(PDF) virreynato nueva españa | Anto Viloria Rial - Academia.edu
Virreinato de Nueva España 1 INTRODUCCIÓN Virreinato de Nueva España, entidad político-administrativa establecida por los monarcas españoles durante el periodo colonial (inicios del siglo XVI-principios del siglo XIX) en los territorios del actual México (núcleo esencial del virreinato), y que tuvo asimismo jurisdicción sobre algunas zonas actuales del sur estadounidense, el resto de Centroamérica, las islas caribeñas, una porción del norte sudamericano (ya que incluyó durante buena parte de su existencia a Venezuela) y sobre las islas Filipinas. Nueva España fue el nombre que dio Hernán Cortés a las tierras que conquistó, expresando que así la llamaba por las semejanzas que guardaba con España. Esta designación aparece ya oficialmente en una real cédula del emperador Carlos V (el rey español Carlos I), de fecha 15 de octubre de 1522. El nombre de Nueva España llegó a tener tres acepciones distintas. En una abarcó los territorios conquistados por Hernán Cortés y por sus capitanes, es decir, el espacio geográfico que ocupan actualmente el Distrito Federal y los estados de México, Hidalgo, Puebla, Tlaxcala, Morelos, Querétaro, Guanajuato, Michoacán, San Luis Potosí (excluyendo algunos distritos de éste), el sur de Tamaulipas, Tabasco, Veracruz y algunos lugares de Durango y Jalisco. En un sentido más amplio, el nombre de Nueva España comprendió a todo lo que se encontraba bajo la inicial jurisdicción del virreinato, esto es, a Nueva España en su acepción anterior, además de los reinos de Nueva Galicia, Nueva Vizcaya, Nuevo León, Nuevo México y Yucatán. Finalmente, con una acepción mucho más amplia llegó a nombrarse Nueva España al conjunto de los distritos de las cinco audiencias a ella vinculadas, las de México, Guadalajara, Guatemala, Santo Domingo (incluida la actual Venezuela) y Manila. En función de esta acepción, existía en el Consejo de Indias la Secretaría de Nueva España, en la que se atendía a los negocios concernientes a estas cinco audiencias. Puede añadirse que también la península de Florida quedó sometida durante algún tiempo al virreinato novohispano hasta que más tarde quedó sujeta al gobernador general de Cuba. 2 ORGANIZACIÓN DEL VIRREINATO Un virrey nombrado al efecto ejercía, en nombre del rey, el gobierno de Nueva España. A lo largo del periodo colonial hubo 63 virreyes, siendo el primero Antonio de Mendoza y el último Juan O’Donojú, quien suscribió con Agustín de Iturbide en 1821 el tratado en el que se reconocía la Independencia de México. En Nueva España se establecieron formalmente divisiones territoriales que se mantuvieron hasta 1776, cuando, hallándose en México el visitador general José de Gálvez, se creó la comandancia general de las Provincias Internas, y, diez años más tarde, las intendencias. El territorio abarcado por el reino de Nueva España era el que correspondía a la acepción más restringida de este nombre. A su vez, el reino de Nueva Galicia incluía la mayor parte del actual Jalisco, San Luis Potosí y los actuales estados de Aguascalientes, Zacatecas y Nayarit, con una parte de Sinaloa (todos ellos en México). El reino de Nuevo León estaba constituido aproximadamente por lo que hoy es el territorio del estado mexicano de igual nombre. El reino del Nuevo Santander coincidía con el actual estado mexicano de Tamaulipas. El reino de Nueva Vizcaya, sumamente extenso, incluía a los actuales estados de Durango y Sonora, parte de Coahuila y Sinaloa (todos ellos hoy en día pertenecientes a México), y parte de Arizona (en la actualidad, en Estados Unidos). El reino de Nuevo México abarcaba al estado actual de dicho nombre en Estados Unidos y algunos territorios adyacentes. Existían asimismo la provincia de Yucatán, así como las Californias, Alta y Baja. Los gobernantes, tanto de estas provincias como de los reinos mencionados, recibían su nombramiento de la Corona, pero en el ejercicio de sus funciones dependían de los virreyes. En Nueva España se crearon asimismo