Enfermedades de transmisión alimentaria
Más de 200 enfermedades son causadas por el consumo de alimentos contaminados por bacterias, virus, parásitos o sustancias químicas, como metales pesados. Este problema de salud pública cada vez mayor produce un impacto socioeconómico considerable, debido a la presión ejercida sobre los sistemas de atención de salud, la pérdida de productividad y el deterioro del turismo y el comercio. Esas enfermedades contribuyen considerablemente a la carga mundial de morbilidad y mortalidad.
Las enfermedades de transmisión alimentaria son causadas por la contaminación de los alimentos, que se produce en cualquier etapa de la cadena de producción, suministro y consumo de estos. Pueden deberse a varias formas de contaminación ambiental, como la polución del agua, el suelo o el aire, así como al almacenamiento y transformación de alimentos insalubres.
Las enfermedades de transmisión alimentaria abarcan una amplia gama de enfermedades, desde la diarrea hasta el cáncer. En la mayoría de los casos, se manifiestan como problemas gastrointestinales, pero también pueden producir síntomas neurológicos, ginecológicos e inmunológicos. Las enfermedades que causan diarrea son un problema importante en todos los países del mundo, aunque la carga recae desproporcionadamente sobre los países de ingresos bajos y medianos y sobre los menores de 5 años
Todos los años, casi 1 de cada 10 personas de todo el mundo enferma por ingerir alimentos contaminados, lo cual provoca más de 420 000 muertes. Los niños se ven afectados desproporcionadamente, pues se registran anualmente 125 000 muertes de menores de 5 años. La mayoría de esos casos son causados por enfermedades diarreicas. Otras consecuencias graves de las enfermedades de transmisión alimentaria incluyen insuficiencia renal y hepática, trastornos cerebrales y neurológicos, artritis reactiva, cáncer y muerte.
Las enfermedades de transmisión alimentaria están estrechamente vinculadas con la pobreza en los países de ingresos bajos y medianos, pero son un problema de salud pública creciente en todo el mundo. El comercio internacional cada vez mayor y las cadenas alimentarias más largas y complejas aumentan el riesgo de contaminación alimentaria y el transporte de productos alimenticios infectados a través de las fronteras nacionales. El crecimiento de las ciudades, el cambio climático, la migración y la intensificación de los viajes internacionales agravan estos problemas y exponen a las personas a nuevos peligros.
La OMS trabaja para ayudar a los Estados Miembros a fortalecer su capacidad de prevención, detección y gestión de riesgos de origen alimentario. Las enfermedades de transmisión alimentaria se reflejan en varias metas del Objetivo de Desarrollo Sostenible 3 y son una esfera prioritaria dentro de la labor de la Organización. Las actividades incluyen investigaciones y evaluaciones científicas independientes de los peligros relacionados con los alimentos, programas de sensibilización sobre esas enfermedades y prestación de apoyo para promover la inocuidad de los alimentos a través de programas de atención de la salud nacionales. El manual sobre las cinco claves de la OMS para la inocuidad de los alimentos presenta recomendaciones y directrices claras sobre el modo de producir, transformar, manipular y consumir alimentos para reducir las posibilidades de que se propaguen y contraigan las enfermedades de transmisión alimentaria.
En colaboración con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, la OMS creó el Codex Alimentarius, que es una organización interinstitucional no gubernamental que se encarga de elaborar normas, directrices y códigos de prácticas sobre alimentos que contribuyen a la inocuidad, calidad y equidad del comercio internacional de estos. Los dos organismos crearon también la Red Internacional de Autoridades en materia de Inocuidad de los Alimentos (INFOSAN) para agilizar el intercambio de información en situaciones de emergencia relacionadas con dicha inocuidad.