[Este artículo contiene spoilers de 'Érase una vez... en Hollywood']

Escribió Joan Didion que los años 60 acabaron abruptamente en el verano de 1969, tras los crímenes cometidos por la familia Manson el 8 de agosto en Cielo Drive, California. Pero en 'Érase una vez... en Hollywood', la década no acaba en tragedia, sino en catarsis. Quentin Tarantino reescribe de nuevo la Historia (como ya hizo en 'Malditos bastardos' o 'Django desencadenado') para impartir justicia poética contra aquellos que sufrieron en el pasado e imaginar un nuevo desenlace, cuentos de hadas con héroes y villanos con los que dar sentido a sucesos que, a veces, escapan a nuestra comprensión. Han pasado más de 50 años, pero el asesinato de Sharon Tate y sus amigos en aquella noche fatídica del 69 sigue siendo no solo un caso lleno de misterios, sino también un punto de inflexión para toda una sociedad que pasó del 'flower power' al pesimismo de los 70 en cuestión de horas.

Pero Tarantino tiene una nueva historia que contar. Rick Dalton (Leonardo DiCaprio) es un veterano actor de westerns que pasa los días junto a su doble de acción y amigo, Cliff Booth (Brad Pitt), dos viejas glorias que ahora se cuentan las canas mientras intentan abrirse camino en un Hollywood decadente que busca una nueva generación de estrellas. La película sigue sus pasos a través de fiestas glamurosas (donde encontramos personajes como Steve McQueen), rodajes intensos (desde la lección de una niña de profesionalidad admirable hasta una lucha improvisada con Bruce Lee) y encuentros inesperados con la familia Manson, que se convertirán en la amenaza latente del relato hasta llegar a ese sorprendente, violento y catártico final que vamos a analizar ahora.

brad pitt en el final de Érase una vez en hollywood
Sony Pictures

El director juega con aquello que sabemos más allá de la ficción. Sabemos que, en algún momento, la Tate de Margot Robbie (que resulta ser vecina de Dalton) será asesinada tal y como cuentan los libros de Historia. Y ahí es donde la película, que hasta ahora ha combinado de forma orgánica los elementos ficticios con los reales, empieza a crear su propia versión de los hechos. El desenlace empieza a desencadenarse cuando un grupo de los Mansons, Tex (Austin Butler), Sadie (Mikey Madison), Katie (Madisen Beaty) y Flowerchild (Maya Hawke), se dirigen a Cielo Drive para perpetrar los asesinatos.

Sin embargo, cuando aparcan frente a la valla de la casa de la actriz, un Rick en estado de embriaguez sale enfurecido porque "los hippies" le están molestando con las luces del coche. Es el momento preciso en el que la ficción irrumpe para desestabilizar la realidad. Sus insultos provocan la ira del grupo, que decidirá cambiar las órdenes del jefe y acabar primero con la vida del vecino, al que han reconocido, dicen, como el tipo que les enseñó a ser violentos a través de la televisión. Flowerchild abandona el barco (chica lista) y los demás van con sus cuchillos y revólveres a la casa. Lo que no saben es que, al abrir la puerta, a quien se encontrarán será a Cliff. Y a su perra.

En una película en la que la violencia se había mantenido en mínimos, sobre todo comparada con otras películas de Tarantino, de pronto nos encontramos con una escena que la lleva al límite. El combate cuerpo a cuerpo entre el especialista y los intrusos es crudo e implacable, y se rematará después cuando Rick, que estaba en su piscina sin enterarse de nada de lo que estaba pasando, cogerá un lanzallamas para calcinar a una de las asesinas. ¿Justicia poética? Es una escena de catarsis absoluta, en la que el Viejo Hollywood, que apenas parecía mantenerse en pie en un momento cambio, acaba salvando a Sharon Tate de su fatídico destino. Por supuesto, los tres jóvenes quedan K.O., la policía aparece para poner orden en la situación y la ambulancia se lleva a Cliff, que ha recibido más de un golpe.

leonardo dicaprio en la pelicula Érase una vez en hollywood
Sony Pictures

Y entonces llegamos a la verdadera escena final, que cierra el círculo de una forma preciosa. Ante todo el lío que se ha formado, Jay Sebring (Emile Hirsch) baja hasta la verja de entrada de la casa de Tate para preguntar si todo está bien. Rick balbucea algo sobre los hippies y, de pronto, la misma actriz entra en la conversación a través del telefonillo. Finalmente, invita a su vecino a entrar y tomarse algo con ella y sus amigos. El plano que nos muestra las puertas abriéndose es completamente simbólico: se abren a un futuro que al personaje se le ha venido escapando durante toda la película. Por fin puede subir esa cuesta que antes parecía un coto prohibido, solo comunicada por un interfono. Ahora, después de que este Viejo Hollywood haya salvado la vida del Nuevo Hollywood, la recompensa es volver a formar parte del mundillo.

Así, 'Érase una vez... en Hollywood' cambia la Historia. Y, además, nos obliga a preguntarnos: ¿Qué hubiese pasado si esa fiesta de paz y amor hubiese continuado? ¿Si ese evento traumático no hubiese supuesto un cambio de era, el inicio de una nueva década mucho más pesimista y oscura? ¿Qué habría sido de Sharon Tate, que se observaba a sí misma con ojos soñadores en la sala de cine? Son preguntas que ni siquiera Tarantino puede contestar, aunque con esta película sí ha conseguido darle algo de sentido a lo inenarrable. Esos son límites de los cuentos de hadas: nos permiten imaginar otros desenlaces y poner en orden los eventos y personajes que se han convertido en un mito, pero la historia, a fin de cuentas, es inamovible.

preview for 'Érase una vez en Hollywood' - Clip exclusiva con Margot Robbie
Headshot of Mireia Mullor
Mireia Mullor

Mireia es experta en cine y series en la revista FOTOGRAMAS, donde escribe sobre todo tipo de estrenos de películas y series de Netflix, HBO Max y más. Su ídolo es Agnès Varda y le apasiona el cine de autor, pero también está al día de todas las noticias de Marvel, Disney, Star Wars y otras franquicias, y tiene debilidad por el anime japonés; un perfil polifacético que también ha demostrado en cabeceras como ESQUIRE y ELLE.

En sus siete años en FOTOGRAMAS ha conseguido hacerse un hueco como redactora y especialista SEO en la web, y también colabora y forma parte del cuadro crítico de la edición impresa. Ha tenido la oportunidad de entrevistar a estrellas de la talla de Ryan Gosling, Jake Gyllenhaal, Zendaya y Kristen Stewart (aunque la que más ilusión le hizo sigue siendo Jane Campion), cubrir grandes eventos como los Oscars y asistir a festivales como los de San Sebastián, Londres, Sevilla y Venecia (en el que ha ejercido de jurado FIPRESCI). Además, ha participado en campañas de contenidos patrocinados con el equipo de Hearst Magazines España, y tiene cierta experiencia en departamentos de comunicación y como programadora a través del Kingston International Film Festival de Londres.

Mireia es graduada en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) y empezó su carrera como periodista cinematográfica en medios online como la revista Insertos y Cine Divergente, entre otros. En 2023 se publica su primer libro, 'Biblioteca Studio Ghibli: Nicky, la aprendiz de bruja' (Editorial Héroes de Papel), un ensayo en profundidad sobre la película de Hayao Miyazaki de 1989.