circunscripciones religiosas desde fecha muy temprana. Un primer intento fue el de erigir un obispado en la villa de Santa María de los Remedios, en la isla de Cozumel. Al no ser viable, el papa León X accedió a la creación de la llamada diócesis Carolina (en honor de Carlos V), con sede en Tlaxcala. Primer obispo de dicha diócesis fue el dominico Julián Garcés, en 1527. Un año después, se embarcó con rumbo a México el franciscano Juan de Zumárraga, en calidad de obispo electo de una nueva diócesis con sede en la capital de Nueva España. A lo largo del siglo XVI se erigieron las diócesis de Oaxaca o Antequera (1535), Michoacán (1536), Chiapas (1539), Compostela, con ulterior traslado a Guadalajara (1548), y Yucatán (1561). La diócesis de México se convirtió en archidiócesis en 1546. A partir de entonces, todas las diócesis existentes y las que se crearon después en el periodo virreinal fueron sufragáneas de la de México. En 1620, se establecieron las diócesis de Guadiana o Durango. Conoce a los principales exponentes del arte y la cultura en la Nueva España del siglo XVII... SIGLO XVII El sistema conceptual y estructural del barroco constituyó a lo largo de todo el siglo XVII, y en especial en la segunda mitad, una línea de pensamiento que permeó prácticamente todas las actividades vinculadas con la cultura y el arte en la Nueva España. El sistema conceptual y estructural del barroco constituyó a lo largo de todo el siglo XVII, y en especial en la segunda mitad, una línea de pensamiento que permeó prácticamente todas las actividades vinculadas con la cultura y el arte en la Nueva España. Floreció en este siglo ya que fue el de mayor solidez política y económica del virreinato, una vez concluida la conquista espiritual y material. No sólo las bellas artes tuvieron un florecimiento único, también las llamadas artes menores o suntuarias como la platería y la cerámica. ARQUITECTURA Cuando finalmente parecía que en la Nueva España se abandonaban los ejemplos inspirados en la antigüedad grecolatina, que había importado la corriente renacentista y de cierta manera se buscó dar expresión plástica a los anhelos libertarios de los criollos, a través de ella. Fue por eso que laarquitectura barroca europea fue modelo de la novohispana a lo largo del siglo XVII. En un principio el barroco en la arquitectura tuvo en México condiciones de la más moderna vanguardia, por eso no se adoptó inmediatamente en las obras que ya habían empezado a construirse como en el caso de las catedrales: las de México, Puebla, Oaxaca, Pátzcuaro y San Cristóbal de las Casas y Guadalajara, fueron un ejemplo de esto aunque, por supuesto, cuando estuvieron terminadas se le agregaron detalles del estilo que estaba en boga. En este sentido, algunos historiadores consideran que, por ejemplo, con las portadas de las naves laterales y la portada principal son el principio del barroco salomónico en México. En la Nueva España, pues, se exploraron nuevas opciones compositivas. De esta época datan inmensa cantidad de construcciones como la portada original del Templo de Santa Trinidad, la iglesia de Santa Clara y la reconstrucción de San Agustín. Entre los constructores que contribuyeron a caracterizar la primera mitad del siglo XVII destaca fray Andrés de San Miguel, hermano lego de los carmelitas descalzos: el construyó el conjunto del Desierto de los Leones en Cuajimalpa, el colegio de San Ángel y los conventos de Querétaro, Salvatierra y San Sebastián, por ejemplo. En este siglo, el XVII, se fundaron también diez parroquias en la Ciudad de México: entre ellas, el sagrario, Santa Catarina, Santa Veracruz, Santiago Tlatelolco, Santa María la Redonda y San Francisco. También se construyeron hospitales como el que fundó Zumárraga que después fue la Academia de San Carlos y el de San Antonio Abad y muchos conventos, como el de San Jerónimo, San Bernabé y el de San José de Gracia. Muchos estudiosos consideran que el siglo XVII virreinal fue un siglo esencialmente arquitectónico. PINTURA Las obras eclesiásticas