, Virginie Ledoyen, Ludivine Sagnier
Título en V.O: 8 femmes
Nacionalidad: Francia Año: 2002 Fecha de estreno: 29-11-2002 Duración: 111 Género: Musical Color o en B/N: Color Guión: François Ozon Fotografía: Jeanne Lapoirie Música: Krishna Levy
Sinopsis: Años 50. En una mansión burguesa aislada en el campo, el dueño de la casa es asesinado durante los preparativos para la Navidad. Ocho mujeres cercanas al muerto están presentes y, sin ayuda de la policía, comienzan la investigación de un crimen del que todas se acusan entre sí porque todas podrían ser culpables.

Crítica

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Que un joven treintañero sea capaz de hacer que dos damas tan distinguidas como Deneuve y Ardant se revuelquen por el suelo, se tiren del moño y, prácticamente sin solución de continuidad, se peguen un espectacular morreo, dice mucho a favor del chaval. Solo alguien del talante terrorista de François Ozon podía conseguirlo. No solo con Deneuve y Ardant hace Ozon lo que quiere; también arranca unos pasos de baile a la ancianísima Darrieux, subvierte los estereotipos de Huppert y Béart (memorable el cambio de imagen de ésta a mitad de la película) y hace maravillas con las jóvenes y apetitosas Virginie Ledoyen y Ludivine Sagnier (encantadora con pijama). El star system de un siglo de cine francés, en fin, sacudido por un terremoto que sigue encandilando, por sus radicales cambios de registro, película tras película. En Gotas de agua sobre piedras calientes ya nos sorprendía con un inesperado número musical rompiendo el tono del drama. Aquí el musical (sofisticado, estilizado, dulce como un bombón e inequívocamente jacquesdemyiano en su exultante colorido) ya es el protagonista principal de una pieza con ocho mujeres aisladas en una casa cubierta de nieve y un cadáver calentito; cada una de ellas, como en las obras de Agatha Christie, tendría sus razones para haberlo asesinado. La intriga importa poco y se hace farragosa en 8 mujeres; lo que cuentan son los números musicales y cómo cada una de las actrices convocadas se lo monta para dar la nota sin caer nunca en el ridículo. Una más que arriesgada apuesta por el cine kitsch y la estética de fotonovela. Una delicia que, no lo duden, tendrá tantos detractores como defensores.>>Para entusiastas de Ozon y/o Demy. Lo mejor: la distinguidísima reunión de grandes damas del cine galo. Lo peor: el nulo interés de la intriga.