Las tradiciones de investigación científica
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Las tradiciones de investigación científica

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Las tradiciones de investigación son unidades con ontologías muy genera- les y componentes metodológicos que son normas o reglas99. Además, aso- ciada a una tradición de investigación activa, encontramos una familia de teorías que pueden ser congruentes o no (dependiendo de si son teorías ri- vales o no). Según Laudan, las tradiciones son muy duraderas, tienen una muy larga vida y pueden sobrevivir a la caída de una teoría subordinada. Son, de hecho, las unidades que persisten, y establecen gran parte de la continuidad que hay en la historia de la ciencia.

Entendidas como tradiciones, las familias de teorías sociales (igual que las de otras ciencias) están abocadas, a pesar de sus problemas y anomalías, a la pervivencia (aunque convivan con teorías rivales). Pero esta situación de las ciencias sociales sería la habitual, la norma, no la excepción en el de- sarrollo del conocimiento científico. Las diversas tradiciones de investiga- ción, entre otras la clásica-neoclásica, keynesiana o marxista en economía, la funcionalista, interaccionista o weberiana en sociología o la conductista, cognitiva o psicoanalítica en psicología, compartirían las características que definen el verdadero desarrollo de la ciencia. Este, según Laudan, «se encuentra más cerca del cuadro de coexistencia permanente de rivales que del cuadro de la ciencia normal [...] es difícil encontrar algún periodo extenso de la historia de cada ciencia, durante los últimos 300 años, en que prevale- ciera el cuadro kuhniano de ciencia normal. Lo que parece mucho más co- mún es que las disciplinas científicas abarquen toda una variedad de enfo- ques de investigación (tradiciones) copresentes. En cualquier momento, una u otra de éstas puede tener la ventaja competitiva, pero está llevándose a cabo una lucha continua y persistente en que los partidarios de una opinión u otra señalan las flaquezas empíricas y conceptuales de los puntos de vista rivales y la progresividad, para resolver problemas, de su propio enfoque» 100.

La noción de tradición de investigación parece adecuarse bastante bien a la situación de las ciencias sociales. Pero en El progreso y sus problemas el planteamiento de Laudan supone no sólo la existencia de tradiciones de in-

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L. Laudan llama tradición de investigación «al conjunto de creencias acerca de las clases de entidades y procesos que integran el dominio de la investigación y a un conjun- to de normas epidémicas y metodológicas acerca de cómo se debe investigar ese domi- nio, cómo se deben poner a prueba las teorías, cómo se debe recabar datos y similares» (L. Laudan, 1981, p. 286). Laudan resalta los componentes ontológicos y metodológicos cómo definitorios de las tradiciones de investigación; véase L. Laudan. 1977, pp. 114-116.

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L. Laudan. 1981. p. 286. La noción de problema es clave en el planteamiento de Laudan, ya que lo que realmente cuenta para la ciencia son los hechos problemáticos (como hemos visto en el capítulo de este libro dedicado a la investigación). La actividad científica se centra en resolver problemas, en encontrar respuestas a las preguntas que se plantean los científicos (aunque la ciencia tiene metas diversas) Laudan es pluralista axiológico.

vestigación, sino, también, su evaluación comparativa para establecer su adecuación en la resolución de problemas. Esto permite determinar el ca- rácter progresivo de las tradiciones de investigación y elegir entre ellas de forma racional. La aceptabilidad relativa de dos tradiciones de investiga- ción está determinada por su efectividad (relativa) en la resolución de pro- blemas, que es lo que establece el mayor progreso de una respecto a la otra. Cuanto más eficaz, más progresiva es una ciencia, y cuanto más progresiva, más racionall01.

En su libro Sciences and Values. Laudan plantea la racionalidad científi- ca en términos de un modelo reticular sobre la base de la interacción entre epistemología, metodología y axiología (sólo tiene en cuenta los valores epis- témicos, y debate con los sociólogos de la ciencia en este punto) 102. Dicho modelo consta de tres elementos: evidencia y conocimiento, valores y obje- tivos y el método de investigación (éstos varían en cada momento de la historia). La relación existente entre los elementos que conforman la red debe ser de coherencia; si alguno de ellos no es coherente con el resto, la red se modifica. Como muestra la historia de la ciencia, se puede cambiar un elemento u otro de la red, pero no los tres al mismo tiempo (el cambio es gradual). La coherencia entre los elementos de la red supone que la racionali- dad científica está en juego en el ajuste de cualquiera de ellos en función de los otros. Es la coherencia lo que determina la racionalidad científica. Los valores y objetivos del momento justifican las reglas y armonizan con la teo- ría; los métodos justifican la teoría y la realizabilidad de los fines; y la teoría constriñe los métodos y ejemplifica los valores y metas.

