La República Dominicana actualmente está atravesando lo que pudiera ser la mayor crisis democrática de las últimas décadas. El pasado domingo 16 de febrero, la Junta Central Electoral (JCE), órgano autónomo encargado de administrar y conducir los procesos electorales en el país, suspendió las elecciones municipales ante la imposibilidad de garantizar el derecho al voto de la ciudadanía y el derecho de candidatas/os de los distintos partidos a ser elegidos/as.
La suspensión se produjo a cuatro horas de haber iniciado el sufragio por graves fallos en el sistema de voto automatizado. Hasta el momento se desconoce si el mal funcionamiento de las máquinas ha sido una acción intencional o un error técnico. En cualquiera de los escenarios, esta situación demuestra la vulnerabilidad del sistema electoral y los bajos niveles de supervisión de las autoridades competentes para garantizar la transparencia en el proceso.
La JCE ha convocado nuevas elecciones, sin consultar antes a las fuerzas políticas ni dar explicaciones sobre lo sucedido el pasado 16 de febrero. Ni la JCE, ni el Ministerio Público, han logrado desarrollar una investigación eficiente que pueda dar cuenta de lo sucedido e identificar a los responsables. Esta situación ha generado un ambiente de desconfianza e incertidumbre y fuertes cuestionamientos a la propia junta y al partido oficialista.
Organizaciones sociales dominicanas y ciudadanos y ciudadanas movilizados, ven con alerta que el Estado dominicano y la dirigencia política deleguen funciones esenciales como la organización de elecciones, la investigación y la administración de justicia, en organismos no nacionales como la OEA.
La ciudadanía ha respondido repudiando de manera vehemente este hecho desde el mismo 16 de febrero. Las manifestaciones pacíficas con un amplio protagonismo de jóvenes, han estado presentes en plazas públicas en diversos puntos del país, expresando su descontento con el sistema político actual. A pesar de ser manifestaciones pacíficas con expresiones artísticas, carteles espontáneos y micrófonos abiertos, ha sufrido represión con bombas lacrimógenas por la Policía Nacional, detención de personas que caminan con carteles, y otras manifestaciones de intolerancia.
Estos hechos no han impedido que miles de personas en distintas latitudes del país y en el extranjero sigan expresando su descontento de manera pacífica y contundente, exigiendo respuestas e impulsando la participación en las elecciones.
Seguimos como Centros CLACSO atentos a que se expresen con hechos las garantías necesarias para que podamos ejercer nuestro derecho al voto en un proceso transparente. Hacemos un llamado a que se cumplan las exigencias del colectivo de que: haya observación y que se graben los escrutinios; se garantice el voto manual en las elecciones municipales y presidenciales/congresionales; investigación exhaustiva sobre lo ocurrido el 16 de febrero con responsables y sanciones claras; reuniones periódicas fijas con todos los delegados políticos, desde la fecha hasta la celebración de las elecciones; disculpa pública por parte del pleno de la JCE, asumiendo las consecuencias de sus decisiones; cambio del tamaño de las boletas para el 15 de marzo (para garantizar transparencia), e incineración de las que se usaron el 16 de febrero; protección de la cadena de custodia para los equipos usados en el voto automatizado hasta que se realice la investigación; reforzamiento de la seguridad con los militares electorales en los recintos de votación. Desde los Centros CLACSO en RD saludamos el compromiso con estas garantías y exigimos su cumplimiento a cabalidad.
Al mismo tiempo, expresamos nuestra preocupación por este quiebre del sistema democrático dominicano. Y extendemos nuestro apoyo a la ciudadanía que se manifiesta a nivel nacional y a la diáspora dominicana que ha respondido de igual manera. Condenamos toda forma de represión y conminación hacia las personas que ejercen pacíficamente este derecho.
Firman:
- Fundación Juan Bosch
- Asociación Ciudad Alternativa
- Escuela Multitemática
- GT de Salud Internacional CLACSO
- GT Crisis, Respuestas y Alternativas en el Gran Caribe
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