eran, evidentemente las más importantes, no sólo por sus dimensiones sino porque tenían mayor apoyo, sobre todo gracias a las clases más poderosas económicamente. Entre los pintores más importantes del XVII podemos citar a Baltasar Echave Rioja, seguidor de Murillo y Rubens y que pintó, por sólo citar un par de sus obras el Martirio de san Pedro de Arbués que le solicitó el Santo Oficio y los Tributos de la Eucaristía, la Fé y la Iglesia. José de Juárez (de la primera mitad), fue otro de los artistas de gran notoriedad en aquel periodo. Juan Correa, trabajó intensamente de 1671 a 1716 y alcanzó gran prestigio y fama por la calidad de su dibujo y la dimensión de algunas de sus obras. Entre las más conocidos: Apocalipsis en la Catedral de México, La conversión de Santa María Magdalena, hoy en la Pinacoteca Virreinal y Santa Catarina yAdán y Eva arrojados del paraíso este último en el Museo del Virreinato de Tepoztlán. Cristóbal de Villalpando, considerado el pintor más representativo de la segunda mitad del siglo XVII novohispano y que, como muchos artistas de su época trabajó más para la iglesia que para particulares o instituciones y trabajó tanto en pequeño como en gran formato. Algunas de sus obras son La apoteosis de San Miguel, Los desposorios de la Virgen y La huida a Egipto, todos ellos representativos de la calidad de la pintura barroca en la Nueva España. Otros pintores novohispanos importantes de este siglo fueron son Rodrigo de la Piedra, Antonio de Santander, Bernardino Polo, Juan de Villalobos, Juan Salguero y Juan de Herrera. MÚSICA Los músicos también trabajaron especialmente para la iglesia, escribiendo partituras de la más diversa índole y copias de aquellas obras que se interpretaban en el órgano. Antonio Sarrier, fue autor de varias piezas en tres movimientos a las que llamó oberturas, que culminaban con lo que en cuestión musical fue la vanguardia de la época: una fuga. Juan Matías, de origen indígena fue también compositor y maestro de capilla en la sede diocesana se Oaxaca y autor de un Tratado de Armonía. Antonio de Salazar, maestro de capilla de la Catedral de México. LITERATURA Esta rama del más fino arte se permeó, por supuesto, de todas las delicias del culteranismo y del énfasis de la retórica. Lo que en arquitectura tuvo la apariencia de sinuoso y recargado, en literatura fue erudito y exagerado. Y para ser un gran escritor en esta época - o quizá en todas- no sólo se requería de habilidad sino también de talento. Algunos de los autores conocidos hasta mediados de este siglo incursionaron con éxito en el terreno del los juegos y caprichos literarios - anagramas, emblemas, laberintos, muchos símbolos- y en la poesía lírica, narrativa y dramaturgia. Algunos de los escritores novohispanos de aquella época fueron José López Avilés que escribió una biografía en verso de Fray Payo Enríquez; Matías Bocanegra que alcanzó un grado importante de popularidad por su Canción a la vista de un desengaño y, por supuesto, el sabio de la época: Don Carlos de Sigüenza y Góngora. Este escritor barroco, autor de obras todas ellas notables escribió la célebre Relación de los infortunios de Alonso Ramírez, un relato en género de ficción que estaba prohibido por la Santa Inquisición y la Primavera Indiana, largo poema que abordó a fondo el tema de la Virgen de Guadalupe. Sin embargo, el personaje más importante del la literatura en aquellos años y en toda la época virreinal - y hasta alguno dicen que en toda la historia de México- fue Sor Juana Inés de la Cruz. Objeto de las más profundas reflexiones, de los más sesudos estudios, de los más encendidos elogios y de las más ardientes polémicas, la figura de la Décima Musa, como la llamaron sus contemporáneos sigue siendo insuperable por la universalidad de su pensamiento, la brillantez de su ingenio, la corrección de su prosa y la magnificencia de su poesía, aunados a un manejo insuperable de lo alegórico y un conocimiento profundo de innumerables materias hicieron una aportación inestimable al mundo de la cultura.