The Quarry - Análisis

Lo que no te mata, te hace más fuerte.

Análisis de The Quarry: lo que no te mata, te hace más fuerte

¿Quieres sentirte un poco más viejo? Hace ya casi 7 años desde el lanzamiento de Until Dawn, el juego que revolucionó las aventuras narrativas con su propuesta de terror adolescente. Toda una carta de amor al género slasher de la mano del estudio Supermassive Games, que desde entonces se han embarcado en multitud de proyectos como The Impatient o The Dark Pictures Anthology. Estos últimos juegos han supuesto una forma de lanzar propuestas más sencillas que siguen sustentándose sobre los robustos cimientos de su ópera prima; en mi círculo social se ha vuelto casi una tradición celebrar Halloween con el título de Supermassive que toque ese año.

Junto a 2K Games, Supermassive Games lanza este próximo viernes The Quarry, un nuevo juego separado argumentalmente de todas sus obras anteriores, pero compartiendo el mismo ADN a nivel jugable. Volvemos a estar ante una aventura de terror de fuerte carga narrativa donde nuestras decisiones y reflejos con los Quick Time Events decidirán el destino de un grupo de estereotipados adolescentes americanos. Coged vuestros palos con malvaviscos, acercaos a la hoguera y dejad que os cuente cómo ha sido mi experiencia en el campamento de verano Hackett’s Quarry.

Una experiencia terroríficamente familiar

En The Quarry manejaremos a un grupo de monitores de un campamento de verano. Una vez ha finalizado su labor, mientras están recogiendo sus cosas para volver a sus aburridas rutinas diarias, a algunos de ellos les entra un ataque de romanticismo: ¿y si forzaran la situación para quedarse una última noche de fiesta todo el grupo solo? Esta brillante idea choca con los intereses de una serie de amenazas que no os voy a desvelar, pero que harán que tengamos que elegir sabiamente qué caminos toman nuestros protagonistas si queremos que sobrevivan hasta el amanecer.

The Quarry toma algunos de los tropos más clásicos del género del terror, juntándolos en una mezcla mucho más divertida que terrorífica. Aunque en la superficie parezca que han cambiado pocas cosas, Supermassive Games ha modificado los parámetros que componían sus propuestas anteriores, dando una experiencia familiar y diferente a la vez.

Seguiremos manejando a los personajes del grupo de forma alterna a lo largo de diez capítulos, que se compondrán de diferentes secciones lineales. Dentro de estos segmentos jugables, habrá una gran cantidad de momentos donde solo seremos meros espectadores; cuando el juego nos devuelve el control, puede ser en forma de QTE, de toma de decisiones o con control libre para explorar un entorno en busca de pistas y para avanzar a la siguiente zona. Incluso vuelven los tótems que nos permitían vislumbrar de forma poco clara un posible futuro, esta vez en forma de cartas del Tarot. Sin embargo, aquí empieza lo interesante.

Para empezar, la carga narrativa del título es mucho mayor en esta ocasión. No en vano, el juego cuenta con hasta 186 posibles finales y más de 1000 páginas de guion para todas las alternativas posibles. Quizás sea una percepción mía, pero da la sensación de que se ha reducido la cantidad de tiempo que podemos “jugar”. De la misma forma, también se ha reducido la cantidad y variedad de los QTE que encontraremos, pero a cambio tendrán una importancia mucho mayor a la hora de determinar el destino de nuestro personaje. No solo eso, sino que ese descenso en el uso de QTE se compensa con una presencia mucho mayor de toma de decisiones y de posibles caminos.

Se nota que hay muchas más posibilidades en el devenir de los acontecimientos, que además están determinados no solo por las consecuencias directas de nuestros actos, sino también por la relación que tengamos con los otros personajes. A pesar de haber prescindido de las barras de personalidad que veíamos en Until Dawn, que marcaban las características del personaje, da la sensación de que estas interacciones son mucho más determinantes en ciertos momentos de la aventura. Esta mayor presencia de toma de decisiones también se ve salpicada por muchos más momentos en los que habrá reacciones opcionales de los personajes, que podemos activar o no, y que tienen una importancia capital. El árbol de acciones y de consecuencias en esta ocasión ha debido ser particularmente infernal de diseñar; hay decisiones de los primeros compases del juego que parecen irrisorias, pero que determinan en última instancia la supervivencia de algunos miembros del grupo en la parte final.

El juego es consciente de que nuestras limitadas acciones tienen un impacto mucho más directo en los acontecimientos que antes, y han introducido una característica opcional muy curiosa: cuando muera un miembro del elenco principal, se pausará la acción y tendremos la opción de retroceder (con tres vidas simbolizadas por corazones, como debe ser) hasta un momento en el que podamos corregir el curso de los acontecimientos.

