Aunque en México solemos englobar el Día de Muertos con el 1 y 2 de noviembre, lo cierto es que el primero del mes tiene su propia festividad que está inmiscuida con la tradición. Hablamos pues del Día de Todos los Santos, una festividad religiosa que tiene repercusiones incluso en España y otros lugares donde la religión católica fue predominante.
¿Por qué le llamamos el Día de Todos los Santos el 1 de noviembre?
Esta festividad cristiana, en ocasiones es referida como una solemnidad. Está dedicada a, como su nombre lo dice, a todos los santos de la iglesia. Es decir, a los difuntos que gozan la vida eterna en la presencia de Dios, mismos que al haber alcanzado el descanso eterno, son considerados santos (aunque no estén canonizados). Sin embargo, en su origen no fue del todo así.
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El origen del Día de Todos los Santos
Aunque la fiesta se ha podido rastrear a ciertas fechas, lo cierto es que su origen es incierto. De acuerdo con la Encyclopedia Britannica, originalmente el Día de Todos los Santos se celebraba el 13 de mayo; en específico se habla del papa Bonifacio IV quien en 609 dedicó la fecha a todos los mártires.
Pero su paso a celebrarse el 1 de noviembre se identifica casi un siglo más tarde, durante el papado de Gregorio III, que dedicó una capilla en San Pedro en honor a todos los santos, incluyendo a los mártires. En los siglos subsecuentes, la celebración está marcada en los calendarios, hasta que el 1 de noviembre se convirtió en la fecha oficial del Día de Todos los Santos.
¿Cómo se celebra el Día de Todos los Santos?
Ahora, la celebración involucra la asistencia a misa de forma obligatoria, aunque es una fecha religiosa, en países como México es reconocida, aunque no forma parte de los días de asueto oficiales en los que los trabajadores pueden descansar. Existen otros países en los que el 1 de noviembre es un día de asueto, como en Francia y Alemania en los que no se trabaja y generalmente los negocios están cerrados.
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El 1 de noviembre en México
Ahora bien, en México ocurre algo particularmente especial ya que en nuestro país –y paises adyacentes– ocurrió un sincretismo en las celebraciones a los muertos. En otras palabras, las tradiciones católicas e indígenas se mezclaron para dar lugar a una nueva celebración que por lo menos caracteriza a México. Hablamos pues del Día de Muertos.
El Día de muertos se celebra el 1 y 2 de noviembre, con la peculiaridad de que se cree que el primero de noviembre es el día en el que las almas de los niños y más jóvenes visitan sus tumbas o los altares en las casas de sus seres queridos. Mientras que para el 2 de octubre llega la visita de las almas de los adultos.
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