vértigo


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vértigo

(Del lat. vertigo.)
1. s. m. MEDICINA Trastorno del sentido del equilibrio que produce una sensación de movimiento rotatorio u oscilante de su cuerpo o de los objetos próximos.
2. Sensación de desazón producida por una fuerte impresión. turbamiento
3. Situación de apresuramiento anormal en la actividad de una persona o colectividad la vida de las grandes ciudades es de vértigo. tranquilidad
4. SIQUIATRÍA Pérdida brusca y pasajera de la razón que puede provocar acciones descontroladas o violentas.
5. vértigo de la altura Alteración del sentido del equilibrio que produce la altura.
6. de vértigo loc. adj. Que impresiona mucho.
Gran Diccionario de la Lengua Española © 2022 Larousse Editorial, S.L.

vértigo

 
m. Vahído.
Apresuramiento anormal de la actividad de una persona o colectividad.
med. Trastorno del sistema vestibular que produce al enfermo la sensación subjetiva de que él o los objetos que le rodean están en movimiento.
Diccionario Enciclopédico Vox 1. © 2009 Larousse Editorial, S.L.

vértigo

('beɾtiγo)
sustantivo masculino
1. trastorno del sentido del equilibrio caracterizado por la sensación de que las cosas alrededor o el propio cuerpo giran Las grandes alturas le producían vértigo.
2. calma actividad que se realiza a un ritmo e intensidad acelerados El vértigo de la vida moderna genera estrés.
se dice de las cosas muy rápidas o impresionantes La película tenía unos efectos digitales de vértigo.
Kernerman English Multilingual Dictionary © 2006-2013 K Dictionaries Ltd.
Sinónimos

vértigo

nombre masculino
vahído mareo desvanecimiento
Vértigo es un trastorno del equilibrio motivado, generalmente, por una situación de altura. Los sinónimos designan la pérdida del conocimiento o bien la pérdida de estabilidad.
Diccionario Manual de Sinónimos y Antónimos Vox © 2022 Larousse Editorial, S.L.

vértigo:

desvanecimientomareo, vahído,
Traducciones

vértigo

vertigo

vértigo

دُوَار

vértigo

závrať

vértigo

svimmelhed

vértigo

Schwindel

vértigo

huimaus

vértigo

strah od visine

vértigo

めまい

vértigo

현기증

vértigo

duizeligheid

vértigo

vertigo

vértigo

vertigem

vértigo

höjdskräck

vértigo

อาการเวียนศีรษะทำให้ทรงตัวลำบาก

vértigo

sự chóng mặt

vértigo

眩晕

vértigo

眩暈

vértigo

SM
1. (por la altura) mirar hacia abajo me da vértigolooking down makes me (feel) dizzy
no subo porque tengo vértigoI'm not going up because I'm afraid of heights
2. (Med) → vertigo
tiene vértigohe suffers from o has vertigo
las pastillas pueden provocar vértigo(s)these tablets may cause giddiness
3. (= frenesí) → frenzy
el vértigo de la vida en la ciudadthe frenzy of city life
el vértigo de los negociosthe frenzied rush of business
el vértigo de los placeresthe whirl of pleasures
4. de vértigo: iban a una velocidad de vértigothey were going at breakneck speed
tiene un talento de vértigohe has a breathtaking talent
es de vértigo cómo crece la ciudadit's astonishing how quickly the city is growing
Collins Spanish Dictionary - Complete and Unabridged 8th Edition 2005 © William Collins Sons & Co. Ltd. 1971, 1988 © HarperCollins Publishers 1992, 1993, 1996, 1997, 2000, 2003, 2005

vértigo

m vertigo
English-Spanish/Spanish-English Medical Dictionary Copyright © 2006 by The McGraw-Hill Companies, Inc. All rights reserved.
Collins Multilingual Translator © HarperCollins Publishers 2009
Ejemplos ?
Y de pronto volvió en sí y se halló en distinto paraje: había caminado media cuadra sin darse cuenta de nada. Miró atrás, y la cabeza se le fue en un nuevo vértigo.
A toda celeridad y sin obedecer las señales de tránsito el automóvil venía como energúmeno escapando de algo. Quien lo manejaba era un inconsciente de los daños que podía producir en caso de un choque con tal vértigo de velocidad.
infectas, trepidando, chirriando hasta el vértigo … El negro armatroste no tiene punto de reposo, jadea como cosa viviente, y parece espiar el menor descuido del esclavo de carne para morderle un dedo, para mascarle una mano, para arrancarle un brazo o la vida … A través de una claraboya penetran los rayos de una luz de calabozo, lívidos, desabridos, espantosos, que hasta la luz se niega a sonreír en aquel pozo de la tristeza, de la angustia, de la fatiga, del sacrificio de las vidas laboriosas en beneficio de las existencias holgazanas.
El revuelto cieno de las almas viles de tiranos quiere convertir su seno en estrecho sepulcro para lo que es tan grande como el infinito, el pensamiento libre, el verbo rebelde, la verdad, la justicia, la libertad; pero lo mezquino, lo ruín, lo infame, no tendrá nunca magnitudes de vorágine. El hervor del pantano no usurpará el vértigo del torbellino.
Junto al profundo dolor de la tragedia y del tiempo que sigue su marcha, con su imperturbable y frío estoicismo, con una carrera de corcel desenfrenado, o de peregrino que viaja por el camino de la eternidad, sin estación ni descanso, inalterable y preciso. Al borde de este vértigo de emociones dolorosas, ya no cabe seguir llorando.
Los parques y las calles yacían mudas sobre el vértigo de una superficie calcinada, y en los balcones la soledad y el silencio habían estado tejiendo un madrigal de finísima seda.
Cuadros de verdadero patetismo se hincaban en medio de las malezas del trópico, con la caída de mujeres grávidas; con el rodar de cuerpos hacia la arcanidad del abismo y en las corrientes estrepitosas de ríos que se llevaban sobre el vértigo de una carcajada turbia, al hijo idolatrado, al padre cariñoso y a la madre sacrificada.
Un grito estranguló mi garganta y me despeñé; la cabeza me daba de vueltas en enloquecedor vértigo: alucinaba el desierto, el venadillo santo, la Emperatriz de las Magas Luminosas, la Reina de las Magas de la Oscuridad, el Magno Efrit, los ogros, los duendecillos, los vampiros, los murciélagos, las momias, todos.
Agarró una panguana tierna, de luciente plumaje zahonado, arisca y un poco brava, que luego se le escapó, aprovechando una caída de Miguel, al saltar un barranco jabonoso. Iba como impulsado por un vértigo de locura.
Siempre girando en la extensión vacía, siempre herido del vértigo y sin nimbo, unas veces se alzaba, otras caía, cual si quisiera amedrentar al mundo!
Un cuarto de hora antes de servir el almuerzo salió, empujando sin violencia la puerta; subió con agilidad dos pisos, del tercero a las bohardillas, y se detuvo ante la ventana del rellano de escalera que caía al patio. Un vértigo la forzó a sentarse en el duro banco destinado a aliviar el cansancio producido por tantos escalones.
Y Enid y yo, con un ligero vértigo por este juego, sentíamos aún el roce de los cabellos de Duncan que habían llegado a rozarnos.