Sin embargo, lo que parece una buena idea para paliar esa inevitable sensación de injusticia o aleatoriedad con algunos de los eventos, no está del todo bien resuelto. La partida se retomará en el momento que se iniciara esa cadena de acciones; eso quiere decir que, sin previo aviso, el juego puede mandarte a una sección incluso de capítulos anteriores, perdiendo de forma automática todo el progreso que habías hecho. Esto no sería un problema si no fuera por la imposibilidad de acelerar o saltarnos las escenas, por lo que tendremos que repetir todos los diálogos, QTE y partes de exploración para volver a llegar a ese momento concreto.

En la misma línea, afecta también negativamente al ritmo de la experiencia la escasa velocidad de los personajes para desplazarse por los entornos; en esta ocasión, además, contamos con espacios mucho más abiertos, por lo que la lentitud se hace más evidente, incluso con el botón de paso rápido. Cuando llevas muchas horas de juego, algunas de estas zonas mas amplias hacen mucho daño a las ganas de exploración en busca de extras y a la rejugabilidad.

Difuminando las barreras entre cine y videojuego

Si hay un apartado que The Quarry borda es su ambientación de slasher ochentero. Desde sus detallados escenarios, hasta su fantástica banda sonora y pasando por sus divertidos filtros gráficos (blanco y negro, difuminado de películas de terror ochenteras…), todo se siente hecho con un enrome cariño hacia el género. Diálogos cheesy, con un estupendo doblaje y traducción al castellano, referencias por doquier y unos gráficos espectaculares también hacen mucho por la inmersión. Los analistas decimos mucho eso de “en ocasiones no sabía si estaba viendo una película”, pero The Quarry es uno de los videojuegos en los que más me ha asaltado es pensamiento. Ha habido muchos momentos en los que he hecho captura únicamente para analizarlo con detenimiento después de la partida porque era incapaz de discernir si era gameplay o una escena rodada directamente con los actores; la captura de expresiones faciales luce increíble en algunos momentos. Cierto es que cuando te acercas tanto al fotorrealismo, es inevitable caer en algunas expresiones de valle inquietante, pero la mayor parte del tiempo estamos ante un apartado técnico simplemente espectacular. Un apartado que justifica a la perfección la presencia de un Modo Cine donde, simplemente, ser espectador de todo el juego y dirigir las reacciones de los personajes.

Quizás te estés preguntando si The Quarry da miedo. Si bien es algo extremadamente subjetivo, me ha parecido el menos terrorífico de los juegos de Supermassive Games; a pesar de tener recursos más que suficientes para crear momentos aterradores, no se ha exprimido de esta forma, llegando incluso a prescindir por completo de jump scares. Ni siquiera con la variedad de amenazas disponibles ni su excelente ambientación puede llegar a ser agobiante o inquietante.

Por otro lado, es uno de los juegos de la compañía con los que más me he divertido. Este detrimento del terror y el miedo de perder a miembros del equipo en pos de una aventura de terror más ligera se debe a uno de los pilares argumentales que vemos en The Quarry. Este gimmick narrativo encaja muy bien con la mayor importancia de las decisiones y las relaciones, ya que es uno que nos hará dudar de todos los protagonistas. Sin embargo, si estás un poco atento a lo que el juego te cuenta, a las pistas (o si usas recursos como el mapa, que te dice dónde está cada miembro del equipo en cada momento) y a la historia, se vuelve relativamente sencillo hacer que sobrevivan la mayor parte del viaje.

The Quarry es un juego terriblemente divertido y un regalo para los fans del cine de terror ochentero, así como para los amantes de este pequeño subgénero de juegos de Supermassive Games.

Sin embargo, es indudable que es un título al que le ha faltado ambición para evolucionar su fórmula. Hay aspectos a nivel jugable que se podrían haber retocado para favorecer más su rejugabilidad. Sin opciones para que sea una experiencia más ágil más allá de la elección de capítulo, me cuesta imaginarme enfrentándome de nuevo a una partida de diez horas donde ya habré visto una gran cantidad de su contenido. Además, su historia en esta ocasión muestra muchas de sus cartas en un momento muy temprano, guardándose muy pocas sorpresas para el tercio final. Terminé el juego pensando que aún quedaba un último giro por llegar, uno que acabaría por redondear la experiencia, pero lamentablemente todo era simplemente lo que parecía.

Situándose por encima de The Dark Pictures Anthology, el mayor problema de The Quarry es haber aparecido siete años después de Until Dawn, sin llegar nunca a ser tan memorable como éste. Si podéis perdonarle eso, tenéis un título que da justo lo que promete: diversión sencilla y sin complicaciones, ideal para jugarse en compañía (tanto online como local), en un campamento de verano con unos jóvenes con una suerte realmente mala.

En este artículo

The Quarry

Supermassive Games | 10 de junio de 2022
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Análisis de The Quarry: lo que no te mata, te hace más fuerte

8
Muy bueno
The Quarry es una aventura de terror ligera y divertida que destila amor por el género. Si podéis, jugadla con amigos.
The Quarry
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