La racionalidad científica es instrumental. Los científicos eligen los me- dios en relación a unos fines determinados (Laudan relativiza la elección históricamente y la sitúa en el contexto de valores, métodos y teorías exis- tentes). Sin embargo, también entran en juego consideraciones relacionadas con los fines (por ejemplo realizabilidad o consistencia) que permiten deci- dir racionalmente sobre ellos1 0 3. Esto es fundamental, ya que los fines son determinantes en la evaluación del progreso científico, que, por otro lado, Laudan mantiene separado de la cuestión de la racionalidad.

El progreso supone la evaluación del éxito alcanzado en la obtención de las metas propuestas (diversas y cambiantes), «es siempre relativo a algún

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L. Laudan, 1977, p. 33. Él afirma en esa misma página: «mi propuesta será que la racionalidad consiste en la elección de las teorías más progresivas». Por otro lado, el progreso no es acumulativo, según el autor.

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L. Laudan. 1984. pp. 62-66. Véase este debate en A. Gómez Rodríguez, 1995.

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L. Olivé ve en estas manifestaciones de Laudan la extensión de la racionalidad a los fines (sin que ello signifique otra cosa que la ampliación de racionalidad instrumental; L. Olivé, 2000. pp. 141-148). Laudan. 1984. p. 50, afirma que es posible la crítica de fi- nes cognitivos porque sean utópicos o irrealizables o porque falla de acuerdo con los va- lores implícitos en las prácticas y juicios comunales.

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conjunto de fines» 104. Puede evaluarse en términos de la capacidad de reso- lución de problemas, pero igualmente en relación a otros objetivos. Laudan mantiene una posición pluralista junto a la exigencia de que, sean cuales sean los objetivos que persigan los científicos, éstos han de ser realizables y epistémicamente accesibles. En la medida en que objetivos y metas son también objeto de discusión y elección racional, puede interpretarse que el progreso científico no es independiente de la racionalidad de los fines105. Ello abre la puerta a la evaluación de la racionalidad del desarrollo científi- co en cuanto los fines son evaluables racionalmente, al menos desde los es- tándares de la realizabilidad y coherencia.

El planteamiento de Laudan permite, en el caso de las ciencias socia- les, la evaluación del progreso atendiendo a los objetivos plurales que se plantean en el seno de las distintas ciencias en diferentes etapas de su de- sarrollo.

3.1 El progreso en ciencias sociales

La noción de capacidad de resolución de problemas aplicada a la evalua- ción de tradiciones de investigación de las ciencias sociales tropieza con al- gunas dificultades, aunque es útil para abordar ciertos casos. La primera de ellas es la determinación de qué constituye una tradición de investigación. Esto es importante, ya que si se entiende que la economía clásica y la neo- clásica son dos tradiciones distintas, se puede afirmar que se dio progreso en el paso de una a la otra, ya que la tradición clásica nopudo resolver cier- ta clase de problemas que la revolución marginalista de la economía neo- clásica si resolvió. Pero si se considera que ambas forman parte de la mis- ma tradición de investigación, lo que estaríamos evaluando es el progreso en el seno de una tradición. Sin embargo, es cierto que la noción de tradi- ción de investigación no parece ofrecer tantas dificultades de identificación como la de paradigma o de PIC.

En segundo lugar, la noción de resolución de problemas encuentra difi- cultades en su aplicación a tradiciones de investigación diferentes entre las que los científicos sociales han de elegir. Esto tiene que ver con la dificul- tad para establecer el número y la importancia de los problemas empíricos que resuelven y la relevancia de sus anomalías empíricas y evaluar el nú- mero y la significación de las anomalías y problemas conceptuales que cada una genera.

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L. Laudan, 1984, pp. 64-65. Y ello es diferente del progreso juzgado en relación a los fines de los agentes que realizaron una acción, como cree T. S. Kuhn. Laudan, 1984, p.66.

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Esta interpretación es mantenida por L. Olivé, 2000, p. 146. Véase L. Laudan, 1990. pp. 47-48.

