El Teatro Real se echa unas risas con 'Viva la mamma'

El Teatro Real se echa unas risas con 'Viva la mamma'

El coliseo madrileño presenta la ópera de Gaetano Donizetti, una parodia del mundo del teatro

Una imagen de la produccion de 'Viva la mamma!'
Julio Bravo

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25/05/2021

No entraría seguramente 'Viva la mamma' -más conocida como 'Le convenienze ed inconvenienze teatrali'- en un 'Grandes éxitos' de su autor, Gaetano Donizetti (aunque Joan Matabosch , director artístico del Teatro Real, asegura que es «la más popular de las óperas de la primera década de la carrera del compositor»); el director de orquesta Evelino Pidó dice de ella que es «un 'patchwork', un collage de distintos fragmentos; no es una obra maestra, pero sí una partitura muy interesante. Es una parodia desacralizante del mundo de la ópera, del teatro. Y exige mucho a los intérpretes: los cantantes deben ser al mismo tiempo actores».

'Viva la mamma' es el penúltimo montaje que pone en pie el Teatro Real esta difícil temporada (le pondrá fin una 'Tosca' con repartos estelares). Se trata de una ópera estrenada en Nápoles en 1827 -la versión revisada, que es la que se presenta ahora en Madrid, vio la luz en Milán cuatro años después-. La dirección musical es de Evelino Pidó (en tres de las funciones le sustituirá José Miguel Pérez Sierra ) y la dirección escénica de Laurent Pélly (su último trabajo en el Real fue un aplaudido 'Falstaff' hace un par de temporadas).

Regreso de Carlos Álvarez

El doble reparto incluye un regreso largamente esperado: el del barítono malagueño Carlos Álvarez , que no canta una ópera en el Teatro Real desde hace dieciséis años (la última vez que pisó su escenario fue en 2013, en el homenaje que se tributó a Teresa Berganza ). Álvarez se alternará con Luis Cansino en el papel de Mamma Agata -femenino, lógicamente-; no disimula su felicidad por poder encarnar este personaje travestido y alejado de los habituales villanos que suele cantar (volverá a ellos en el propio coliseo madrileño en julio con el Scarpia de 'Tosca'). Aunque, asegura, «Mamma Agata puede llegar a ser muy mala; es una madre napolitana que por su hija es capaz de hacer lo que sea. Supongo, añade, que Donizetti pensó en un barítono porque se asimila la voz al orden, al poder, a la fortaleza».

Junto a los dos barítonos españoles, completan el reparto Nino Machaidze y Sabina Puértolas , que se alternan como la prima donna ; Borja Quiza y Gabriel Bermúdez (Procolo), Pietro Di Banco (El director de orquesta), Sylvia Schwartz y Francesca Sassu (la seconda donna ), Xabier Anduaga y Alejandro del Cerro (el primo tenore ), Carol García (Pippetto), Enric Martínez-Castignani (el poeta), David Oller (el empresario) y Luis López Navarro (el director de escena). Les arropan el Coro y la Orquesta Titulares del Teatro Real.

Teatro dentro del teatro, la trama de 'Viva la mamma' muestra, cuenta Matabosch, «la preparación de un montaje de una nueva ópera en una compañía de provincias, con cantantes que llegan a los ensayos mal preparados, algunos sin apenas haber abierto la partitura. Con una paciencia infinita, el compositor, el libretista, el director y el pianista repertorista intentan lidiar con las tensiones, las rivalidades, los egos sobredimensionados, los ataques de celos, las inseguridades y la competitividad entre músicos, artistas, familiares y, sobre todo, cantantes que solicitan al compositor que reescriba sus arias para poner mejor en valor sus cualidades, en un ambiente de pequeñas mezquindades y de grandes vanidades».

Un parking que fue teatro

Laurent Pélly sitúa la acción del primer acto en un parking de una pequeña ciudad de provincias italiano en la década de los años cincuenta del siglo XX. En ese lugar estuvo situado un día un teatro. «'Viva la mamma' es una farsa muy divertida pero con un punto de tristeza. Sus personajes son patéticos y ridículos , monstruosos, pero al mismo tiempo llenos de ternura. Son, en el primer acto, casi fantasmales en un mundo casi desaparecido».

Un mundo lleno de envidias, egos, caprichos y despotismos que retrata otra época, según Carlos Álvarez. «Antes era fácil encontrar estos estereotipos. Pero los egos han ido cediendo paso a una sensación de que la ópera es un trabajo en equipo, más cooperativo, y no solo entre los cantantes. Son pocos los que hoy en día siguen creyendo que con sus caprichos van a conseguir una regalía». 'Viva la mamma', completa Cansino, «presenta un mundo disparatado que también desaparece». Entre esos personajes arquetípicos se encuentra la primma donna: «el sueño de toda soprano es interpretar a una», bromea la georgiana Nino Machadze. « ¡Yo ya soy una primma donna! », le sigue el juego Sabina Puértolas, que a continuación, y ya en serio, habla de la emoción que le supuso entrar a ensayar -ella estaba en el reparto de 'Achille in Sciro' que la pandemia obligó a suspender con los decorados ya sobre el escenario-: «el corazón se me salía del pecho».

'Viva la mamma' es, resume Matabosch, una ópera para reírse, pero que esconde una poética reflexión: «es un emocionante homenaje al Teatro, en un alegato contra la destrucción de la Cultura , en una persuasiva defensa del Arte. Después de un año de pandemia que ha fulminado a tantas instituciones culturales, que ha abortado carreras prometedoras de artistas, que ha obstaculizado la libre circulación de creadores y de públicos, con la mayoría de los teatros internacionales simplemente cerrados a cal y canto, 'Viva la mamma' adquiere una relevancia que jamás hubieran imaginado ni el compositor ni el director de escena».

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