Sopa de calabaza (Helen Cooper). - El Copo y la Rueca

SOPA DE CALABAZA

«Hoy me toca a mí remover la sopa».

Gato corta la calabaza, Pato se encarga del puntito de sal y Ardilla remueve la olla, con su cuchara de palo, hasta que la dulce y apetitosa sopa cuaja y, humeante, estimula el paladar.

En la vieja cabaña del bosque las tareas están repartidas en función de las capacidades físicas de sus habitantes. Allí se vive en armonía hasta que uno de los ocupantes decide que ha llegado el momento de intercambiar las labores. Pato quiere remover la sopa. Pato desea probar otras cosas, pero Pato es muy pequeño para un cucharón… ¡tan grande!

Sopa de calabaza es un cuento sobre la convivencia. Sopa de calabaza muestra a lo niños los secretos para vivir en comunidad y en paz. El conflicto que Pato desencadena pasa por varias etapas: la ira —sorpresa e incomprensión—, la rebeldía, la huida, la preocupación, la reflexión —búsqueda de soluciones y autocrítica—, la acción —reparación del problema— y la reconciliación.

Sopa de calabaza demuestra que todo conflicto, bien gestionado, tiene solución.

Los tres amigos, que pasan por los variados ciclos de una discusión, van descubriendo que convivir significa ceder, colaborar, respetar, asumir compromisos y cumplir con las obligaciones.

¡Ah…!, pero Gato, Pato y Ardilla aprenden otra cosa mucho más importante: no todos tienen las mismas necesidades espirituales, ni los mismos sueños, ni las mismas aptitudes para desarrollar una labor. Sopa de calabaza descubre a los niños que cada uno es diferente y que la diversidad, en vez de limitar… ¡enriquece!

Las ilustraciones, que también son de la escritora, reflejan el argumento. Así que los más peques, con sólo mirar las láminas, se adentran en la historia. La mezcla de tonos fríos y cálidos crea una atmósfera familiar, a la vez que mágica. No hay página en este álbum que no esté engalanada, incluyendo las que soportan el texto.

No resulta fácil catalogar por edades un cuento infantil, pues la comprensión del mismo depende de muchos factores. Hay niños pequeños con gran capacidad receptiva y hay otros que, aún sabiendo leer y escribir, tienen más dificultades para captar los hondos mensajes que encierran las narraciones destinadas a ellos. Pero también hay adultos que flipan con los buenos libros dedicados a pequeños lectores. Así que hay cuentos que se cuelan en el mundo de los niños y en el de los no tan chicos. Sopa de calabaza pertenece a los títulos que crecen a ambas orillas del río de la fantasía.

Sopa de calabaza va por la undécima edición, tiene las tapas duras, formato mediano y está publicado por Editorial Juventud.

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