El carácter pluralista de la propuesta posterior de Laudan es más adecua- da para dar cuenta de la situación de las ciencias sociales en la medida en que la evaluación del progreso se establece en relación a fines diversos, y no exclusivamente en función de la capacidad de resolución de problemas. Así, por ejemplo, se ha considerado que el avance en sociología gira, como afirma Popkewitz, en torno a «la elaboración por parte de algunos teóricos de nuevos temas con los que considerar el mundo, lo cual ha generado cuestiones inéditas y nos ha estimulado a buscar nuevos datos demostrati- vos de cómo se construye y se transforma nuestro mundo» 106. Estos objeti- vos permitirían evaluar el progreso de la disciplina.

La posición pluralista de Laudan respecto a los fines, valores epistémi- cos y teorías permite dar cuenta de la pluralidad presente en las ciencias so- ciales, difícil de encajar en otros planteamientos. Si se elabora un cierto cuadro de lo que se ha considerado progreso en ciencias sociales, encontra- mos que éste tiene que ver con cuestiones tan diversas como, entre otras: a) elaboración de nuevos temas, b) acumulación de investigación en torno a campos de problemas, c) desarrollo y mejora de métodos y técnicas de in- vestigación de esos problemas, d) refinamiento de las teorías, modelos e hi- pótesis que dan cuenta de esos campos de problemas, e) resolución de pro- blemas y f) nuevos desarrollos teóricos.

Por otro lado, hay que resaltar que es cierto, como se ha señalado, que la situación de las tradiciones sociales ha sido la de su coexistencia e incluso rivalidad. Pero también lo es que, después de los grandes debates intransi- gentes de la primera parte del siglo XX sobre las generalizaciones de princi- pios válidos, la tendencia ha sido que las tradiciones interactúen en torno a la investigación de áreas de problemas. En este terreno los investigadores debaten no con sus tradiciones únicamente, sino con los especialistas que están investigando los mismos problemas, aunque provengan de tradiciones diferentes. Se tienen en cuenta los resultados, métodos, procedimientos, in- terpretaciones, objetivos y perspectivas mantenidas por los que están traba- jando en el mismo ámbito de problemas, sean cuales sean sus tradiciones: neomarxista, weberiana (sociología); Gestalt conductista (psicología); neo- clásica. postkeynesiana (economía), etc. Esto supone, como mínimo, que las investigaciones sobre esos problemas, y los resultados que se alcanzan, se acumulan. Incluso aunque haya discrepancias en la interpretación de los resultados, el mero aumento del número de estudios compartidos supone progreso. Las discrepancias implican debates y desacuerdos, pero también replanteamiento y progreso en los estudios realizados. Tales debates redun- dan en el avance en el perfilamiento de teorías e hipótesis específicas, el acotamiento de los problemas, la concreción de los objetivos de las investi- gaciones. etc. Sigue existiendo filiación a grandes tradiciones, pero estas interactúan en torno a campos de problemas. Al menos el debate no es ya

106 T. Popkewitz. 1988, p. 37. 275 Este mat e rial es para uso de lo s estudiantes de la Universi d ad Nacional de

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puramente especulativo sobre las grandes generalizaciones teóricas, sino que se anuda en la investigación y estudio de problemas.

Las siguientes palabras dichas para la psicología reflejan esta situación y se pueden hacer extensivas a otras disciplinas sociales: «A partir de los años treinta la psicología entra en lo que se podría llamar su madurez. Des- pués de varios decenios de polémicas teóricas intransigentes empieza a ma- nifestarse la conciencia de las excesivas generalizaciones de principios vá- lidos en un campo limitado de aplicación. Los psicólogos sienten la necesidad de sumar esfuerzos después de largos años de división, y prueba de ello es la aparición de una nueva disciplina, fruto en parte de la colabo- ración de psicólogos procedentes de distintos horizontes teóricos (conduc- tismo, Gestalt): la psicología social» 107. Las divisiones teóricas entre tradi- ciones se convierten en una especialización por áreas, lo que ha supuesto «una unificación de los resultados y de las teorías» Ya no se habla de psi- cología conductista, gestaltista, evolutiva, etc., sino de psicología industrial, infantil, social, psicopedagogía, psicometría, psicofarmacología etc. Igual ocurre en otros ámbitos108. Se tiende a unificar las diferencias teóricas para ampliar sus campos de aplicación práctica. En este contexto cabe recordar la que se conoce como síntesis entre monetaristas keynesianos después de un estéril debate que duró décadas.

4. La filosofía postpositivista y los estudios sociales

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