Yuri Andropov hizo un discurso continuista en su primera intervención pública como secretario general del PCUS | Internacional | EL PAÍS
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Entierro en el Kremlin

Yuri Andropov hizo un discurso continuista en su primera intervención pública como secretario general del PCUS

Ayer, el nuevo líder comunista soviético, Yuri Andropov, se estrenó como secretario general del PCUS, pronunciando su primer discurso y presidiendo su primera recepción. Andropov leyó cinco cuartillas de homenaje póstumo a su predecesor, Leónidas Breznev, que minutos después sería enterrado en la plaza Roja. El cadáver de Breznev reposaba en un ataúd descubierto, frente al que diversos oradores se sucedieron en el turno de palabra. El primero en intervenir fue Andropov, que hizo un discurso continuista.

En su semblanza funeraria, el nuevo líder del PCUS aseguró que, durante la era Breznev, se "afirmaron sólidamente las normas leninistas de la vida del partido y del Estado", así como "el clima beneficioso de un trabajo constructivo y colectivo".Nuevamente -según la interpretación que a este pasaje dan los observadores occidentales- Andropov trata de tranquilizar a los cuadros del partido, sugiriéndoles que no piensa introducir reformas drásticas que pongan en peligro sus posiciones.

La referencia expresa al "trabajo colectivo" podría traducirse como un mensaje a todas las posibles corrientes del partido comunista, en el que se les dice que todas podrán encontrar su parcela.

También podría significar, además, que Andropov no piensa tener el monopolio del poder -como hizo Breznev durante los últimos cinco años- y que el país será regido por una dirección colectiva, de la que casi seguro formará parte -a un nivel inferior al de Andropov- el miembro del secretariado y del Politburó, Constantin Chernenko (71 años), que muy probablemente será elegido, el próximo día 23, presidente del presidium del Soviet Supremo, cargo que en la URSS lleva aparejadas las funciones de jefe de Estado.

Aparte de estos mensajes casi subliminales de Andropov, su discurso subrayó la continuidad de su política con la realizada por Leónidas Breznev. "Haremos todo por consolidar la cohesión de la gran comunidad de los Estados socialistas", afirmó Andropov sobre el mausoleo de Lenin, muy cerca del cual se encontraba, por cierto, el líder polaco, general Wojciech Jaruzelski.

Relaciones Este-Oeste

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En cuanto a las relaciones Este-Oeste, el nuevo secretario general del PCUS fue más cauto que en el discurso pronunciado el viernes, minutos antes de su elección. Las maniobras de acercamiento iniciadas por Estados Unidos a raíz de la muerte de Breznev quizá tengan algo que ver con esta cautela.Si bien afirmó que "las fuerzas imperialistas querrían empujar a los pueblos en el camino del odio y de la confrontación militar", por lo que el partido y el Estado soviéticos "mantendrían una alta vigilancia y estarían dispuestos a dar fulgurante respuesta a todo intento de agresión", Andropov no se mostró excesivamente desesperanzado sobre la posibilidad de encontrar acuerdos que posibiliten la distensión.

"Estamos siempre dispuestos", agregó, "a llevar a cabo una cooperación honesta, basada en la igualdad y las ventajas recíprocas con cualquier Estado que manifieste el mismo deseo".

El segundo orador fue el mariscal Dmitri Ustinov, ministro de Defensa y miembro del Politburó, lo que demuestra el papel coprotagonista que tienen las fuerzas armadas en la URSS. Ustinov ensalzó la figura de Breznev, destacando la atención que éste siempre prestó para garantizar "la eficaz capacidad de defensa" del país y "la seguridad de toda la comunidad socialista".

Ustinov, coprotagonista

"El siempre ha velado por las fuerzas armadas soviéticas", dijo. "Sus actividades para equipar al Ejército y a la Marina en material de guerra de punta," recordó delante de Andropov, "han sido tan exclusivamente fructíferas como sus deseos de mantener la capacidad de combate al nivel más alto".Andropov también presidió ayer su primera recepción oficial como secretario general del PCUS. Minutos después del entierro, las delegaciones extranjeras que llegaron a Moscú pasaron a saludarle en la sala de San Jorge del Kremlin.

Dos fueron los apretones de mano más oídos y de mayor duración: el del líder palestino, Yasir Arafat, y el del ministro chino de Asuntos Exteriores, Huang Hua. Este último, sin duda, tiene especial simbolismo político, dado que se produce sólo un mes después de que se hicieran las primeras negociaciones para reabrir el diálogo ruso-chino.

Radio Moscú dio ayer amplia publicidad a unas declaraciones de Huang Hua a la agencia Nueva China en las que reafirmaba el deseo de su país de llegar a una "auténtica mejora" y a una "normalización progresiva" de sus relaciones con la URSS.

La radio soviética dedicó el espacio más importante de uno de sus principales diarios hablados de la tarde a la difusión de la entrevista de Hua antes de su salida de Moscú. "La paz y la amistad entre China y la Unión Soviética responden no sólo a los intereses de los dos pueblos sino también a los de la paz en Asia y en el mundo entero", declaró Hua.

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