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Nuestra Señora la Divina Pastora de las Almas
La maternidad divina de la Santísima Virgen y el hecho de que ella nos guía siempre a su hijo, están unidos en esta advoación


Por: Ricardo Francisco Cuervo Aranguren | Fuente: http://advocaciones-marianas.blogspot.com



Historia
Entre las innumerables advocaciones con que la mariana ciudad de Sevilla venera a la Inmaculada Madre de Dios, siempre Virgen María, destaca por su origen sevillano el Título de Divina Pastora de las Almas. Fue el Capuchino Fray Isidoro de Sevilla quien, en vísperas del 24 de Junio de 1703, a la vera de las murallas de la ciudad, en el Claustro bajo de su convento, contempló a la Madre de Dios y Nuestra "bajo la sombra de un árbol..., sedente en una piedra, ... cubierto el busto hasta las rodillas de blanco pellico ceñido a la cintura, ... manto azul aterciopelado, ... sombrero pastoril, y junto a la diestra, el báculo de su poderío. En la mano izquierda, rosas, (sostendrá al niño) y la mano derecha sobre un cordero que acoge hacia su regazo. Algunas ovejas la rodeaban y todas, en sus boquillas llevaban rosas, simbólicas del Ave María. En la lontananza una oveja extraviada era perseguida por el lobo, pero pronunciado el Ave María, aparecía San Miguel con la flecha que hunde en la testuz del lobo maldito".

Fray Isidoro de Sevilla encargó un cuadro a Alonso Miguel de Tovar y se puso a predicar y propagar la doctrina y la devoción al pastorado de María. La acogida del pueblo sevillano no se hizo esperar y pronto surgió una Hermandad que adoptaba como Titular esta advocación de la Virgen. A ésta siguieron otras.

La devoción a la Divina Pastora se difundió con más fuerza Durante esos años se afianzó una devoción netamente Sevillana, trasplantada a Hispanoamérica, la Divina Pastora es la patrona de las Misiones Capuchinas.

Primera Aparición
El 08 de Septiembre de 1.703, durante la fiesta de La Natividad de la Virgen, el Padre Isidoro, aprovechando la procesión del rosario de la tarde, saca el lienzo en su estandarte realzado con una guirnalda de flores y cintas. Ese día la Divina Pastora salió de la iglesia de San Gil, presidida por una cruz alumbrada por faroles y dos filas de hombres que marchaban al paso, mientras el clero la rodeaba, dejándose escuchar las sentidas notas de los músicos quienes detrás la seguían al igual que el coro de las mujeres. La procesión llegaría hasta la Almeda de Hércules entre una gran multitud a la que, dirige la palabra el Fraile Isidoro desde lo alto de un taburete entre las dos columnas de un monumento, dando a conocer la doctrina del Pastorado de la Virgen.

Fue el catedrático del Arte de la Universidad de Sevilla, Francisco Antonio Gijón, conocido como uno de los máximos escultores Sevillanos dentro del arte barroco, quien esculpió la imagen tamaño natural de la Divina Pastora.

Primer traje de la imagen
Esta primera imagen de la Divina Pastora fue trajeada por monjas del Convento de la Encarnación, quienes la vistieron con un traje de Pastora siguiendo la descripción del Padre Isidoro.

Finalmente en Octubre de 1.705 la imagen de la Divina Pastora, es llevada a su primera procesión dentro de una gran solemnidad hasta la iglesia parroquial de Santa Marina, que para el momento constituía la novena sede de la “Primitiva Hermandad del Rebaño de María” De allí en adelante ha sido infinita la propagación de esta advocación mariana. Con esa misma adoración convergieron religiosidad, arte y talento para hacer una realidad nuestra Divina Pastora.



Un Padre Capuchino de nombre Fray Isidoro de Sevilla tuvo la inspiración divina por cuya autoría intelectual se concibe la imagen de la Divina Pastora descriptivamente, un reputado Pintor de la Escuela Sevillana, Miguel Alonso de Tovar mediante el trazo y su intelecto lleva al lienzo la venerada imagen, la misma que utilizaría Francisco Antonio Gijón, para a través de la talla, patentizarla anatómicamente tamaño natural, la cual fue cuidadosamente vestida con un fino y sencillo traje de Pastora, confeccionado por las mojas del convento de la encarnación... Así nació la Divina Pastora

Divina Pastora en Venezuela
La adoración por la Divina Pastora motiva al Párroco de la Iglesia Concepción de Barquisimeto a encargar una imagen de la Virgen a España; al mismo tiempo el Párroco de Santa Rosa solicita una imagen de la Inmaculada Concepción para su parroquia. Por equivocación los cajones donde venían las imágenes se confundieron y fue enviada a Santa Rosa la imagen de la Divina Pastora, al enterarse del error el Párroco ordenó cerraran el cajón y encomendó a unos indios para que lo llevaran a la Iglesia de La Concepción en Barquisimeto.

Algunos milagros de nuestra patrona
Al tratar éstos de levantar el cajón se puso inexplicablemente tan pesado que nadie lo podía alzar; al llegar los hechos a oidos del Párroco de la Concepción (destino real de la imagen) se convenció de que por deseo de la Santísima Virgen en la advocación de la Divina Pastora debería permanecer y ser venerada en Santa Rosa.

La imagen de la Divina Pastora llegó a Santa Rosa, Barquisimeto en el año 1736, pero la procesión entre las ciudades se inició en 1850, cuando una epidemia de cólera atacó a la población. Otra prueba de acción milagrosa fue la del terremoto de 1812. Aquel desastre natural no dejó en pie ninguna pare d de bahareque en la comarca, hasta la techumbre de la iglesia de Santa Rosa mordió el polvo, pero la imagen quedo en pie, impertérrita sin un solo rasguño, aunque provisionalmente empapada por efectos del aguacero que no dejó de caer aquel día sobre las ruinas.

La epopeya del Padre Yépez, ocurrida el 14 de Enero de 1850, fue la señal definitiva para la entronización de la Patrona, la gran cruz de la Legión de Honor en el pecho del héroe. El buen Macario Yépez desde el púlpito se ofreció públicamente a la Virgen como víctima fina, para salva a nuestra muy medieval ciudad de los estragos del cólera. La Pastora inclinó levemente su cayado. Dijo que si al levita, pero que tuviera un poco de paciencia, para que la enfermedad no perdiera del todo su trabajo. Seis meses después las propia Virgen se llevó a las nubes a Macario y los Barquisimetanos pudieron respirar tranquilos. Desde entonces el 14 de Enero es el día de la Virgen Larense y es cuando tiene su comienzo una de las más fervorosas festividades religiosas y populares que existen en nuestro país.

La Procesión de la Divina Pastora
La procesión mariana más concurrida del país y una de las más impresionantes; largas y de las más importantes de las festividades religiosas de Latinoamérica es, sin duda alguna, la de la Divina Pastora. A pesar de ser una típica devoción Sevillana, que data del siglo XVIII, los larenses tienen a su Pastora como algo propio. Desde 1856, cada 14 de enero, sale la imagen desde la población de Santa Rosa hasta la Catedral Metropolitana en un acto multitudinario, lleno de fe, alegría y colorido. Fue el sacerdote José Macario Yépez, párroco de la barquisimetana iglesia de la Concepción, quien le suplicó a la virgen María que cesara la epidemia de cólera que azotaba la zona para aquel entonces. Ocurrió el milagro y desde entonces la Divina Pastora recorre los templos de la cuidad hasta el último domingo anterior al Domingo de Ramos cuando regresa a la población de Santa Rosa, al sur este de la urbe, que ya forma parte de la capital larense.

La imagen de la Divina Pastora, Patrona del estado Lara, se encuentra en la iglesia de Santa Rosa, pueblo cercano a Barquisimeto. Los larenses la veneran con especial cariño y devoción, regalándole sombreros y trajes de telas preciosas, algunos de ellos encargados a los modistos más afamados del mundo, motivo por el cual muchas personas comentan que no hay mujer en Venezuela que tenga un vestuario más lujoso que el de la Divina Pastora.

Oración a la Divina Pastora
Cardenal Castillo Lara



"Virgen Santísima, que en nuestra historia has manifestado muchas veces tu benevolencia y cariño por este pueblo, te pedimos que no nos abandones en este momento!"

Nuestro Señor Jesucristo ha querido, quizás, darnos una dura lección por nuestras infidelidades, por no haber sabido aprovechar los dones quenos dio de una naturaleza tan fértil y rica, de una población inteligente, trabajadora y generosa, y por no haber ayudado debidamente a los más necesitados y no haber vivido limpiamente nuestra fe cristiana.

Ayúdanos, dulce Divina Pastora, a aprender la lección y danos a todos la claridad de la mente para conocer y evitar el peligro, y la fuerza para superar democráticamente este momento difícil.

Consíguenos el don de la paz, de la reconciliación, de la conversión y danos la alegría de la recuperada libertad.
Así sea.

Himno a la Divina Pastora.

Coro
¡OH piadosa y amante Pastora!
De las almas dulcísimo amor,
Oye el himno que canta, señora,
Los que te aman con santo fervor.

I

¡Tu eres, madre, divino consuelo
Del que lleva en el alma el pesar;
Tú le ofreces las dichas del cielo
Al que siempre te sabe alabar.

II

Flores puras, lozanas y bellas,
Su exquisita fragancia te dan;
Y al redor de tu trono de estrellas
Los querubes cantándote están.

III

A tu influjo, Pastora celeste,
Para siempre de aquí se alejó
La horrorosa y mortífera peste
Que este pueblo infeliz desoló.

IV

¡Dadnos, virgen, la paz que anhelamos
Y con ella la dicha eternal,
¡Cómo siempre nosotros te amamos
dulce madre de todo mortal.

 

 







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